Mis horas con Virginia Woolf.

Es habitual que Virginia Woolf me acompañe muy a menudo en estas amenas tardes de Primavera, pero hace unos días, se ausentó, tenía otra cita...un encuentro ineludible con el pasado, para recorrer el que fue su último paseo por el río.

Hablo mucho de ella, porque siempre me ha fascinado....incluso al inicio de conocernos y no sentir demasiada afinidad. Hoy en día, sé que somos muy distintas en algunos pensamientos, ideas y formas de vida que son fundamentales para ambas....Tal vez por eso nos hemos conocido en otros momentos del mundo...quizá es importante que exista esa franja de tiempo  que nos distancia, como línea disuasoria de nuestras ideas y valores más estables.

Su muerte siempre me impactó. Al principió me pareció una salida poco afortunada. Sin explicación. Quizá le sucedió un poco como a Charlotte Perkins,... y ella no supo poner nombre a su enfermedad, a esas crisis nerviosas que sufría y hoy en día parece que llevan un nombre. Aquí discrepo con el mundo, y creo que muchos médicos darían versiones diferentes a su enfermedad.
Después, empaticé mucho con ella, al conocer algunos de sus ensayos, y sus obras más directas...sentía que ambas teníamos mucho que compartir y en mi caso, que aprender. Me entusiasma su habitación propia, sus ilusiones, sus miedos (a pesar de que parece que no se enfrentó a ellos, lo hizo)...

En fin...podría decir que mis "horas" con Virginia Woolf, han sido de lo más diferentes. Las horas han marcado su vida, a ella... a la que llamaban Mrs Dalloway. Quizá se la vislumbra mucho más que en sus biografías, a través de algunos de sus personajes...quizá en alguna frase o en algún pensamiento que se interpone entre la realidad y la ficción.
Se podría decir de ella, que siempre tuvo diferentes "horas", para muy distintos momentos.

Fue una mujer que tuvo que vivir muchas guerras internas (además de la externas)...aceptar las despedidas de personas a las que quería de forma muy directa...sufrir que el amor sagrado entre hermanos, que puede ser que rondara   la forma más cruel y hacer un daño  al que hay que añadir el silencio de no poder contarlo...Virginia tuvo que salir de sí misma, de sus miedos, para tratar de encontrarse con sus personajes...a los que me los imagino muchas veces como en el cuadro de Dickens...ese en el que revolotean mientras él está sentado en su mesa de escritorio.

Ella trató de buscar sentido al sinsentido de la vida en el que muchas veces nos vemos inmersos...Sus "horas" en la biblioteca, buscando información sobre lo que no pudo estudiar por su condición sexual, en una universidad, tendría que hacerlo por sí misma. Y esas "horas" de encerramiento, con un determinado libro, era como estar hablando con el mismo autor o autora en persona. Además, luego su vida estaba llena de reencuentros, tertulias,  cenas... con escritoras y escritores con quienes además, podría  discutir y cambiar o no de opinión,...imagino que  esas eran muchas de sus horas cotidianas.

Las mías con ella, están plagadas de momentos muy diferentes. A veces, leyendo sus diarios, entro en contradicción, y su misma depresión se contagia, pero también esa sensación de ser feliz con los pequeños y sutiles momentos de la vida. Con la fugacidad del instante, con el amor a quienes te rodean...y las risas de los momentos menos esperados...

Ahora, en mis manos están algunas de las páginas de sus últimos años...leyendo no puedo evitar pensar lo fácil que se puede pasar de un estado mental a otro. Y cómo si realmente somos tan conscientes de la vida,  de lo  efímero del instante que vivimos,... no hacemos nada para cambiar y aprovechar todo lo que hay a nuestro alrededor. Quizá el amor, a quienes nos rodean,...es eso no lo único que nos podremos llevar allá donde nos vayamos....o si no hay nada...esa será nuestra marca de existencia. ¿Qué queremos dejar de nosotras/os mismas/os a parte de esos libros que tenemos siempre pendiente escribir?  Tal vez, solo tenemos el presente...y en este hay suficiente como para regalar lo mejor...

La vida nos ofrece muchas oportunidades, al mismo tiempo no sabemos lo que nos depara el futuro, las luchas, los miedos, las alegrías, el amor, con el que tendremos que enfrentarnos...¿será que tendremos que buscar herramientas dentro de nosotras/os mismas/os?

Viernes, 29 de Marzo 1939

¿Quién iba a decir a Virginia que se
convertería en un Penguin
con el tiempo?
¿Qué hay que sea liberador y tranquilizante? Tengo estas sensaciones cuando abro la vengan por la noche y miro las estrellas. Desdichadamente son las doce y cuarto de un día gris y aburrido, (...) ¡¡Señor, Señor! Y la gripe me ronda. Si vuelvo a tenerla, ¿en qué pensaré? En el río. Digamos el Támesis en el Puente de Londres; y en comprar una libreta de notas; y en caminar a lo largo del Strand y dejar que cada rostro me propine una bofetada; y cada tienda; y quizás un Penguin. Si, porque vamos a Londres el lunes. Entonces me parece que leeré a un elizabetiano, será como saltar de una rama a otra. Después de regreso aquí iré de un sitio a otro...Oh, sí, y promoveremos la venta de nuestros libros a lo largo de la costa, y tomaremos el té (....). Quizá cuide un poco el jardín. (...)
La Calle Strand, hace algunos años...
La verdad es que no he visto la primavera en el campo desde que estuve enferma en Asheham en 1914, y que en aquel momento tuvo cierto carácter sagrado, a pesar de la depresión. Creo que también soñaré un libro de poeta en prosa; quizás haga un pastel de vez en cuando.

Bueno, bueno, basta ya de pelear con el futuro o de lamentar el pasado. Goza del lunes y del martes, y no aceptes la culpa de los sentimientos egoístas, ya que , bien lo sabe Dios, he cumplido con los deberes que me incumbían, con la pluma y habla, para con la raza humana. Quiero decir que los jóvenes escritores pueden seguir en pie de guerra. Sí, merezco una primavera, y no le debo nada a nadie.

No necesito escribir una carta (están todos los poemas, manuscritos, esperando), ni necesito tener invitados ap sar el fin de semana. Sí, ya que los demás pueden ser tan felices como yo esta primavera. Ahora, ahogándome en el caudal del agua que discurre, leeré a Whymper hasta la hora del almuerzo".

Parece que era premonitorio a una despedida anunciada. Su Fin del Viaje, como así tituló a su primer libro, estaba a la vuelta de la esquina...y sus últimas palabras de ese día, parecen hacerse más reales que nunca. La imagino con el libro de Whymper entre sus manos, leyendo sobre viajes, y otros mundos, y quizá...para el almuerzo, venga de pronto a sorprenderme de nuevo. Esta vez sin paraguas, aunque algo mojada...yo la abriré la puerta y la dejaré ropa para secarse. Quizá ella es más alta que yo, pero seguro que algo de lo que tengo le vale. Mientras, dejaré reposar el té. Tal vez, hoy por ser un día de viaje para ella, le espera uno que trae aromas del india, china...con cardamomo, especias...


Este año, como curiosidad, decir que el día de su muerte coincide con el día que sucedió hace más de setenta años...Era una mañana de sábado, no sé si hacía sol o no, pero sé que ella no estaba dispuesta a dar ventaja a los imprevistos.

Mientras escribo, cuatro mariposas danzan en el jardín, será que me quieren decir algo...¿será que mi amiga Virginia Woolf, esté donde esté, sigue sintiendo la belleza de la vida entre sus dedos? Llaman a la puerta...¿será ella?

Todas las fotos e imágenes, han sido extraídas de intenet

Comentarios

  1. Hola María.
    He leído con detenimiento tu texto, mientras lo hacía me has hecho ver a Virginia Wolf paseando en compañía de la lluvia, en uno de esos maravillosos y solitarios jardines ingleses. De Virginia Wolf tengo a medio leer “La torre inclinada y otros ensayos”, es un libro para degustar a sorbos, sin prisas, como una buena taza de té. Un placer leerte.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. A Virginia hay que leerla a sorbos y sin prisas,...dice mucho más de lo que parece en un principio. Desde luego, parece que leyéndola una viaja junto a ella a donde quiera que nos lleve...y siempre hay tazas de té y algo de lluvia...a pesar de que luego salga el sol.
      Saludos

      Eliminar
  2. Ya sabes cuánto admiro a Virginia Woolf y que he leído sus obras principales de veinteañera (ahora releo alguna de sus obras con placer).

    Justamente hoy he visto en la prensa que ha aparecido una biografía muy completa titulada Virginia Woolf. La vida por escrito de Irene Chikiar Bauer.

    No recordaba que era ahora cuando se cumplen años de su muerte. Respecto a su enfermedad, es un tema que se ha estudiado mucho y resulta casi secundario para los que amamos su obra y la personalidad de su autora.

    Un texto precioso el que has escrito, María. Un placer leerte.

    Abrazos!!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Sé que admiras y lees a Virginia Woolf...sé que anda por tus estanterías.
      He visto la biografía y estoy en duda de leerla...preferiría que hubieran traducido sus diarios. Tengo fragmentos, pero no todo, y...creo que es como mejor se la puede conocer. Lo demás son interpretaciones...pueden gustarte más o menos.

      Ella se fue del mundo, un 28 de Marzo, de hace setenta y cuatro años. Como bien dices, su enfermedad sus nervios, resultan secundarios,...pero a mí me parece que para ella era una de sus grandes preocupaciones, ya que le impedía hacer lo que ella más quería: escribir y estar con la gente que amaba.

      No sé si acertaron con su enfermedad, lo que si es inútil es dar vueltas de lo que pudo ser, ya que no se sabe con seguridad...Tal vez dentro de otros setenta y cuatro años se diga que fue otro trastorno...¡a saber!

      Sin embargo, siento que está más cerca y libre de esas sensaciones que la aprisionaban. De momento, puedo invitarla a tomar té a cualquier hora,...la tengo siempre bien cerquita.

      Gracias por venir, me chifla hablar de ella...y siempre me queda una conversación pendiente. Hoy en una ponencia la he recomendado...y he visto como algunas personas tomaban nota...¿sigue viva entonces?

      Eliminar
    2. Tengo Diario de una escritora editada por Lumen, en la que su marido hizo una selección de sus diarios, extraordinaria lectura.

      Sigue viva sin duda ;)

      Eliminar
    3. Laura, no tengo el libro, creo que es una biografía contada por una periodista-escritora. Seguramente acabe cayendo en la tentación...de momento, estoy acercándome al libro con sigilo.
      Lo que más me gusta es leerla a ella...sus diarios.
      Ojalá se decidan por traducirla en sus diarios...las novelas también dicen mucho de cómo era y de quien era.

      Sigue viva...si...

      Eliminar
  3. Quizás como tu dices, María, las respuestas que buscamos las tenemos dentro de nosotros mismos. Por eso ni los libros que leyó Virginia Woolf, ni los que escribrió, pudieron salvarla. Pero aquellos que nos dejó, son una verdadera joya.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Dorcas, sin duda creo que las respuestas que buscamos están dentro de nosotras mismas...pero a veces necesitamos que nos ayuden y acompañen para que salgan...puede ser a través de los libros, amigos, profesionales...
      Tal vez no encontró salida, pero me cuesta pensar que el ser humano está predestinado a vivir un determinado momento y que nada ni nadie puede salvarlo.
      Quizá...no lo sabremos nunca...no se encontró con el libro o la persona o el pensamiento, o el fármaco, o la terapia...que la salvara de un abismo, de su tristeza...
      ¿¡¡quién sabe!!?

      Permiteme que quiera creer que si hubiese habido algo o alguien que la detuviera al coger las piedras (y por detener no quiero decir imponer, sino invitar), no las habría tirado y se habría sentido libre de esas ataduras mentales que la obsesionaban y no la dejaban ser ni pensar con claridad...

      Lo bueno, como tu dices, es que ella queda en lo que escribió...ella está en las palabras escondidas que regaló a sus personajes...ella está en las horas que pasamos leyéndola...

      Un abrazo

      Eliminar
  4. Hola María, yo también he pasado muchas horas últimamente con Virginia Woolf, he ido aprendiendo a conocerla poco a poco. Me ha pasado igual que a ti, al principio no entendía muy bien a esa mujer que un día decidió adentrarse aquel río con los bolsillos llenos de piedras. Ahora he llegado a comprender un poco mejor su frustración por no poder estudiar. Su relación con su estricto padre, que sin embargo provocó una de sus mayores crisis nerviosas. Sus reuniones con el grupo de Bloomsbury, reuniones en las que también participó su hermano. Esa pequeña imprenta en la que ella y Leonard invirtieron tanto esfuerzo. Creo que era una gran mujer a la que quizá no dejaron mostrarse tal y como era. Un besote
    Noelia

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Es una maravilla leerla, ¿verdad? Hoy he recorrido junto a ella, algunos fragmentos que vivió, y sin duda era una mujer muy avanzada a su época...tal vez, en ocasiones, incomprendida...pero indudablemente interesante.

      Pienso que pudo ser quien quiso en cierta manera...desconozco si quiso ser madre. No tuvo muchas opciones para elegir. Pero eso se lo dejo a ella y a su intimidad...
      Tuvo la suerte de poder vivir con un compañero y amigo, que fue su marido...y a la vez disfrutar de tertulias y de la amistad de grandes personas que la rodearon.
      Sin embargo vivió muchas perdidas...eso finalmente, llega a derrumbar el alma de alguien tan sensible como ella...

      Besos mil y gracias por venir

      Eliminar
  5. Bonita reseña, preciosa .Era una gran escritora.La admiro muchísimo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Raquel, muchas gracias. ¡¡Es admirable!! A pesar de sus detractores...
      Gracias por comentar y bienvenida

      Eliminar
  6. El día 2 lo vi, aunque hasta ahora no me haya podido poner a escribir como quiero hacerlo, con calma. Y es que parece que cuando escribes algo de Virginia me suena una alarma dentro, el alarma del alma. Cuando escribe ella me lleno de tranquilidad, de sosiego, de paz... cuando escribes sobre ella me pasa lo mismo.
    Ese amor que transmites al dirigirte a sus escritos, a su vida, a su recuerdo... uf, qué tendrá esta persona que nos ha llegado tanto al corazón.

    Y seguro que no tenemos con ella muchas cosas en común, es cierto, pero algo hay ahí para que cuando veamos su foto, cuando leamos sus palabras no sea igual que leer las de otro u otra.

    No he leído casi de ella, tan solo "Las olas" (uf, fue duro... difícil de entender, pero lo leí), "Una habitación propia" (me gustó mucho, aunque era más feminista de lo aconsejable jaja, casi enfermiza, y los extremos no son buenos) y también he leído algunos escritos suyos sobre Londres. Así que soy un suertudo, todavía me queda muuuucho por leer de ella, me falta mucho por descubrir.

    Ella no encajaba en el mundo que le tocó vivir, y eso a veces nos pasa. Su bipolaridad no es tan rara hoy en día (sí, todas esas "locuras" mentales suyas hoy en día tienen nombre, pero al ponerlas nombre no hacemos magia y las hacemos desaparecer)
    Dicen que acabar con la vida de uno mismo es un acto de cobardía, aunque yo a veces pienso que hay que ser muy valiente para atreverse a acabar con nuestra existencia así sin más... yo no podría hacerlo, quizá porque sé que tengo más que perder que lo que ganaría (y por lo visto ella lo vio como una solución para acabar con sus problemas y que dejaran de afectar a los que la rodeaban, más que nada a su marido)

    En fin, que nos podríamos pasar horas (jeje, horas) hablando de esto (o bueno, escribiendo más bien, que es lo que podemos hacer aquí) pero siempre llegaríamos a la conclusión de que fue una gran escritora, con un temperamento difícil, pero que gracias a ella nos podemos trasladar a otros mundos que otros escritores no son capaces de conseguir hacerlo.

    Gracias por tu blog (no me canso de decirlo) y GRACIAS por haber puesto el link hacia una entrada que no había leído, porque supongo que es de una época cuando todavía no te conocía. Vaya, que magia la de internet, puedo volver a la época a la que aún no te conocía, y eso es como si por encanto, pudiera sumar más tiempo al que te conozco (es tarde, mis palabras bailan y son alocadas... difícil de entender)

    Un fuerte abrazo y espero leer en breve algo más de nuestra "común amiga". Me alegra haberme reencontrado contigo después de más de 74 años (te acuerdas de nuestra otra vida?? jeje)

    Pd: Ella se "metió" en el agua el 28 de marzo verdad?? y no encontraron su cuerpo hasta unos días después...no? es una duda que tengo. Gracias de nuevo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias Iván por tus palabras. La verdad es que si, por lo que observo, cuando viene de visita Virginia Woolf, también entras por la ventana...¿será el té? Pero creo que te quedas con ella por sus palabras.

      Las Olas,...dicen que es de sus obras la más compleja. Hablo de lo que dicen, porque servidora aún no lo ha leído. Pero...¿tengo el libro? Of course, y no solo uno...sino también el original en inglés,... que encontré en una tienda de Hay On Wye (pueblecito lleno de libros que no debes perderte), y que además, contaba con el dibujo en la portada de su hermana Vanessa.

      Me queda mucha Virginia por leer...y eso me gusta. No me agobia, pienso en la suerte de los futuros encuentros. También digo, que puede que no la entienda nada de nada, y entonces, a parte de debatirme entre tomar más de una taza o dos de té de seguido...también tendré la humildad suficiente como para decir..."querida, no te entiendo, aunque no por ello vamos a dejar de encontrarnos..."

      Como bien dices, me pasaría horas leyendo de todo esto...y no terminaría.
      Me llama la atención que el libro de "Una habitación propia" te pareciera demasiado feminista. Hoy lo he releído y lo he recomendado para una clase en la que ha dado una charla (los pobres, me han aguantado estoicamente...) y me ha gustado ver que había quienes tomaban nota del libro. Sé que antes de leerla, una tiene que conocer algo de la literatura inglesa que ella maneja, porque para no haber ido a la universidad, el libro...tiene mucha miga...no es fácil.
      Sin embargo, no lo encuentro feminista en extremo. Creo que "tres guineas" es más feroz...aunque no lo he terminado de leer...pero estoy en ello.
      Algo que olvidé decir es que es importante que traducción se lee del libro y la más divulgada no es la mejor traducida, desgraciadamente. Borges es maravilloso, pero en esta obra, y a mi parecer (y al de muchos) el libro se queda corto. Me quedo con el de Laura Pujol, que a mi entender se acerca más a lo que ella escribió.

      Me he enrollado mucho...¿ves? Con Virginia no soy consciente del tiempo.

      Ella murió un 28 de Marzo y la encontraron un 18 de Abril...En el New York Times, el 2 de Abril pusieron una noticia en la que decían que había desaparecido, y que la el Sr Woolf pensaba que lo más probable es que hubiera muerto.

      Sin embargo...puedo afirmar...que ella está viva en casa, en las librerías, bibliotecas,...en cualquier rincón puede que te tropieces con ella...

      Gracias a ti, Iván, por tus palabras.

      Eliminar
  7. Hermosa entrada dedicada a una escritora, para mí, tan complicada y diferente según qué obra cojas de ella.

    Sus obras breves, de las que tengo una antología, son un buen modo de empezar a conocerla.

    No pude con 'Orlando' (como siempre digo, seguro que no era el momento), pero soy una devota de una pequeña biografía de Elizabeth Barrett-Browning y de su marido escrita desde el punto de vista del cocker spaniel de ella.

    Se titula 'Flush' y es una belleza de libro, entretenido y lleno de sentimiento.

    Si aún no te has acercado a La Woolf, hazte con esta historia y querrás volver a leerla.

    La vida de Virginia Woolf es rara, tan extraña como su rareza mental le impone.

    Ver dónde vivió, el barrio de Bloomsbury en Londres, y saber de sus depresiones te resulta de un antagonismo insultante. Es un lugar tan bello (por cierto, si vais por allí buscar su busto y haceros una foto junto a su cabeza)

    ¿Por qué caía en esos episodios de tamaña tristeza que la llevarían al suicido?

    Murió en plena II Guerra Mundial, quizás esa barbarie fuera el detonante para no querer resistir más.

    Como siempre, María, un placer leerte y pasarme por aquí.

    Un beso

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Cuánto tiempo, qué ilusión verte por aquí. He intentado varias veces dejar comentarios en tu blog y ha sido imposible. Volveré a intentarlo de nuevo.

      Virginia es maravillosa...siempre que puedo busco un motivo para hablar de ella.
      Flush es bellísimo...tengo que reseñarlo, pero quiero dejar un tiempo de distancia entre esta entrada y siguientes...porque este año creo que hablaré bastante de ella.

      Siempre que voy a Londres, no puedo evitar pasear por Bloomsbury,...y a pesar del tiempo que ha pasado, sigo sintiendo que algo de ella se quedó en aquéllas calles. Le gustaba ir a Regent Park,...y pasear, y leer...
      Vi su busto, y le hice fotos, pero no creo que me haga un "selfi" con ella...

      Supongo que su enfermedad, su incomprendido sufrimiento, fue lo que la llevó a tomar una decisión determinante...fue un impulso invadido por la tristeza, la sin razón, el desasosiego...la desesperación...no encontró esperanza en el mundo. Creía en la bondad de su compañero, su marido, pero no se sintió libre de sus propios pensamientos.

      Como le he dicho a Dorcas, no creo que estemos predestinados a un tipo de muerte...porque entonces nunca habría solución, ni esperanza...pienso que ella no tuvo la ocasión, o la oportunidad, o el tiempo le jugó una mala pasada...porque tal vez, un pensamiento, la habría evitado una despedida del mundo tan triste para quienes se quedaban en él.

      Respeto mucho a quienes vivieron las dos guerras mundiales...entiendo que para ellas el mundo sería insoportable. Stefan Zweig, tampoco vio sentido a la vida y se suicidó con su esposa...ambos creyeron imposible que el mundo se salvara de la atrocidades de la segunda guerra mundial.

      Un abrazo muy grande, y gracias por venir

      Eliminar
    2. Ya sabes lo mucho que me gusta pasarme por tu blog.

      Y no sabes lo muchísimo que me disgusta que no puedas comentar en el mío. He hecho algunos cambios, pero lo principal esta o.k. , sobre todo si tienes cuenta de Google que, en tu caso, supongo que sí puesto que también trabajas con Blogger.

      En fin, si a alguien se le ocurre por qué me pasa esto, le agradecería que me lo dijera.

      En el tema V.W. estoy de acuerdo contigo en que la muerte, ese único y sabido destino común, es mejor desconocer con antelación cómo se nos presentará.

      La predestinación no me cabe en la cabeza porque, si no, qué disfrute de vida tendríamos.

      El suicidio es algo que, incluso cuando hay una carta explicando el por qué de la decisión, cuesta entenderlo como una salida aceptable.

      En mi caso, sí me hice una foto con el busto de V.W. en la esquina de ese pequeño parque donde se erige. No lo pude evitar, pero entiendo el pudor que puede causarte a ti. Con otros admirados también me ha pasado.

      Hasta la próxima María. Un beso.

      Eliminar
    3. Gracias por lo que dices, UnSurConMuchoNorte, espero poder pasarme pronto por tu blog y leerte y comentarte. A veces, como te digo, solo he pasado a leerte.
      Yo no sé por qué pasaba eso, voy a tratar de comprobarlo ahora de nuevo, pero te aseguro que no podía dejar comentarios hace unos meses. No sé si el problema era de mi servidor o del tuyo,...pero podía dejar comentarios en otros blogs...
      Tampoco es que yo entienda demasiado de informática. En fin...cosas que pasan.

      Virginia Woolf es estupenda...y el suicidio parecía su única salida...aunque estoy convencida de que no podía ver otras. Como digo, respeto mucho quienes han sufrido las dos guerras mundiales.

      Me alegra saber que tienes una foto con el busto de Virginia...No sentí pudor, simplemente sé que era mujer maravillosa, y que está presente en casa, con sus palabras, o en los paseos por las calles de Londres...o en el British y su biblioteca...a la que tanto solía acudir...

      Un abrazo grande y hasta la próxima.

      Eliminar
    4. Un Sur...espero que leas esto...he intentado de nuevo dejar un comentario en tu blog. Parece ser que me tengo que hacer de Google +, y la verdad es que no quiero...con mi cuenta de google que está asociada a este blog. He intentado hacerlo de otro modo, con otra cuenta, o usuaria anónima, y no me ha dejado.
      También he de decir que aunque no soy ajena a la informática, no es que seamos muy íntimas.
      Lo siento, de verdad, porque me habría gustado comentar.
      Un besito y que tengas un buen día

      Eliminar
  8. Qué entrada más fascinante, María. Virginia Woolf fue alguien especial, una persona con gran magnetismo. A mí siempre fue una autora que me ha tenido embelesada. Y hace mucho que evito leerla, o más bien releerla. Quizás porque ahora mismo estoy llena de contradicciones y encontrarme con las suyas sea sumar más a las mías, o darles más calado...

    Hay que vivir el presente. No hay otra, no se puede vivir otra cosa ni otro momento. Es lo único que tenemos en verdad y bien que lo desaprovechamos.

    La de cosas que me han provocado leerte :) Pero no quiero extenderme. Gracias María ;)

    Un abrazo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Ana, un placer verte por aquí...Como bien dices, Virginia la deja a una "embelesada". Entiendo que quizá los libros, al igual que las personas, necesitan de momentos, de ausencias,...y de reencuentros. Tal vez ahora, no puedas reirte con ella, ni viajar con sus relatos, o leer sus opiniones, sus reflexiones (en vez de sus complejas novelas). Tranquila. Supongo que todo va y viene...hay que dar paso a la vida, y vivir lo que nos está llamando la atención; el momento presente y sacarle todo su jugo.

      Un abrazo muy grande y ya tendremos otro momento para seguir hablando de Virginia...Gracias a ti,

      Eliminar
  9. Preciosa entrada, como siempre, solo he leído Flush y la novela gráfica sobre su vida de Impedimenta, tengo que conocerla mejor, aunque sigue dándome respeto. Un besote!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Meg, gracias, bueno...ya encontrarás momentos para leer a esta bellísima mujer y persona...te seguirá sugiriendo lecturas. Un cuarto propio es imprescindible, y muy necesario.

      Un abrazo gigante.

      Eliminar
  10. Recuerdo que después de reseñar "Virgina Woolf", de Bernard Ciccolini y Michéle Gazier, me adentré y me interesé más en la vida de la autora que en sus libros, miraba biografías y estudios, porque existe algún motivo por el que esta mujer me hipnotiza, me fascina...; claro que ya había leído un algunos libros de ella, Una habitación propia, Orlando y Las horas este último de forma entrecortada. De esta mujer necesito más su imagen que su presencia, también a mí me deprime y me angustia en algunos momentos, pero sé que no habrá ninguna buena escritorA que no me angustie al menos un poco ¡Qué gusto leerte en esta tarde de viernes!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Susana, que maravilla verte de nuevo por aquí...la verdad es que la melancolía estaba muy presente en lo que escribe. Como una nube. Pero también hay momentos en los que despliega las alas y parece que te lleva volando a vivir sensaciones más apetecibles y positivas. Hay veces que me he descubierto sonriendo, y con la sensación de que acaba de despertar...
      Es impresionante...tal vez está más presente en sus palabras...su imagen se fue, tal vez nos quedan retratos y momentos que nos cuentan sobre cómo vivió...

      Es un gusto leerte a ti también, Susana,...siempre me dejas indagada con tus lecturas...¿qué tendrás ahora entre manos?

      Un abrazo y disfruta mucho de esta primavera...

      Eliminar
  11. Querida María:
    gracias a tí comencé a leer su obra. Comencé con Flush, este año quiero leer "Una habitación propia". Me parece una vida fascinante, en el que la escritura sirvió para sacar la presión de lo que ebullía dentro de ella, sin haber sido suficiente. Cuando leí el comic de su vida entendí que había mucha oscuridad en un momento de la vida en que quizás le podaron lo que después podía haberla hecho resilente (¿resiliente?). Sin duda una escritora fascinante.
    Disfruto mucho leerte, siento que por ahí vamos caminando charlando, y Virginia va detrás de nosotros sonriendo.
    Un beso,
    Ale.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Ale, cuando leas "una habitación propia", estoy convencida en que se convertirá en uno de tus libros de cabecera.
      No sé si llegó a ser realmente resiliente...o lo fue a través de esa inteligencia extraordinaria...no lo sé...pero sí sabemos que sufría desolación mucha tristeza y angustia muy asociada a trastornos de la personalidad.
      Sin embargo, personalmente, pienso que cuando dejas de tener una vida espiritual (y no la "espiritualidad de normas" que allí la enseñaban), dejas vacía una parte de ti misma...y ella era extremadamente sensible...
      Cierto que sus últimas notas, nombra mucho a un ser superior...y quizá esto no tenga nada que ver y solo el trastorno de la personalidad sea el causante de sus sufrimientos...
      No lo sé...pero sin duda, la admiro profundamente, y su obra, en especial algunos ensayos son imprescindibles para mí...

      Ya me dirás...me encantará leer una entrada tuya con una habitación propia de por medio.
      Ah...por favor, si la lees traducida, que no sea la traducción de Borges (maravilloso escritor),..creo que cuando ojeas la versión original y la traducida, Borges hizo otro libro.

      Un abrazo muy grande y gracias por caminar conmigo.

      Eliminar
  12. No te ha podido quedar más bonita esta entrada María!! De verdad qué maravilla leerla, llegas de una manera con las cosas que escribes que es una gozada.

    Y además has elegido como protagonista a una persona que a mí me provoca mucha curiosidad. Debía de tener una personalidad muy intensa y una sensibilidad tal que le hacía sufrir demasiado. Parece que los más grandes del arte siempre tienen que tener ese punto tan complicado.

    Besines y lo dicho he disfrutado mucho leyéndote :-D

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias, Jane, muchas gracias,...ojalá sea como dices. Creo que a todas las que estamos aquí, (y algunos todos) nos entusiasma escribir y necesitamos hacerlo. Si, he elegido una mujer maravillosa, de la que hay mucho que aprender...y al mismo tiempo, es débil, pequeña, y está echa un lío...no sabe qué le sucede, solo sabe que no puede vivir más con esa angustia. Creo que aún no hemos llegado a descubrir cómo ayudar a combatir esos males. Hoy en día dan pastillas, pero te aseguro que estamos aún lejos de descubrirlo. Tal vez, hay que cambiar de estrategia.

      Un beso grande, mi querida Jane Austen...¿leíste "una habitación propia"? Nombra mucho a Jane, en ese libro.
      Un abrazo grande

      Eliminar
  13. Querida María,
    Creo que conozco tu blog, creo que sobre 2010 si no recuerdo mal, te lo he dicho muchas veces, pero es que con cada entrada te superas: ¡Qué bien escribes y cuánto sabes transmitir!

    Se nota tanto cuánto admiras a Virginia Woolf y haces que ese sentimiento sea tan contagioso... El primer libro que leí de ella fue Flush y lo conocí buscando información sobre las obras de la autora tras haber leído una entrada tuya sobre Virginia (no sobre Flush).

    Y ahora, yo también paso casi todos los días un rato con ella, gracias a ti nuevamente. Me cuenta cosas sobre su "habitación propia" y yo me veo paseando con ella.

    Yo tampoco conecté mucho con ella cuando comencé a saber de su vida. No lograba empatizar y juzgué su final sin entender que el dolor de cada uno no puede ser medido, ni mucho menos juzgado.

    Me has hecho sonreír, con eso de "los libros que tenemos pendientes por escribir" jajaja creo que nos pasa a todas. Yo quise recopilar las vivencias en Inglaterra cuando volví, pero con los estudios para las oposiciones no pude y tras eso he dejado pasar los meses y me doy cuenta de que he olvidado muchas cosas. Y, precisamente, mi única intención de recopilarlas por escrito era ésa: que no se me olvidaran los buenos momentos y las risas, las anécdotas... Me da mucho miedo alguna enfermedad o accidente, donde se me olviden las cosas bonitas, lo que he vivido. Pero claro, si me pongo así a pensar en lo peor, debería haber empezado un diario a los 10 años. Aunque siempre me quedarán las fotografías.
    Me he extendido bastante, tanto que se me ha echado el tiempo encima. Voy con 5 minutos de retraso, pero volveré mañana para seguir hablando contigo :)
    Un beso muy muy fuerte!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Aún recuerdo, mi querida María José, cuando pasabas sigilosa por aquí...sé que ha otras almas que lo hacen...y de cuando en cuando hacen acto de presencia.

      Cierto es que admiro a Virginia Woolf, pero es una amistad en la que no coincidimos totalmente. Quizá soy más afín a Jane Austen, con su ironía y su manera de ver la vida....pero sin duda, también encuentro mucha afinidad con Woolf. Y la parte menos afín, esta llena de encuentros. Una habitación propia es maravillosa, y espero que lo estés disfrutando mucho.

      Me alegra saber que te he hecho sonreír. Creo que todas queremos lo mismo, y a veces por miedos, sombras, falta de valor...y tiempo....no nos atrevemos a dejar por ahí, un libro...¡a ver qué sucede! Lo mismo, de repente, el libro posee esa valentía con la que nosotros no éramos capaces de adquirir.
      Aunque olvidemos todo lo vivido,...ya se ha vivido...quedó registrado en el mundo...aunque nosotros o nosotras no lo recordemos...las piedras tienen memoria, de ese paso del tiempo o de algún acontecimiento especial...pues lo mismo sucede con nosotras/os...hay una memoria más allá de la nuestra.

      Un beso grande y gracias por esos minutos.
      Nos leemos!!!!

      Eliminar
  14. Virginia siempre me ha fascinado. Es un poco yo, y también un poco todos los que la leemos...

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Quienes queráis dejar un comentario aquí, por la LOPD y RGPD, necesitaría que dierais vuestro consentimiento para dejar comentarios. Si no, me veré obligada a eliminarlos, ya que no me queda claro lo que google y blogger transmiten.
Muchas gracias.

Entradas populares