Los hombres me explican cosas, Rebecca Solnit

 
Siempre me gusta escribir en un día como hoy y felicitar a todas las personas que luchan por construir un mundo mejor,... por un lugar más igualitario,...Es como si me llamara el lápiz o el teclado, y tuviera que escribir por las mujeres que no pudieron hacerlo. Mi abuela paterna, pertenecía a esas mujeres. Al igual que otras muchas de vuestro entorno pasado. Hace cien años tenía dieciséis y a esa edad, no sabía leer ni escribir. Se le negó el acceso a la educación por ser pobre y ser mujer.


Así que...en un día cómo hoy, en el que los derechos para todos los seres humanos aún no están constituidos en todo el mundo, y en los que parece que sí lo están,  se asoman solo  por escrito,...observamos que sigue existiendo una diferencia de género  visible. Vengo a reflexionar sobre eso de la diferencia...ya que muchas personas piensan que vivimos en un mundo igualitario, al menos, en esta parte del planeta. Sin embargo, y a pesar de haber conseguido mucho a lo largo de la historia (no hay más que visitar el siglo pasado por estas fechas, y encontraremos diferencias realmente alarmantes), hoy en día parece que la lucha es algo de personas que no están satisfechas consigo mismas, o que se han dedicado a buscar el detalle...y realmente no hablo de detalles, hablo de algo evidente, que a todas nos llama la atención.


Hace poco estuve viendo a Pamela Palenciano...ella explica muy bien, a través de su monólogo de qué hablamos cuando nos referimos a las diferencias. Lo explica de maravilla, y con un lenguaje muy cercano. Todas las personas podemos ejercer poder y hacer sentir insignificante a quien nos rodea, pero la violencia de género tiene algo más que las diferencia a todas, y es algo común en todos los países. Se aprende. Por eso es tan importante la educación y vivir en un mundo donde todas y todos tengamos las misma oportunidades.




Pero hoy vengo con un libro entre manos que me quema en las manos...que me llama la atención por lo interesante y ameno que resulta. Comencé a leerlo a finales del pasado mes... Acababa de salir de una jornada de formación y nos habían hablado de este libro. tuve tiempo para mí, y entré en la librería  Pasajes (siempre que puedo me doy una vuelta). Allí han dedicado una de sus estanterías a libros para la igualdad; feminismo.  Me llevé el libro tan contenta al tren que me llevaría lo más cerca posible de casa. Y allí, sentada, entré dentro de cada palabra y no me quería ir. Tanto es así, que al alzar la vista no sabía en qué parada me encontraba y casi cambio de comunidad. Si...este libro y su autora, me llevaron a un viaje ligero, atravesando la oscuridad con los ojos abiertos  (p.78)...Cuando consigues ver  lo evidente... una vez que lo ves, ya no puedes dar marcha atrás. Somos iguales,...pues bien...lamentablemente, hay un grosso en la actualidad, que no piensa así. Por eso hay luchas como las que a veces recorren las calles de nuestra ciudad, o aquellas que están en huelga de hambre más de veinte días, y que salen en los medios de comunicación y se manifiestan simplemente por disponer de derechos que son coherentes, aunque ahora exista una parte de la población que no lo comparta ni lo entienda.

Rebecca en su libro, te hace visitar cada casa a la que se dirige, cada conversación de su vida cotidiana, y hace que te quedes allí...tomando té de diente de león rancio con Susan Sontag mientras discuten sobre las "Woolf "de las que ambas hablan,...mientras la oscuridad tiene matices diferentes en ambas...quizá para una es azabache y para la otra es ébano.
Virginia Woolf, decía: "El futuro es oscuro, que es, en general, lo mejor que el futuro puede ser, creo". Rebecca suscribe estas palabras,...pero da un sentido nuevo a la oscuridad, ya que para ella tiene luz propia...aunque sea la de una farola. No sabemos que hay detrás de la curva, y realmente es oscuro por desconocimiento, pero la oscuridad también esta precedida de nuestras acciones. Un libro puede no tener éxito en vida, y pasados unos siglos, o años, alguien lo redescubre y le da un lugar en el tiempo. Su sino era quedarse en el olvido, seguir en la oscuridad, pero tal vez alguien le acerque a la luz de su tiempo, de su futuro...

Mirar, esquivar la mirada, mirar de nuevo...este es uno de el los subtítulos del libro, en el que habla de nuestra amiga Woolf...de su influencia, de sus palabras...e incluso lo compara con la Woolf de otra escritora que también la menciona en otro de sus libros, Susan Sontag, (Ante el dolor de los demás), y como decía más arriba, es como si ambas tomaran ese té con Woolf, y se sentara a explicar esa oscuridad fútil que a cada quien le invita a una reflexión diferente.


El libro es maravilloso, y tiene mucha más miga de la que hoy os estoy transmitiendo. Creo que más adelante, volveré a rescatar mucho de él, porque merece la pena...hoy solo quiero compartir  a quienes dedica el libro Rebecca:


A las abuelas, a las que luchan
por la igualdad de derechos,
a las soñadoras,
a los hombres que lo entienden,
a las jóvenes que continúan con la lucha,
a las mayores que abrieron camino,
a las conversaciones sin fin y a un mundo
que permitirá que Ella Nachimovitz
(nacida en enero de 2014)
se desarrolle para vivir
plenamente su vida.




Parece que hoy vestiremos de negro, de oscuro por las calles de mi ciudad,...en reivindicación de esos derechos que aún no hemos conseguido. En pro de la igualdad y dando la mano a las antecesora que nos precedieron e hicieron que hoy yo pueda estar sentada escribiendo.
Dentro de ese sinsentido del mundo, las mujeres siguen muriendo por la violencia y este año los datos ya comienzan a ser alarmantes. Ayer estuve con las mujeres que estaban en huelga de hambre en la Puerta del Sol...(un nombre que parece paradójico en su situación), y quien sabe, puede que hoy consigan esas veinticinco propuestas y su oscuridad se vuelva luz...
Os deseo un día lleno de igualdad.




Comentarios

  1. Cuanto camino aun por recorrer ¿verdad? La verdad es que es triste que tenga que existir el día de la mujer bajo el concepto de que aun tenemos que luchar por nuestros derechos. Eso debió quedar atrás hace mucho, pero es indudable que no es así.
    Me encantaría leer ese libro. Salgo a la calle y veo además tantas injusticias que me asusta, en pleno 2017.
    Y en cuánto a la violencia de género, uf, qué decir. De veras, con todo lo hermoso que se puede hacer en la vida, es una pena que algunos solo tengan tiempo para la violencia.
    Un beso muy fuerte cariño. Voy a buscar el libro para leerlo. Algo me dice que tiene que encantarme. :D

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    1. Margarita, suscribo tus palabras. El libro merece la pena. No es en contra de que los hombres nos expliquen cosas, pero si va sobre la prepotencia y los momentos presentes y pasados que vivimos.
      Habla un poco de todo,...en especial de micromachismos. Hay algún capítulo más duro que ofrece datos sobre las violaciones conjuntas...y las aisladas. También sobre la falta de la credibilidad de las personas que denuncian momentos vividos difíciles de transmitir y de elaborar un discurso. Es un libro con mucha miga...que despierta mentes...es como tomar cafeína y teína juntas.
      Un abrazo y que disfrutes del precioso día de hoy.

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  2. Tomo nota. Una entrada completísima. Y el libro no lo conocía. Un besote!

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  3. He visto este libro varias veces, pero no sé porqué el título me chirriaba. Después de leerte donde había un chirrido ahora hay un silbido para que acuda a él.

    Me comeré esa miga ;)

    Un abrazo

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    1. A mí el titulo tampoco me gusta, sin embargo, es un libro increíble. Creo que te gustará...es agradable de leer. Rebecca lo cuenta con mucha sencillez y desde los datos de su país...Es muy coherente.

      Un beso grande

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