Quiéreme bien, Rosalind B. Penfold


A veces estas palabras que parecen sencillas, son todo lo contrario. Esta es la historia de una mujer, que no se llama Rosalind, aunque firma como si lo fuera...
Ella puso dibujos, viñetas, a su vida...Simplemente se dibujó para verse mejor. Eligió sin saber que elegía, aceptó sin conocer que aceptaba...porque ese "quiéreme bien", llegaba a tener su momento.

Quién  conoce los ciclos de la violencia, sabe que después de un batallón de palabras, malos gestos, e incluso maltratos físicos,...vienen esos quiéreme que "enganchan" que hacen sentir mejor...por un momento.
Y es que en la mayoría de las ocasiones, los golpes que no se ven...son los que más duelen.

Rosalind es una mujer que fue escribiendo su historia a la vez que la sufría...en sus ratos libres. Sin saber muy bien por qué...y para qué...quizá para ella misma. A veces, cuando se está dentro de ese laberinto, no se cree que se esté viviendo una violencia tan intensa. Se comienza minimizando, no entrando en contacto con una realidad que no existe...con el sueño de un cambio que no viene...o que llega muy de cuando en cuando.

Las voces amigas son necesarias...pero cuando se ha dejado de ser una misma, no se escuchan.
¿Qué hacer cuando nos encontremos con una persona que esté sufriendo maltrato? Pues lo mejor es acompañarla...sin juzgarla. Dejando que vaya encontrando ella por sí misma las luces de salida. Puede que desde fuera se vea con mucha claridad, pero quien realmente tiene que ser consciente de que está sufriendo violencia, es Ella misma.

Retomar el protagonismo de tu propia historia, cuando aún se tiene apego afectivo,...cuando aún esperas (porque siempre se espera, nos lo contaron los cuentos), no es nada fácil...Por eso muchas veces se sale y se vuelve...y se necesita valor para hacer ambas cosas. Lo mejor es estar ahí, cuando eres acompañante, quedarte,...para cuando decidan salir.
A Rosalind le costaron varias salidas de casa para darse cuenta de que lo que estaba viviendo no era amor. Que el amor no duele, que cuando te hacen daño, ya sea verbalmente o a través de otros medios, eso no se llama amor.

Nos enseñan a protegernos de desconocidos, pero no nos enseñan a protegernos de quien nos dice que nos quiere...de quien nos pide perdón, e incluso puede parecer que se esfuerce por cambiar...pero cuando la historia de maltrato es reincidente...hay que salir.

Pienso en las miles de mujeres que han retomado sus vidas, que se han reinventado, que decidieron decir NO, a pesar de que aún había sentimientos difíciles de digerir en su interior. 

Con este libro, encuentras que hay un después...un después a no verse  víctimas, sino supervivientes de su propia historia de violencia. Que incluso esa experiencia pueda formar parte de tu vida, de un modo que puedas encontrarte a ti de nuevo...

Erradicar ese sentimiento de rabia, culpa,...no es fácil, pero es posible.

Rosalind lo cuenta estupendamente en su relato gráfico. Ella logra echarse de menos a sí misma...a la que era antes de vivir una relación donde no fue nadie...en la que no tenía voz.

El libro, fisicamente, es grande y puede resultar duro de leer...hay momento intensos, en los que quizá lo más sutil es lo que más daño hace...incluso a quienes lo leen.  Ella va definiendo apartados en esos dibujos. También nos dice al inicio, que para reordenar dichos dibujos y darles contenido de historia, tuvo que volver a revivir episodios traumáticos, pero que contó con la ayuda necesaria para poder contarlo.



La parte más bonita es esa que denomina: "La vuelta al hogar. Encontrarme a mí misma". En ese capítulo, ella se encuentra deshaciéndose para volverse a rehacer...Hay dibujos muy esclarecedores de todo ello.

Podríamos nombrar a muchas mujeres anónimas que han salido de ese círculo vicioso, queriendo vivir una historia de amor que no existía.
Incluso podemos recordar que esto viene sucediendo desde hace siglos. El ejercicio del poder sobre otro ser humano, lo podemos hacer todas y todos. La violencia proviene de quien la práctica...tanto si es verbal, psicológica, como manipuladora, o física...todas las violencias tienen un nombre. La violencia que se ejerce sobre la mujer en el mundo, posee el suyo propio. Y en todo el mundo, hoy, 25 de Noviembre, se conmemora la lucha contra la violencia ejercida hacia las mujeres.  A las víctimas  reales de historias de violencia y no de amor. Ellas quisieron salir, y por miles de trabas...las más importantes  barreras  se las impusieron a sí mismas...
Podemos recordar a las hermanas Mirabal, quienes fueron violentamente maltratadas, y que por ellas se escogió este día. En la web hay muchas referencias a ellas...

Dicen, que son 44 las víctimas que llevamos este año. Sin duda estos datos, no son reales. Últimamente buscan reducir, y no declarar aquellos en los que se cree que no hay evidencias. Es como cuando no se conceden ordenes de protección, porque no hay un golpe visible. Y...curiosamente...los golpes menos visibles, son los que más les duelen...y existen. Pero...¿cómo probarlos si un relato no tiene voz?

Bueno, ciertamente, también se tendrían que dar datos de mujeres supervivientes...de aquellas que optaron por otra SALIDA, o que encontraron las redes necesarias para hacerlo. Por ellas también va este día...Ellas dijeron NO, un BASTA bien alto para iniciar un camino en el que se construyan a sí mismas.

Rosalind, en su libro rescata una frase..."A veces pienso que la vergüenza, la simple y absurda vergüenza, contribuye a frenar la felicidad y las buenas acciones tanto como nuestros vicios". C.S. Lewis. Para ver más sobre ella, hay una página web; pinchar aquí.

Me quedo con el después... el después que reconstruye a las personas, que hace  como nuestra amiga, la "Inquilina de Wildfell Hall", que Anne Brontë nos dio a conocer, intentar llevar  una vida digna, lejos de ese mundo de violencia...y puede que con las herramientas necesarias, tal vez, algo de pintura y escritura (las plumas tienen más poder del que creemos),...  llenar los momentos de  personas especiales que desean la recuperación real de quienes han sufrido...se pueda iniciar una nueva vida de verdad...donde no haga falta comer perdices...ni rodearse de relaciones de dependencia...donde no nos perdamos unos a otros...sino todo lo contrario...

Caminaré esta tarde, sobre las hojas de otoño, para acompañar ese después, de mujeres y niñ@s...para celebrar la vida de las supervivientes y también, recordar a quienes no tuvieron un "después" en este mundo...

Comentarios

  1. María, una estupenda reseña al igual que ese libro que tan bien describes e ilustras y que no conozco.
    La violencia en casa por parte de la pareja, alguien que se supone que te ama, es perversa por eso mismo ¿quién espera ser agredida por la personas que amas y te ama? A partir de ahí nada es sencillo.

    Apuesto también por el después, por recomenzar, volver a sentirse una persona, perder el miedo y, si es posible, volver a amar.

    Un fuerte abrazo!!

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    1. Laura...yo también apuesto por ese después...ellas necesitan tener vías cauces, para salir de esa espiral. En estos días he estado escuchando discursos y tenemos ya tan manidas las palabras, que a veces suenan a vacío...
      Espero que ellas encuentren la salida entre esa red que parece querer salvarlas y que a veces también las atrapa.
      ¡¡Un abrazo enorme!!

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  2. Un día muy propicio y un libro que es una la´stima que no sea conocido, o al menos yo no lo conozco el título.
    Me parece necesario, y más si está bien relatado.
    Miraré un poco más sobre él
    Besos

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    1. Es un libro impactante, y muy real...lo malo es que esto se suele quedar en la intimidad, bajo las persianas...dar luz a una historia personal es complicado. Ella tuvo el valor de hacerlo. El libro me costó encontrarlo porque está descatalogado en español. Espero que tengas suerte.
      El título original es más interesante, pero no se tradujo igual. Una pena...
      ¡¡Un beso grande!!

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  3. Maravilloso libro, todo un ejemplo que me llevo apuntado, lo desconocía. Un beso!

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    1. Es un libro muy intenso, y que se lee con avidez...aunque luego puede dejarte dolida al pensar lo fácil que es no darse cuenta de lo sutil...
      Un besito gordo...espero que lo encuentres

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  4. En este tema se está dando una doble corriente. Por un lado cada día hay más gente mentalizada en contra de los malos tratos. Que se debe denunciar y ayudar a la persona que los está sufriendo. Pero, por otro, no se entiende que haya personas jóvenes que consideren, por ejemplo, más viril a un hombre violento. O que piensan que los celos son una muestra de amor. Es sencillamente absurdo. Si ahora hay más información, más medios para detectarlo y denunciarlo ¿cómo es que todavía hay posturas tan retrógadas?.
    Has planteado un tema que da para un amplio e interesante debate.
    Saludos, Maria.

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    1. Dorcas, ¿hay una doble corriente? Puede que en ocasiones la violencia sea sutil...con los micromachismos, pero un hombre puede ser viril y no un maltratador.

      Los celos, siempre, son una conducta que provienen del deseo de controlar. Lo que está sucediendo hoy en día entre los adolescentes, no son tanto los golpes físicos, como el control.
      Querer controlar el móvil: "si me quieres me dejarás ver quien te llama",... estar detrás de las redes sociales, decidir como tienes que moverte, etc.
      Te doy la razón en que los medios de comunicación son confusos, pero podemos elegir qué ver e incluso detectar ese control al que a veces se nos quiere someter.
      El ejercicio del poder lo podemos hacer todos y todas...pero está claro y hay evidencias de que el control que se ejerce sobre la mujer, legalmente tiene un agravante...por el hecho de ser mujer.

      La verdad es que no quería ofrecer un debate, sino más bien para la reflexión. ¿Hay que debatir la violencia? Es un hecho...existe, y prueba de ello, es este relato de Rosalind.
      Saludos, Dorcas

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  5. ¡Que bella y dura entrada, María! Creo que es muy acertado todo lo que dices y me parece especialmente esclarecedora la frase sobre la verguenza. La verguenza puede encarcelarte y venderte que no mereces ser feliz, que te mereces lo que sea, es de las cosas más tóxicas que conozco.
    No sabía nada sobre las hermanas Mirabal, acabo de estar un ratín investigando y me quedo temblando...
    Ójala encontremos entre todos la manera de parar la rueda de la violencia, nuestras culturas crean mosntruos.

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    1. Gracias por escribir, Tácita Lane...La vergüenza es lo que hace no tengamos alas para volar...está a veces, muy relacionada con los miedos. Por eso hay que hacerla visible. De algunas vergüenzas hay que reírse...y darles su lugar. Otras no lo tienen.
      Las hermanas Mirabal también fueron un descubrimiento para mí de hace unos años. Es increíble cómo se transmite la información. Sueño con un periodismo que nos haga sentir que vivimos en un mundo donde hay más...sin cerrar puertas. Hacer visible lo invisible y no las murmuraciones. Nos informan de lo que murmuran...en fin...pero este es otro tema. Me alegra saber que te ha dado para investigar...Ojalá, como bien dices, encontremos la manera de salir de esa rueda viciosa...Un abrazo grande

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  6. Hola María, este tema de la novela que comentas, de la cual yo nunca había oído hablar, es tema de los noticieros de casi todos los días en mi país, el feminicidio.
    Y eso que esos son los casos que terminan en muerte, o muy cerquita, porque lo de golpes, insultos, uhhh, quien sabe cuantos más serán.
    Ahora hay que estar muy atentas, con eso de los novios celosos, a la primera pista que den de ser violentos, hay que deshacerse de ellos al toque.
    Me parece que este libro debe ser digno de leerse.
    Ojala lo consiga :O
    Un abrazo!! :)

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    1. Pilar, ¡¡qué bien lo has dicho!! Los celos son algo muy importante y que nos tienen que hacer saltar las alarmas para salir huyendo.
      El machismo es una lacra, que hasta podemos ejercer nosotras...pero ciertamente, hay países donde aún es muy invisible. El tuyo cada vez da más visibilidad y eso es importante.
      Aún nos queda mucho camino...aquí también...en Europa.
      Un beso muy grande
      P.D. Cuando vuelva, me paso por tu blog para ver esas pelis de las que nos hablas.
      Un abrazote

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  7. María que doloroso y necesario es el libro que nos has traído. Como bien le has dicho a Pilar, todavía nos queda un largo recorrido para erradicar el maltrato. Dios mío ¿puede haber una pesadilla peor que encontrar la violencia, el dolor y la muerte en el seno de tu propio hogar, en ese lugar que debería ser refugio y reducto de amor?
    Nunca he tenido que enfrentar directamente un caso de maltrato, y sinceramente María creo que en un primer momento me quebraría de tristeza, ¡me sentiría tan impotente! ¿Como ayudarla? ¿como protegerla?
    Creo que leer el libro de Rosalind podría serme precioso para comprender y saber reaccionar.
    Lo que tengo claro es que haré todo lo que esté en mi mano para enseñar a los hombres mas pequeños de mi familia, lo que significa de verdad querer a una mujer. Con respeto, con amor, de igual a igual.
    Un abrazo enorme!

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    1. Marie, muchísimas gracias por tus palabras...siempre me gusta leerte...aquí y en tu espacio.

      Lo describes de maravilla...el mayor peligro está a veces más cerca y en el lugar del que tendría que provenir la seguridad...por eso es más difícil de ver y de erradicar...hay muchos sentimientos que envuelven todo eso...y quien está dentro no puede verlo tan claro como quienes están fuera.
      Rosalind necesitó de muchos espacios para sí misma...de verse desde fuera...Por eso lo mejor...es ofrecer a las personas que sufren algo así, un espacio seguro...donde no se las juzgue, sino que se las acompañe...aunque decidan volver a dar oportunidades...hay que pensar a quien se las están dando es a sí mismas.
      Como bien dices, desde la educación de nuestras personas cercanas, sería bonito educar en el respeto, en la igualdad, en el amor...
      Y esperemos así, que se erradiquen no solo la violencia machista, sino muchas más violencias que existen y de las que se habla también poco...
      ¡¡Un abrazo muy grande!!

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  8. María:
    vengo a saludarte, a recorrer con tiempo tu casa y a decirte que buscaré este libro no sólo para mí, sino también para algunas amigas de mi hija que viven un noviazgo lleno de violencia. Quizás les brinde algunas luces de las que hablas. Aquí hay mucha violencia hacia la mujer, cada mes hay cuando menos una muerte de una a manos de su pareja. Una situación lamentable (pero bueno, todo mi país está sumido en un ciclo que parece no tener fin).
    Un beso,
    Ale.

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    1. Ale, sigue siendo un trabajo de Naciones Unidas, dado que por desgracia, en muchos países es algo que no mejora. Aquí sigue siendo complicado...Hay mucha violencia hacia la mujer, se nos sigue viendo como el sexo débil, e incluso nosotras mismas...creo que el ser diferentes no nos hace distintos, dado que entre los mismos sexos hay también muchas diferencias...
      Un abrazo muy grande,

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  9. Tema muy importante, muy duro, y mucho más frecuente de lo que parece. He entrado en su página y lo que he visto me ha gustado. Besos
    (Mi página de FB no tiene un sol, esa es otra Elvira Coderch. La mía tiene la misma foto que sale aquí en mi perfil)

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  10. Holaaaa, Maríaaaaa, espero tu contacto en Facebook! Besos

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    1. Elvira, por su puesto. Lo vuelvo a intentar. Pero aviso que no me meto mucho en Face.
      Un besin gordote.

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  11. Y yo casi no entro en los blogs ahora, jaja! Bueno, poco o mucho, nos vemos en los dos sitios ahora. ;) Un beso

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