El Secreto de Vivir

Sí...lo admito, en ocasiones soy "clasicoadicta"...y a pesar de que ahora me dispongo a salir al cine (Jane Eyre me espera) y que mañana, probablemente intentaré ver el mar, hoy, ahora, estoy escribiendo tras volver a ver una de las películas que más me gustan del cine clásico. De esas en las que la rapidez verbal con la que hablan, hace que en ocasiones, te destornilles de la risa. Aunque la película trate temas más interesantes y pueda parecer dramática.

En mi caso, me suele pasar a menudo con los clásicos...Y esta película, tiene esa mezcla de ternura, calidez, belleza...que casí sin querer, te prepara ya para el resto del día, y así...es como parece que me siento.

Quizá en estos momentos, soy un extra más en blanco y negro que se ha salido de la pantalla, y que se mueve en la vida diaria de un Diciembre lleno ya de luces navideñas (tempranas), puestos de castañas, aromas de chocolate...Y quizá, exista música...una Lorenna Mckennitt cantando canciones tradicionales antiguas...Y así...en esas sensaciones me voy moviendo y me preparo para salir a ese Madrid iluminado. Yo seguiré en blanco y negro. Igual que Mr Deeds va a la ciudad, en mi caso llevaré paraguas, y no creo que me llegue a montar en autobus. Y ya sentada en mi butaca del cine, estaré atenta a ver esta decimo quinta versión de una película que tantos recuerdos me trae...Y es que un libro...te lleva al cine...y del cine al recuerdo del libro...y de allí a las sensaciones que tuviste al leerlo, a quienes lo leyeron y te hablaron de él...a elegir la versión cinematográfica que más te gusta...

Sí alguien no ha visto "El Secreto de Vivir" o "Mr. Deeds goes town", estas fechas son formidables para hacerlo...¿Quién no ve "un Capra" en preludio navideño?...¿Quién no vió "qué bello es vivir"? Esta película, también en ocasiones, lacrimogena, te deja una sensación estupenda (de ahí lo de seguir en esos colores)...La historia es de lo más bella. De personas con un corazón grande...que se encuentran con esas dificultades de la vida...donde uno puede estar "en quiebra" con sus principios o seguirlos a pies juntillas. Es una película donde el arrepentimiento es posible, donde los daños son reparables y el amor lo consigue hacer más bello aún.
Mr. Deeds, es un señor tranquilo, que vive en un pueblo tranquilo y que no tiene prisa por vivir una vida de éxitos, de palmaditas en la espalda, de reconocimientos públicos...a pesar, de que por su forma de ser, ya recibe todo este tipo de recompensas.

Ella, una mujer que se hace a sí misma, y que vive en un mundo, de momento, mayoritariamente de hombres,...escribe en un periódico, y trata de conseguir la noticia que la haga merecedora de un lugar en su trabajo. En defnitiva el éxito...el aplauso del público. Lo consigue, haciendo daño al más inocente... y se descubre a sí misma, lejos de la competitividad...dándose cuenta de que esas son también unas grandes cadenas que nos impiden realmente ser feliz....
Con Capra una siente que la vida esta plagada de detalles y momentos felices que quizá no vivimos...o que se nos escapan porque estamos más pendientes de otras cosas que queremos conseguir.

Los detalles son importantes, y esta película nos lo recuerda.
Me encanta la interpretación de Jean Arthur...ella tan tranquila, dispuesta a conseguir sus objetivos, se pregunta sí realmente merece la pena seguir persiguiendo sueños que en un principio pensó que la harían feliz. Aparece fuerte, vivaz, elocuente, sabia...y al mismo tiempo hace morder el anzuelo, al que comienza a ser su mejor amigo. Pero como digo, Capra no decepciona y te deja un buen sabor de boca. No hay dejarse encandilar por los personajes principales, hay secundarios estupendos, que nos harán sonreir...y tal vez reír a carcajadas. Pero esto...hay que descubrirlo viendo la película.

La actriz, que tanto me ha gustado y a la que tendré el placer de ver más amenudo, parece ser que se retiró de la vida activa como actriz pronto, y que se dedicó a dar clase de interpretación. Como anecdota, dió clases a una jóven Meryl Streep...

Como decía en un principio, me marcho unos días, pero vuelvo pronto cargada de libros y de paisajes (eso espero).