La Alegría de las pequeñas cosas, Hannah Jane Parkinson

Hace tanto que no escribo por aquí, que no sé ni cómo empezar. ¿Qué ha pasado para que ya no venga con mi taza de té? ¿Qué fue lo que me detuvo?  ¿El tiempo? ¿Los avatares de la vida? ¿El cambio de horario, con el que ya no tengo mañanas libres en solitario?...  Supongo que todo un poco...porque me encanta sentarme junto al ordenador como estoy ahora y escribir. Abrir el portátil,...y traer mi taza de té humeante, aunque estemos a algo más de treinta grados. Saber que al otro lado de esta pantalla hay personas que leen, o que quizá querrían hacerlo...pero no pueden por las millones de excusas que yo también tengo.

Y cuando digo excusas, lo son, y añado justificadas. 

Bueno, ya estoy aquí...y con ganas de contar qué libros han ocupado mis días y mis horas y han hecho que se llene mi imaginación. Entremezclándose con mi vida...

Podríamos decir, que los pequeños momentos de la vida son los que nos hacen digerir otros, o que incluso nos posibilitan a otras alternativas maravillosas... 

Hoy caminaba temprano con una amiga, redescubriéndose un nuevo entorno...un lugar del que me habían hablado y que quedaba más o menos cerca de donde vivo...pero que apenas había tenido la oportunidad de visitar. Allí estaba yo, sin taza de té, pero con la mirada y el oído atento a los sonidos maravillosos de la naturaleza. Esta mañana, un pájaro carpintero nos ha acompañado parte de nuestro camino, y nos miraba desde su lugar privilegiado...la corteza de un árbol. Todos estos pequeños momentos hacen que el día ya comience con otra sintonía.


Pero el libro del que más voy a hablar hoy por aquí...no solo trata de caminar con una amiga por el campo y sentir que ese es un momento pequeño, que nos alegrará el corazón...no, este libro, si no habéis tenido la oportunidad de leerlo, tiene que ver con lo cotidiano. Con aquello que parece que nos pasa desapercibido, y que forma parte de nuestros días. Está esa copa de vino o el baño que nos damos cuando vamos a casa, pero también está percibir y tomar conciencia de la fuente de letra que elegimos para escribir y lo que esto nos reporta. Que incluso hay editoriales que las eligen y saben lo que hay detrás de ella. Y ese momento en el que nos encontramos con las letras enlazandose unas con otras,...Hannah lo describe fenomenal. Son artículos de un periódico inglés (The Guardian), recogidos en un libro. Y el indice parece infinito...con un montón de momentos escogidos con los que vivimos a diario. Te habla de cosas como "ser cliente habitual", ese pequeño placer que puede reportar que te conozcan los desconocidos, que terminan formando parte de tu vida, incluso cuando no quieres ni que sepan tu nombre. El día que el dependiente desconocido falte, por algún motivo, nos llamará la atención. Y así sucede...


También el agustito que pueden reportar algunas palabras y su significado. ella habla de la "bata"...con todo lo que este termino conlleva...sus significados más allá de la propia palabra y cómo se desarrolla en otros idiomas...si bien, además, ella quiere resaltar esos días en los que te quedas en casa, deambulando, con tazas de té y/o café y leyendo el periódico. 

El insomnio también está presente...esas noches en las que, si vives en la ciudad, coges el bus y llegas a un lugar que te hace sentir bien...que te cuida sin saberlo... El placer de nadar en aguas frías...ahora desde luego, en mi caso es algo habitual...leer las placas de nuestra ciudad...de quién estuvo aquí, y... ¡pensar que hubo alguien que le puso nombre a las nubes! y tiene también su placa y se llama Luke Howard (para esto los ingleses son geniales). Y sí,...por su puesto, incluye un capítulo que se llama "la hora del té". Y ya no os cuento más, para que lo vayáis descubriendo....

Es un libro agradable, cada historia dura como mucho dos páginas y poco, y el resto es para otro momento...Yo lo he leído de forma arbitraria...he abierto y he escogido el relato por donde se abriese Así me pasa...que ahora estoy repasando qué no me leí.

Bueno, este libro es ameno y fresquito para el verano. O para cuando más nos apetezca...porque como digo no tiene fecha. A mí me acompañó varias estaciones.

La Lavanda en casa de mi padre

¿Qué más libros me han acompañado? Pues varios de jardinería...que tiendo a leer en espacios breves y que distribuyo en lugares estratégicos de casa. Así mientras cocino (pocos días hago yo esto, pero en fin...de cuando en cuando me presto a ello), o cuando voy a la habitación, o en otras áreas de la casa...allí desperdigados y como vagabundos instalados en un rincón....siempre me esperan. De estos libros os hablaré otros días.


Ahora me detengo en esos libros que escogen mis amigas del Club de Lectura, con los que una actualmente no se siente muy atraída, pero que decide arriesgar. Y así ha pasado con Rosamunde Pilcher. Una autora que ya tenía olvidada y que pertenecía a una etapa de mi vida...después de la adolescencia podría decir. Pues bien....me costó entrar en el libro "Los buscadores de conchas", y hasta la página 211 de mi edición, no sentí que estaba leyendo...ni que me cautivase la lectura. A pesar de que en ocasiones, por pura curiosidad, quieres saber qué le sucedió a tal o cual personaje. 

Bien, pues ahí estaba yo, sentada en el sillón... leyendo una tarde de primavera, cuando la escritora describe el jardín de la protagonista Penélope...y en ese instante, le di una oportunidad. Después me sorprendió, cuando nombraba escritoras que me encantaría leer, y comencé a tomar nota. Normalmente los personajes de Pilcher, sufren varias situaciones variadas, pero una herencia, o un trabajo a través de una amiga, los hace increíblemente ricos. O lo suficiente para no estar pagando hipotecas. Creo que no los quería ver sufrir con esos avatares durante mucho tiempo...y se le agradece. También estoy descubriendo que prefiere historias familiares, entremezcladas, con situaciones a veces, cotidianas...Aunque cuando relata algunos momentos trágicos e históricos, no sé si lo hace para no hacer sufrir al lector, pero expone lo mejor de aquéllos. Es como si no quisiera volver a sufrir una época que le tocó vivir de cerca, porque observando su biografía, las guerras y la vida familiar han estado presentes en su vida...y obviamente forman parte de sus relatos.

Ahora me la suelo llevar a la piscina. No sé si os pasa, pero hay libros que no puedo llevar cerca del agua, por el temor a que se me mojen mientras me seco. Por eso el libro de Hannah y otros de jardinería se quedan en casa. Pero a Pilcher me la encontré en librerías de segunda mano y allí que se viene. Luego forma parte de mis libros favoritos, porque me acompañaron a más momentos diarios...


Pues sí, ahora estoy llevándome  a la piscina  "Alcoba Azul y otros relatos". Y sorprendentemente, algunos relatos me están gustando muchísimo. Escuché en Persephone Books que lo estaban leyendo...no sé si finalizando el invierno...de manera que me puse a buscarlo y apareció...Y ahora cuando voy a la piscina a nadar, y el pequeño espacio que dedico a secarme, sus relatos me acompañan...con todos sus personajes. Esta vez, dejando la puerta abierta a la imaginación, porque las historias son solo momentos...pueden ser las palabras de una mañana, o las aventuras de un niño en un solo día...o la intensa vida de una mujer que parece descrita por Barbara Pym y que disfruta de esa soledad casera, pero que ofrece maravillosos instantes a quienes la rodean.

Cosmos, de semillas
Bueno, ya me despido, con la luz del atardecer casí...asomando detrás de mí. Escribo en este jardín "abandonado" que me dejan cuidar, y que apenas presto atención, pero al que me encanta regresar cuando vengo a casa...o cuando me levanto...últimamente es lo primero que hago...ver las flores que planté de semillas...o me acerco a algún rincón del jardín y siento que a pesar de estar tan destartalado aún, hay miles de planes que él tiene que ofrecerme y otros que quiero incluir, si no le parece mal...

Espero que detrás de esta pantalla estén bien...disfrutando de los días de verano...buscando la sombra y hoy, sintiendo el viento tan agradable que parece que nos permite sentir que en algún momento volveremos a tener ganas de arroparnos sin entrar en un centro comercial...

Qué sean felices...disfrutando de lo sencillo...


***Las fotos son de servidora, de varios rincones diferentes***

Comentarios

  1. Mi querida amiga, te echaba mucho de menos. Adoro leerte, y también las fotografías que nos compartes que son una joya. Las lecturas de las que nos hablas, me gustan también. Si es que me encanta tomar el té contigo. Un beso preciosa :D

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    1. Margarita...qué alegría leerte...es un placer verte por aquí. Acabo de dejar tu rincón con un par de mensajes. El libro está bien...y es ligerito. Un abrazo grande y gracias por compartir tu té conmigo.

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  2. Querida María, qué alegría volver a leerte Me anoto el libro de Hannah, creo que me gustará. Estoy leyendo el libro de Pia Pera, las virtudes del huerto. Una auténtica maravilla. Tampoco yo puedo asomarme mucho por estos lares, de vez en cuando puedo hago una escapa furtiva. Te deseo un buen verano. Besos

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    1. Maite, qué bien verte por aquí...Pia Pera!! Es maravillosa!! Su forma de escribir simplemente, te hace sentir una conexión especial con lo que nos rodea, y especialmente con la naturaleza. Qué bien que estés con ella. Un abrazo y feliz verano...acabo de estar por tu rincón.

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  3. Qué alegría leerte por aquí de nuevo, gracias por compartir esos libros que dan muchas ganas leerlos (sobre todo en mi caso el de Hannah Arendt).
    Ya nos contarás esa excursión jejeje.
    Besos.

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    1. ¡Serana! Siempre una alegría verte por aquí. Uff Hannah Ardent, son palabras mayores...es una gran filósofa...y mucho más. Imagino que ya por estas fechas lo habrás terminado...
      La excursión fue más bien cerca de la ciudad...y sí...ya os diré por donde. Temprano tiene un color diferente...al menos en Julio :)
      Un abrazo grande.

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  4. Querida María:
    Muchísimas gracias por tus palabras, por compartir tus pensamientos y por supuesto por las recomendaciones de maravillosos libros. Me apunto el de Hannah y como compañía de este verano sigo con el libro de Pia Pera "Aun no se lo he dicho a mi jardín", que es un verdadero canto a la vida...
    Mil abrazos
    OLGA

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    1. Amiga...gracias por tus palabras siempre...El libro que cito no está mal, pero es lectura ligera, para no pensar mucho...tú paseas con una mujer increíble...que sabe cómo transmitir pequeños momentos y que efectivamente, es un canto a la vida. Ya me contarás...qué estoy deseando que nos tomemos un té o algo más fresquito y nos pongamos al día. Besos mil.

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  5. ¡Hola María!!
    eso digo yo..., ¿Qué ha pasado para que ya no vengas por aquí con tu taza de té? ¿ o vengas mucho menos?
    Pues eso, lo que dices, una mezcal de todo, que la vida a veces no te deja tener todo el tiempo del mundo para todo lo que queramos hacer. Así son las cosas.
    Me alegra mucho leerte porque te echo de menos tanto en mi blog como en el tuyo (por cierto, me pregunto ¿cómo me he podido perder esta entrada tuya, que ya hace casi un mes que publicaste?
    En fin, que ya estoy yo también por aquí encantada de encontrarme contigo y de saber las lecturas que te han hecho compañía en los últimos tiempos. Te cuento que a la Pilcher no la he leído y nunca me ha atraído leerla y te entiendo cuando dices que las lecturas de tu club pues no te resultan atractivas. Yo si te soy sincera, no me obligo a leer nada que no me apetezca mucho, de hecho te cuento que en un club de lectura particular (solo una amiga y yo) que hemos formado hace poco, pues lo que leemos debe ser de apetencias mutuas
    Un beso!!

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  6. Mi querida Marian.
    Siempre una alegría disfrutar de tus palabras...
    Ya sabes a veces pasa la vida...y que no sé a ti, pero a mí me resulta cada vez más dificil escribir entradas...buscar las fotos, etc...lo de escribir ni tan mal, pero al final me paso unas cuantas horas al ordenador, y eso ahora, no puede permitírmelo como antes.
    Echo de menos trastear por aquí, encontrarme con vosotras, contigo especialmente, y ver qué libros habitan vuestras estanterías y mentes...

    Pilcher me atrajo en el pasado y para una amiga y su madre ha sido una especie de bálsamo ante los momentos complejos...de manera que la leo de cuando en cuando...no siempre me apetece...y siento que es una lectura de verano.
    Desde luego no hay que obligarse...lo leí con gusto, pero no habría sido mi primera elección en el club de lectura al que pertenezco.

    Me encantan vuestro club tan personal...pero tan necesario...quizá con el tiempo se os unan más personas.

    Un abrazo muy grande.

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