Un año en los bosques, Sue Hubbell


Un día como hoy, en el que parece que están comprendidas todas las estaciones...sentía la necesidad de hablaros de este libro. Comenzamos Diciembre...un mes que amo, y que siempre relaciono con la Esperanza...quizá un poco como este libro, que quiere ser esperanza para un lugar en la tierra que, quizá, todavía tiene algo de "salvaje".

Igual que el título del libro,  he tardado un año en leerlo...porque me lo he llevado a todas las estaciones que iban pasando por mi vida... este libro ha quedado magullado por el Otoño del pasado año, por la primavera y sus cambios repentinos de temperatura, por el verano seco y algunas sombras en la piscina, y de nuevo...por este Otoño cálido que estamos ya terminando, y que está mostrando su rostro más duro.

Baloo, olisqueando en nuestros paseos de tarde
Baloo, un labrador retiever, ha estado olisqueando y sirviéndose de algunas de mis palabras en sus oídos. No sé lo lejos que habrá llegado, pero ahí se las dejo...



Sue Hubbell nos cuenta un año en los Ozarks, una zona maravillosa de EEUU que lucha por ser esa reserva natural que nos dé esperanza a la humanidad. Resume diez de sus primeros años que vivió allí, porque el libro fue escrito en 1983. Pasó veinte años en total.


He decir, que tengo menos reciente el libro de lo que pensaba, pero aquí estoy viendo pasar por mi ventana todas esas estaciones que viven en él. Y mientras escribo con mis guantes de dedos cortados, me voy a los bosques y a la cabaña de Sue.


Ella estudió y se licenció en periodismo, pero también tenía algunos conocimientos de biología y curiosamente, su trabajo "formal" era de bibliotecaria. Y abandona un puesto acomodado, para "despertar" a los cuarenta y siete años de edad...tomando las riendas de su existencia y  dedicándose a otro estilo de vida.

Fue una "huida compartida"con su marido. Decidieron hacerse apicultores. Ella desempolvaría sus conocimientos básicos de cuando estudiaba y además recordaría algo a su abuelo, como luego nombraría más tarde en el libro.



Pero una aventura que parecía de dos, se convirtió en la historia de una persona que vive en una soledad elegida, y como ya veremos leyendo "su año", está más acompañada de lo que parece en un primer momento . Volviendo a sus inicios, al poco de embarcarse en un estilo de vida menos consumista y un poco fuera de lo convencional y del sistema, su marido la abandona. Tienen un hijo en común que ya vivía independiente. Y ella a pesar de esos comienzos duros, decide seguir hacia delante y dar rienda suelta ta a su imaginación y creatividad para salir adelante.

Se instala en su cabaña, con alguna dificultad emocional y un poco instaurada en la queja, como en un principio reconoce. Después de una larga relación es totalmente comprensible. Pero sale, de ese momento, sin quedarse en un modo de vida que no la permita crecer como persona.
Decide cuidar de las abejas y aprende ellas. En ocasiones, leyendo el libro, sientes que te enseña cómo vive cada bichito que está en su casa, porque hasta las cucarachas tienen su aquél. Las diferencia y afortunadamente leyéndola, en mi invierno, descubrí que también se esconden en la madera de la leña. Esto para mí fue interesante porque alguna vez, al recoger troncos que tengo almacenados,  me las había cruzado, pero no sabía el por qué.  Algo más alentador que descubrí es que en el invierno las abejas producen propolís para cerrar sus colmenas. Y el propóleo y yo llevamos siendo viejos amigos desde hace tiempo...
El fuego en casa...sin las "cuquis" que se supone
que viven en la madera que dejamos secar.

Ella vive rodeada de la naturaleza y de sus amigos: sus dos perros, uno de ellos un beagle, que la acompaña y a quien le dedica casi una estación. Su gato, sus polillas...de quienes descubrí que tienen oídos y allí viven los ácaros, de forma placentera pero sin abusar para no causar daño a la polilla...en fin...de todas estas subsistencias nos habla Sue. Sus inviernos suelen ser acogedores, y de cuando en cuando recibe la visita de algún vecino/a. A veces tienen reuniones y fiestas después de las cosechas. También luchan por los derechos para preservar una zona, que por motivos que quedan bastante claros hoy en día, necesita ser alejada de la presencia humana que avasalla. Lucha por una presa, para que no se construya, y no me quedó claro que pasó al final, pero creo que no se hizo.

Fue capaz de construir una cabaña adyacente a la suya para que sirviera  de almacén. Para los días duros de invierno. Su hijo, ya terminada su carrera de arquitectura, le dio algunas nociones, pero ella la hizo siguiendo parte de sus indicaciones,  y otra parte de su propia cosecha...y por lo visto quedó genial. Lástima no ver fotos.

Foto personal, de mis paseos
por el campo.
Hay momentos que describe la extrema belleza que la rodea, pero otros no lo son tanto...por lo que en ocasiones, tenía que dejar el libro por lo duro que me resultaba,...especialmente la descripción de cómo le picaban las abejas, o la procesión de orugas queriendo entrar en su casa...



Un día, a finales del verano, ya en Septiembre y mientras leía su libro en la piscina, iba decida a darme un baño. Fui pisando el césped y de pronto me picó una abeja...lo supe porque me dejó el aguijón. No le di importancia, pero 24h más tarde se me hinchó pie como nunca. Quisieron ponerme urbason, pero me negué...quizá un poco alentada por Sue Hubbell y su manera de vivir...quise que mi cuerpo se fortaleciera,...se volviera más inmune. Me duró el pie así una semana, y en ocasiones me arrepentí de no abrazarme al urbasón. Quizá no me inmunice, porque las alergias llevan otros procesos, pero bueno...mi intención era vivir más natural. Abrazada a mi aloe vera y al hielo sobreviví. Si hubiese sido más peligroso habría sucumbido al urbason. Ya me pasó con los garbanzos. Fue como solidarizarme con el sobrino de Sue, que sufrió muchas picaduras durante la recolección de miel.

Sue se asomaba a la ciudad a primeros de Otoño para vender lo que tenía, para visitar a los amigos, etc. Lo que más utilizaba era el trueque...el dinero lo usaba cuando era preciso. Pero no parecía disponer de mucho. Ese era uno de los aspectos importantes de vivir en los bosques. Ser capaz de vivir sin dinero. La creatividad la acompaña constantemente, ya que tiene que superar dificultades y hacerse fuerte ante las adversidades. Se prepara para el invierno, para la primavera y para cuando tiene que hacer esas ventas en la ciudad.

Como decía el libro tenía momentos en los que se describe y se habla de la vida minúscula, esa vida casi microscópica que a ella le parece apasionante. De hecho este libro, también ha sido visitado por otros biólogos, porque hay vidas pequeñas que describe de maravilla....el de las arañas os lo ahorro...ese fue uno de los momentos en los que casi abandono la lectura. Sin embargo, me quedo con la escena de una tarde de finales de otoño, que os dejo para que os deleites:
"...Una noche, a finales de otoño, regresé a casa tarde tras salir a cenar con unos amigos. Cuando aparqué la camioneta delante del granero, la noche estaba repleta de ojos. Ojos flotando en la oscuridad, ojos almendrados por doquier, mirándome, ojos brillantes (...) sin que pudiese ver ninguna parte del cuerpo. (...) Apagué los faros y salí de la camioneta en silencio. Estaban en el centro de una manada de ciervos. Aunque había luna nueva, a la luz de las estrellas sus siluetas eran lo bastante claros y pude verlos, ya sin la ceguera de los faros, relajarse y volver a pacer entre los dáctilos y tréboles, aún verdes, que habían crecido sin ton ni son alrededor y debajo del granero. (...). Los ciervos han vuelto todas las noches a pacer aquí. Ahora están más tranquilos y se alimentan cerca de la cabaña. Por la mañana encuentro las huellas de sus pezuñas y las zonas desnudad donde han raspado la nieve para comerse la hierba".

Sue, o la Dama de las Abejas...como se la conocía... ya no vive en los Ozarks. Actualmente vive como Jessica Fletcher, en un pueblo de Connecticut.  Ella creo que nunca daría su nombre y en caso de darlo, sería algo ficticio. Vive allí, de nuevo sola, después de casarse de nuevo con su amigo de la universidad. Él murió hace unos años y ella actualmente vive con su labrador quien le acompaña.



Si alguien quiere saber dónde están los Ozarks y la cabaña de Sue, probablemente no será la misma...ella no quiso decir del todo donde se encontraba. Era una forma de preservar aquél lugar...

Comentarios

  1. Preciosa entrada como siempre María, es emocionante ver como algunas personas tienen la valentía de perseguir sus sueños. Yo ahora estoy empezando a cumplir uno de los míos, ya soy profesora de educación secundaria en un colegio concertado. Espero poder transmitir a mis niños el mismo amor por la lectura que tenemos nosotras. Un beso muy fuerte.
    Noelia

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    1. Noelia. Perseguir sueños, como bien dices, a veces es una decisión valiente. Me alegra saber que persigues los tuyos y que van tomando forma. Seguro que esos niños y niñas a quienes escuchas y enseñas...y aprendes, seguro, que estáis disfrutando mutuamente de vivir el momento presente. Luego serás de esas profes que todos y todas recordamos con cariño.
      Qué disfrutes mucho de vivir tus sueños.
      Un abrazo enorme.

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  2. Tengo el libro, porque me interesan este tipo de libros, vidas distintas, valientes y muy en contacto con la naturaleza. Un día lo cogí para leerlo y volví a dejarlo en la estantería. Suelo escuchar a los libros, así que sé que me dijo: "espera". Y que llegará :)

    Un abrazo

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    1. Ana, no sé por qué imaginaba que ya lo tendrías o que incluso lo habrías leído...Sue es una mujer increíble, y al mismo tiempo, de lo más normal. Supongo que es la vida de una persona que decide vivir con coherencia. O al menos intentarlo.
      Siento lo mismo con otros libros que tengo por casa y que sé que llegará el día en que ambos nos encontremos...Entiendo lo que dices con eso de "espera".
      Un abrazo y que tengas un feliz día lleno de lecturas.

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  3. Qué valor el de Sue, madre mía, y que envidia le tengo en cierta forma por ser capaz de dejar todo y empezar de nuevo. Luchar y vivir. Sentir cada poro de la naturaleza. Maravilloso.
    Feliz mes de diciembre María. Muchos besos :D

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    1. Ay Margarita...la verdad es que me encantaría tener parte de esa valentía que transmite Sue. Hay fragmentos que copiaría enteros, ya que hablar de ese empoderamiento de la mujer consigo misma tras la maternidad y el tiempo...es como recobrar una vida, ahora ya más intensa y plena. Saboreando lo que nos rodea y siendo consciente de la huella que dejamos en este mundo. En nosotras/os está decidir qué queremos hacer con nuestro tiempo y a qué dedicarlo. Y siempre hay opción de elegir.
      Un abrazo muy grande y feliz mes de Diciembre para ti también.

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  4. hermosa tu entrada y entrañable, gracias por compartirla! saludosbuhos

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  5. Qué bonito, recuerdo que nos hablaste de este libro. :)

    Es un modo de vivir que comparto totalmente, un ideal. Cabaña, naturaleza, autoabastecimiento... Pero sí hace falta mucha determinación, fuerza y paz con uno mismo.

    Qué bien veo a Baloo por nuestras tierras :D Qué bien les sientan el otoño. Ya con estos días cortos es más difícil coincidir, además tuvimos un percance con otro perro que atacó a nuestro gruñón y como estaba convalenciente los paseítos han sido más cortos últimamente, pero ya está casi recuperado.

    Un abrazo para los 3!

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    1. ¡¡Serana!!¡¡Qué alegría!! Si, este libro me acompañaba siempre durante el verano. que de cosas hacen falta para vivir de forma natural, verdad?? Y sobre todo esa "paz con uno mismo" que nombras. Supongo que también eso se adquiere cuando vives así...Cuando veo bichos en casa y demás, me acuerdo de Sue y lo mucho que aprendía de ellos y que incluso dejaba que coexistieran. Me habría gustado saber qué hizo con las moscas. Yo he dejado vivir a una hasta hace poco que se fue...ya la puse nombre y todo.

      Ayer justamente pasamos por vuestra zona. Era ya de noche, pero nos arriesgamos por si os veíamos.
      Siento escuchar que vuestro perro fue atacado. Darle muchos mimitos. Si le ve Baloo seguro que querría lamerle. Sigue siendo muy meloso.
      La próxima vez que vayamos por allí os aviso. Estamos fortaleciendo la valla porque Baloo se escapa cada dos por tres. Ayer nos lo encontramos en la calle. En fin...

      Un abrazo enorme para vosotros cuatro. Nos vemos pronto!!

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  6. Hola, María,
    Por lo que veo este libro es bastante similar a «Una temporada en Tinker Creek», las vivencias de la autora durante su estancia en el campo, con detalles a veces algo desagradables de los bichitos de la naturaleza. Desde luego, una vez experimentado, vivir en el campo no es tan bucólico como parece en los libros, las películas y las fotografías de los bonitos Tumblrs, jeje.
    ¡Baloo está enorme!
    Un abrazo,
    Noemí.

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    1. ¡¡Noemí!! Si, creo que es similar. Tengo a Tinker Creek en casa. Pensé que este Otoño me daría un festín leyéndolo, pero al final otros se adelantaron. Pero estoy convencida de que más tarde o temprano daré cuenta de él.
      Cierto que vivir en el campo no siempre es tan bucólico. También imagino que depende. En su caso, disfrutaría de paisajes maravillosos y momentos idílicos. Incluso aquellos en los que cohabitaba con otros seres. Para ella era todo un disfrute poder observarlos tan de cerca.
      Su profesión era bibliotecaria aunque ella había estudiado biología. Supongo que eso influye en tu personalidad.
      Baloo está muy grande y es un trepador y escapista increible. Siempre vuelve a casa, pero se está acostumbrando a escaparse de cuando en cuando...y nos preocupa. Eso de vivir en el campo nos hace ver que tenemos que dedicar más tiempo a lo que nos rodea. Por ejemplo a rehacer la valla nosotros mismos. En fin...cosas de vivir de forma autónoma.
      Un abrazo grande.

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  7. Creo que toda esa corriente de escritores norteamericanos y europeos, que en los últimos tiempos preconizan con su literatura una relación más auténtica con la naturaleza, un vínculo estrecho con la tierra, le deben mucho a la obra de Thoreau.

    Este de Sue Hubbel recoge tal legado, a mí me fascinan esas historias, personas que a ojos de los demás son consideradas un tanto... lunáticas. Y sin embargo, han detenido el paso para tomar conciencia de sí mismas, pocos síntomas de cordura hay tan claros como ése. Tomo nota, María.

    Un abrazo!!

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    1. Paco, alzo mi taza de té por las personas lunáticas...Brindo por su capacidad de marcharse de lo que creemos "normal" y "habitual"...y decidir de qué quieren depender y consumir...quizá de los libros...de un buen paisaje que disfrutar con la mirada...de una sesión de momentos maravillosos que no compartes contándolo, sino que lo vives...y te lo quedas...para ti y para quien te rodea...que quizá son más seres de los que imaginas...quizá son más ojos escondidos tras las ramas de los árboles...en fin...

      Sue es increíble...y, si, vive similar a Thoreau. Quizá Thoreau más utópico, más lejos...no sé de que vivía él...¿de escribir? Ella ahora imagino que sí, pero entonces no,...entonces vivía de lo que hacía. La imagino trasteando en su cabaña, y sabiendo que no genera los suficientes ingresos para pagar impuestos, que a su vez sostengan guerras, armamento, etc. Por otro lado, también sabe que una vida así tiene sus inconvenientes y sus riesgos. No siempre se quedará en la cabaña, y lo sabe. Cumplir sueños, también tiene que ver con poder caminar libre por la vida, o sabedora de que se tienen sueños que cumplir...en mi caso no querría ni podría vivir en una dictadura como la de Cuba...sin que me dejen viajar,...sin poder adquirir los libros que me gustan, etc. Por muy pagado que tenga todo y que la sanidad y la educación sean excelentes...me faltarían alas para volar...

      En fin...no sé que sistema se situaría cerca de lo que busco. Tengo claro que coincido con Sue en eso de no sobre alimentar a un sistema que no da ni ofrece una vida realmente plena a las personas que están, que no quiero regirme por los convencionalismos impuestos...que necesitamos de "lunaticos" que luchen por una vida digna, sin contaminación, sin las necesidades gratuitas que se nos imponen...en fin...que me estoy enrollando mucho...creo que la tenia está haciendo su efecto.
      Es un libro que quizá con el tiempo, vuelva a retomar...
      Un abrazo grande y felices lecturas.

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  8. Esta línea de publicaciones de esta editorial me encanta. He estado tentada con este título en más de una ocasión, pero no he dado el paso. Creo que antes probaré con "El libro de la madera" de Alfaguara, que me ha generado mucha curiosidad. Un besote!

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    1. Me encanta ese libro de la Madera...lo tengo en casa y me chifla.
      Un beso grande

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  9. Me ha encandilado lo que has contado del libro. Me gusta la soledad y aunque soy urbana también me gusta vivir rodeada de naturaleza, respetar sus ritmos y preservarla del espolio a que la somete el capitalismo salvaje.

    Un abrazo grande.

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    1. Creo que es uno de esos libros que te gustarían, Laura...a pesar, de que como digo, en ocasiones se hace difícil leer sobre "vidas" que hay en nuestro entorno...Al mismo tiempo, reconozco que acabas amándolas...no sé muy bien cómo, ni por qué...en fin...
      Vivir de otra manera, sin pagar impuestos a quien los impone dirigir de una forma arbitraria y en contra de nuestro fuero interno...si...desde luego que es una alternativa a vivir diferente. Desgraciadamente, se sigue necesitando dinero para viajar y para pagar algunas cosas...en fin...Pero ella lo hizo durante un tiempo de su vida.
      Un abrazo enorme

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  10. Querida María
    Creo que sería capaz de vivir en el campo alejada de lo que consideramos la civilización...una civilización que cada vez me defrauda más
    Voy a intentar conseguir ese libro..
    Un Beso

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    1. A mí también me defrauda...aunque siempre veo atisbos de esperanza.
      Un abrazo muy grande.

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    2. Jaja...me refiero a la civilización...jeje...En conjunto...las personas de forma individual pueden ser increíbles...y mover el mundo.
      Besos

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  11. Hola Maria,
    Antes que nada te agradezco que visitaras mi blog.
    Visitando el tuyo me encontré con un espacio muy bonito así que será un placer andar por aquí.
    Cuando vi que tenías una reseña de un libro con la palabra Bosque, se me aceleró un poquito el corazón. Tengo una debilidad/obsesión o como quiera llamarse, con los bosques. No puedo evitar sentir siempre el deseo de leer todo lo que diga bosque en su nombre.
    Y me ha encantado descubrir este libro en tu blog porque la verdad es que lo desconocía totalmente. Uno de mis sueños más grandes, por así decirlo, es vivir alguna vez en mi vida en una casita en el bosque.
    Leer tu opinión sobre el libro y sobre lo que hizo Sue me ha dejado alucinada...
    Sin duda me lo apunto. Creo que me puede encantar.

    Un beso y gracias por la reseña!

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    1. Celeste, muchas gracias a ti también por venir por aquí. Este libro es especial y está cargado de experiencia. Ya digo que en ocasiones se hacía algo arduo, pero creo que es una experiencia maravillosa. Tal vez el mejor modo de conocerse a una misma...al menos, durante una etapa de la vida.
      Un abrazo enorme y que tengas un año maravilloso. Espero volver a encontrarme contigo aquí o en tu blog...al que visito también de cuando en cuando.

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