Dear Granny Smith - A letter from your Postman - Roy Mayall

Estando en Londres, llegó a mis manos un pequeño libro con un gran contenido. El libro te "secuestra" desde el incio. Todos somos Granny Smith y...este libro quiere ser una carta de unas 120 páginas de nuestro cartero...O más bien del Royal Mail.

Es un libro agradable, de muy fácil lectura, en el que te explican cómo es la vida de un cartero, y lo que puede llegar a pasar en el futuro...quizá algo incierto para quienes llevan las cartas.
Hay todo un capítulo dedicado al tiempo. A eso de no tener tiempo de llegar tarde...a dónde?? A cualquier parte. Él nos habla de su tiempo...de cuando pasaba por las casas y los niños se ponían muy contentos al saber que llegaba el cartero...y cuando, en ocasiones, se le ofrecían una taza de té y él en ocasiones la aceptaba (como en el cuento del "Cartero Simpático")...
Hay otro capítulo dedicado a los días de lluvía, a los días de oficina...La verdad, es que es un poco triste pensar que todo eso puede terminar...que las cartas ya no son tan esperadas como antes....Y que puede que algún día estas personas cargadas con bolsas de correos, ya no estén...¿Y a quién no le hace ilusión recibir una postal o una carta? Aunque sea de aquí al lado!!! Este libro ha iniciado en mí,  los deseos de retomar eso de escribir una carta. El hecho de sentarme en el escritorio y decidir qué poner sabiendo que no lo puedo borrar con una tecla.  

Este libro me ha llevado a pensar en los buzones...Benedetti escribió una vez un libro que me gustó muchísimo "Buzón de tiempo". La portada lleva un buzón y el libro consta de varias cartas...De todo tipo. Todas ellas te hacen viajar; hacia la alegría, la nostalgía,... Apenas puedes descubrir toda la historia, sólo la que la persona que escribe deseea transmitir. Es un libro precioso, muy indicado para el Otoño. No todas las cartas pertenecen a la misma persona e historia...Con lo cual es un libro ideal para compaginar con otras lecturas. Me vienen a la memoria, algunas de esas cartas, que eran escritas en un bar, mientras quien escribe observa las personas que entran y salen.

Así que fui a la estantería y pensando en todo esto fijé la mirada en Helene Hanff y su libro de cartas... Observo lo que me rodea y no deseo que esto de escribir se termine...Eso de coger un lápiz,  una pluma, un boli bic...y plasmar nuestra letra en hojas de papel...a veces más legible que otras...Recuerdo la de horas que me pasaba intentado descifrar algunas cartas que me escribían, cuando el email y el móvil no existían. Hoy día sucede similar con eso de escribir menos palabras...Poco a poco parece que se está creando un nuevo lenguaje común.

Ya no hay esos veranos en los que llegaba a recibir unas veinte cartas entre amigos y gente nueva que conocía...Y lo maravilloso que era llegar al buzón de casa y encontrarlo lleno de cartas. En casa de mis padres hay varias cajas de cartón con miles de cartas. Nunca tiré ninguna... El pasado verano estuve releyendo algunas de ellas...Yen ocasiones, me decía...pero de qué me están hablando? No sabía a que se referían...ya que no tengo mis respuestas, pero las risas no faltaron. Otras me hicieron recordar viajos tiempos y viajes de los que no tengo fotos.

Todo esto también me ha hecho pensar cuando era más pequeña y pasaba  largas temporadas con mis abuelos...El cartero solía avisar que estaba en la puerta silvando. Iba corriendo por toda la casa para ser la primera en recoger las cartas. Y repartir a mis tías sus cartas de amor, a mis abuelos cartas de familiares que vivían lejos, y sí tenía suerte, había alguna para mí. Leerlas era un auténtico placer...¿quién no se acuerda de tener una carta entre manos y decidir si la abre de inmediato a pesar de que no sea el mejor momento, o la guardas para leela con más tranquilidad, cuando hay menos probabilidad de ser interrumpida? En mi caso, normalmente y a pesar de la ansiedad de conocer el contenido, solía guardarlas hasta la noche.

Pero volviendo a los buzones...qué será de ellos?? Desaparecerán?? Se convertirán en un icono más de nuestras ciudades. Donde vivo ya es difícil encontar un buzón. Tanto que a veces me voy directamente a correos. Se quedarán en Museos del tiempo??  Esos lugares en los que depositamos nuestras noticias; alegres, tristes, llenas de emoción...Hoy como mucho espero esas noticias en Navidad.

Y los sellos!! Paseando por Oxford encontré un lugar donde vendían sellos las 24h del día...Puedo asegurar que en ocasiones desee poder comprar sellos cuando los estancos ya estaban cerrados. Y envíar las cartas a primera hora de la mañana.

Como digo, es un libro lleno de encanto, aunque con un toque de melancolía. Se puede llevar en la mochila, en un bolsillo...Y leyendolo, descubres, que el cartero no es alquien que no te conoce...Tal vez hace tiempo que sabe quién eres. Una vez, no hace mucho, envié una postal a una amiga, pero equivoqué su dirección. La cartera se dió cuenta, leyó el nombre y dió la casualidad de que conocía a mi amiga...así que se la hizo llegar a pesar de la terrible equivocación que tuve. 

Los buzones, que aparecen son de diferentes lugares: de Londres, Oxford, Guernsey, Mont Saint Michael, Lovaina... La verdad es que no tengo fotos de los buzones más cercanos a mi casa...Aunque he de decir, que hace poco, me he dado cuenta de que tengo uno detrás de casa...Quizá, leyendo este libro, he abierto los ojos.  

Comentarios

  1. es realmente agradable recibir al cartero en casa, especie en extincion, en estos tiempos de email y spam. un abrazo y hasta nuestra proxima carta

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  2. Ya lo he comentado más de una vez, pero me encanta cómo unes unas historias con otras sin costuras de ningún tipo. Me han encantado esta entrada y sus fotos.

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  3. María, cuánto tiempo sin pasar por tu agradable blog!
    Tengo muchas ganas de ponerme al día con tus entradas. De momento no he leído nada, sólo vine a saludarte porque tal vez ya te preguntabas qué sería de mí.
    Tengo el blog aparcado y no sé cuándo lo retomaré, pero mis visitas no faltaran.
    Ahora estoy esperando a la cigüeña y el ordenador no me atrae como antes... así que pido mil disculpas por mis ausencias. Eso es lo que me ha pasado, que estoy feliz!!! :-)
    Besos.

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  4. cartas e historias, maravillosa combinación, el mundo epistolar es un universo maravilloso!!!

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  5. Lo primero que he pensado al leer el título es "Querida manzana", jajaja!

    Suscribo lo que dice Cristina. :-)

    Yo nunca guardaba las cartas para luego, me podía la cueriosidad.

    Un beso

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  6. María, los buzones desaparecieron hace mucho en mi ciudad, ya no recuerdo cuándo fue la última vez que los vi en uso.
    Lo que sí recuerdo era la expectativa que sentía cuando era niña para mi cumpleaños, esperando la carta de mi padrino que vagabundeaba por el mundo.
    Yo también he conservado las cartas y postales recibidas, las tengo en una pequeña caja y cada tanto me gusta leerlas. En especial una que me escribieron cuando mi mamá me esperaba.
    Besos.

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  7. Querida María, me encanta esta entrada ya lo sabes cómo siempre...Pero es que lo de las cartas me llega mucho...Porque he estado en el colegio interna, los veranos llegan las cartas de mis amigas, de mi chico.... Las navidades eran muy esperadas y, ¡cómo no! en esa espera estaban las psotales de las amigas....deseándonos lo mejor....Muchas gracias María por recordarme como tú tan bien sabes hacerlo viejos recuerdos de aquel cartero que siempre esperaba con alegría.Un fuerte abrazo María.

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  8. Me han entrado unas ganas inmensas de escribir una carta. Me apunto el libro y estoy segura que me gustará.
    Yo también guardo en cajas, cartas de hace muchos años
    Besos,
    Emma

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  9. Me han entrado unas ganas inmensas de escribir una carta. Me apunto el libro y estoy segura que me gustará.
    Yo también guardo en cajas, cartas de hace muchos años
    Besos,
    Emma

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  10. Yo nunca he recibido una carta por correo, y es algo que me hace mucha ilusión. Estoy medio chapada a la antigua, tengo 19 y hay cosas de otras décadas que adoraría experimentar... ¡como recibir una carta! Porque, creo que aunque recibir noticias inmediatas de familiares y amigos por e-mail, una carta es más especial. Por eso no pierdo la ilusión de que alguien, algún día, en algún momento, me envíe una carta o una postal... así sea mi vecino.

    Amé leer esto y los tres libros que mencionas me llamaron la atención, los buscaré por éste lado del pequeño charco Atlántico.

    Muchas gracias por tan maravilloso y mágico blog. Saludos y abrazos desde México.

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  11. María:
    yo recuerdo que mi mamá solía enviar cartas a su mamá en un papel delgadito, que llamaban "mantequilla" y que había que escribir en él con mucho cuidado porque podía romperse. La ventaja que tenía era que unas 4 hojas de este papel pesaban lo que una en papel normal, y era para que la carta no saliera tan costosa...
    Tiene mucho tiempo que no he visto ese papel. En mi ciudad, no hay muchos buzones, cuando yo quiero enviar una carta o algún paquete, tengo que ir a la oficina de correos.
    Me apunto los libros y también te digo que me encanta leerte siempre, como con tus paseos y lecturas abres la ventana de mi propia experiencia.
    Un beso,
    Ale.

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  12. Julio e. Un lástima verdad??!! Ójala sea una profesión que se siga manteniendo!! Esa espera a ver qué cartas traía el cartero!! Ay!! Ya veremos que va pasando!!
    Saludos!!

    Muchas gracias, Cristina. Viniendo de ti y de lo bien que escribes tú, es todo un halago.
    Y sé que tú aún recibes cartas, paquetes, etc...y que conoces a la cartera (ahora es un cartero, no??) Un abrazo!!

    Patricia!! Qué ilusión leerte!!Y qué alegría me das!! Eso es mejor que recibir un millón de cartas!! Una vida nueva!! Bueno, espero que sigamos en contacto...Y con paz...Ya sabes, si no te apetece no hay que forzar. Nosotras seguiremos por aquí.
    Me pasaré por tu blog para dejarte un mensajín.
    Besos mil y enhorabuena!!

    Bohemia, totalmente de acuerdo!! Es un mundo maravilloso!! Y que no quiero que finalice nunca!!

    Elvira, jajajaja...a veces escribo tan rápido que no me doy cuenta de las múltiples faltas que cometo... Me encantaría eso de "Querida Manzana"....No estaría mál!! Me gustan muchísimo.
    También eso está bien...escabullirse a leer las cartas de inmediato...En mi caso siempre pensaba que no era buen momento (pensaba que me iban a interrumpir)...en fin...costumbres!!
    Un abrazo grande!!

    Luciana, qué lástima!! Por aquí aún quedan buzones...pero están en peligro de extinción. De hecho pusieron uno cerca de donde vivo y luego lo quitaron. Hay cartas que huelen a viajes....y esas se esperan con más ilusión, como las que recibirías de tu padrino.
    ¡¡qué bonito eso de que escribieran hablando de ti cuando te esperaban!! Una carta muy epecial!!
    Besos!!

    Ángela, es verdad!! Las cartas siempre que llegan de ese modo son un instrumento de alegría. Mi madre también estuvo interna, y tiene los mismo recuerdos que tú.
    Es especial saber que hay personas que dedican un rato de su tiempo en escribirte. Un abrazo grande, ángela!!!

    Mysmallhobbies, sí!!! A mí también cuando leí el libro!! Pensé en los carteros del mundo entero y en su maravilloso trabajo. Y...en la ALEGRÍA tan maravillosa que una siente cuando hay una carta con sello en el buzón y es para ti!!
    Espero que sigamos disfrutando de esos sencillos placeres. Yo este año, quiero escribir más en papel...y enviar lo que escriba!!
    Besos!!

    Carito, qué lástima!! Mira que te envío yo misma una carta!! Ni en Navidad tampoco has recibido cartas?? Bueno, aún es posible...los carteros siguen existiendo...aunque no haya tantos buzones, se siguen enviando paquetes.
    Un abrazo grande!! Y gracias por pasarte por aquí!!

    Ale, aquí ese papel que nombras...y que llamas mantequilla, creo que es el que aquí se llamaba seda (o al menos así lo recuerda mi madre). Yo escribía en un papel que traía mi padre del trabajo y que al trasluz, tenía dibujos. ¡¡Qué habrá sido de aquellas cartas!! Las habrán tirado?? Lo más seguro!! Otras sé que las han guardado...en fin...
    A mí también me encanta leerte, Ale...Eres un sol!!
    Mil besos grandes!!

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  13. Tengo mis cartas guardadas a buen recaudo en una caja de madera encima de un armario del cuarto de casa de mis padres.
    El otro día hablaba con un amigo justo de este tema...
    que bonito es recibir una carta!!
    Te imagino en "el Azul" escribiendo una carta en una mesa, y yo en otra. Tomando un té, sin mirarnos, sin saber que la otra está al lado...
    Rememoro con tu escrito el tiempo que casi no me tocó pero que supongo que todos llevamos en los genes, en los que la espera era tan agradable...
    Yo sigo escribiendo en papel...
    Besos
    Elo

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  14. Eloise Liyu...qué bonito lo que escribes...Hace mucho que no voy al "Azul", pero creo que dentro de poco iré por allí...quizá a tomar algo de su menú vegetariano.
    También yo sigo escribiendo en papel. Pero reconozco que mucho menos que antes. Este libro me ha incitado las ganas de continuar haciéndolo.
    ¿Quién sabe? Cualquier día, alguien puede que se te acerque suavemente y te pregunte que si te llamas Elo!!

    Un beso gigante!!!

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  15. ¡Qué libro tan adictivo! Al final conseguí terminarlo la última noche y me pareció una maravilla. Me recordó un poco al cartero de Largo Domingo de Noviazgo que también está al tanto de la investigación... me imagino que en Guernsey y en los pueblos pequeños sería así.

    Yo sí que tengo un buzón cerca de casa y lleva muchos años, sólo espero que no me lo quiten algún día. Pero también tengo Correos muy cerca de casa...

    Y guardo todas mis cartas en una maleta de Charlie Brown de cuando era pequeña y soy incapaz de tirarlas a la basura. Suponen recuerdos de una época, de cómo era yo entonces... muchas cosas. Sencillamente no puedo aunque alguna vez lo haya intentado.

    Muchos besos, guapa

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  16. Ay María, eres un sol enorme!
    Pues no, ni en mi cumpleaños ni en Navidad he recibido carta alguna (aunque recibo mails de a montones, pero me imagino que no es lo mismo).

    En verdad que amo tu blog... esté en mi Top 10 de mis blogs favoritos!!

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  17. ¡Qué memoria! Sí la "conozco". Fue un cartero durante unos días en que ella no podría venir por algo pero ahora ha vuelto y sigo encantada. Si dura hasta Navidad creo que le voy a dar un aguinaldo como se hacía antes ;)

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  18. Little Emily!! Sí!! La verdad es que está muy bien. A mí me secuestró al poco de irte. Y me dió por pensar en todo esto que cuento.
    Qué bien tener a correos cerca y un buzón. Yo he abierto los ojos y ahora veo algún buzón que se me había pasado de largo, antes.
    Un abrazo guapa!!

    Carito...¡¡me vas a sacar colores!! Ya estoy roja!! En fin...Lo dicho...si necesitas que se te envíe una carta, aún es posible.
    Un beso grande!!

    Cristina, qué bien!! Eso de tener detalles con las personas que se conocen, verdad?? Donde vivo hay portero, y ya han pasado tres desde que vivo aquí. Con este último no tengo tanta confianza, pero los anteriores tenían un detalle en Navidad. Al cartero o cartera no lo conozco...Sé que hay cartas que tardan como un año en llegar...pero esa es otra historia.
    Un abrazo grande!!

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  19. ¡Hola María!
    Siempre me hace felíz leerte...Tu blog es un pequeño y dulce remanso en el ajetreo cotidiano.
    Estaba esperando un momento tranquilo para comentar, y ahora lo tengo (junto a una taza de earl grey y unos bizcochos de anís).
    Por cierto que es muy nostálgico el tema de las cartas, despierta en uno tantos bellos recuerdos... ¡Qué objeto más precioso es una carta!
    Cuando era pequeña ayudaba a mi madre a preparar las cartas y tarjetas navideñas para familiares y amigos... Era un ritual compartido, que se repetía año tras año. También me brindaba una gran felicidad recibir cartas en fechas especiales como mi cumpleaños.
    Más adelante, cuando estaba en el colegio, adquirí muchas amistades por correspondencia. Era muy emocionante volver a casa y encontrar, no una (lo cual ya era una maravilla), sino varias cartas. Llegué a recibir unas cincuenta cartas al mes, de distintas ciudades y pueblos dentro del país, y también del extranjero. Sobres de los más variados tamaños e, incluso, colores... Cada uno con su propia caligrafía. Y en ocasiones venían con pequeñas sorpresas: estampillas (sellos postates, que colecciono), postales, una entrada de cine, algún recorte de periódico, un poema mecanografiado... Pequeños tesoros que escrutaba sonriendo.
    Y las cartas de amor, esas que solemos esperar con mayor ansiedad... Las sostenía en mis manos por varios minutos antes de decidirme a abrirlas... Deleintándome en el simple hecho de tenerlas ahí, listas para ser leídas.Ahhh... ¡Cuántas emociones contenidas en las líneas escritas y fuera de éstas!.

    Y un día llegó el e-mail... Y esa magia empezó a desaparecer.

    El día que quieras recibir una carta desde Argentina, no tienes más que darme tu dirección :)

    ¡Un abrazo!

    Verónika, la de los mil caballitos.

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  20. Veronica, gracias mil por pasar por aquí. Me ha gustado mucho leer tu comentario. Y me encanta que elijas un momento tranquilo y con una taza de té entre manos. Las dos hemos disfrutado de ver cartas en el buzón y a veces, muchas...en mi caso cuando me iba de monitora de campamento o pasaba el verano con mis abuelos...siempre había quienes me escribían. A pesar de estar tan sólo un mes.
    Me gustaría muchísimo recibir una carta tuya. Y en reciprocidad enviarte otra.
    Me paseo ahora por tu blog.
    Un abrazo grande!!!

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  21. Bueno, al igual que dijo una vez Albert Einstein, solamente existen dos cosas
    interminables: el universo y la idiotez del hombre.
    Check out my website ; Andrea W

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