El amante de las Librerías, Claude Roy
¿Cómo es nuestro recorrido por las librerías? ¿Dónde nos acercamos?¿Cuáles son esos rincones en los que decidimos ir "a buscar" y permitir que un libro nos encuentre?
"Una vez llegado a la librería, pongo en un rincón mis compras, que huelen a melón de Charente, café molido fino Melita y pan rústico de nuestro panadero de la calle Dauphine (...). El perfume de las cosas buenas para comer se eleva en ofrenda hacia las mesas y las estanterías, donde meditan las cosas buenas para saber, el concilio de los libros. Me ofrecen una silla y husmeo las úlitmas novedades. Espero que, bien encerrado en su plástico, mi pescado no invada la tienda, y charlamos de esto y de aquello, de libros y de huéspedes".
Leyendo estas palabras...siento una sensación de camaradería que hace que mi taza de té se alce al vuelo para brindar por esos momentos. Muchas veces he vivido situaciones similares.
Al igual que cuenta Claude, a veces, sucede que vengo de comprar esas "delicatesen" propias que todos tenemos (y que pueden ser el pan de una determinada panadería, o lemond curd para las tostadas que disfruto los días que libro...o la fruta del mercado...), y con la bolsa de tela algo apretujada, decido pasar frente al escaparate de la librería, que muchas veces muestra poco de lo que me suele interesar por dentro. Abandono mi bolsa en algún rincón...ellos (los libreros) ya me conocen y no ponen reparos...y luego vagabundeo por entre los libros,...me detengo en esas novedades que algunos/as nos interesan y trato de investigar un poco más...suelo salir con algún libro bajo el brazo...
Nuestro escritor, nos cuenta lo que le sucede cuando entra en una librería... Él es un hombre de mundo. Ha viajado de oriente a occidente y viceversa. Conoce los secretos de las bibliotecas...los libros han hablado con él...pero a pesar de haber recorrido las bibliotecas de Lenin o las del congreso de Washington...o incluso la de Pekín,..."Lo confieso, no soy hombre de esos inmersos conservatorios de lo impreso. Amo demasiado los libros para soportar visitarlos tan solo y poder abandonar los volúmenes a la hora de cerrar (...). Me gusta que los libros compartan mi vida, me acompañen callejeen, trabajen y duerman en mi compañía, se rocen con las venturas del día y los caprichos del tiempo, acepten citas conmigo a horas "imposibles", ronroneen con la gata al pie de mi cama, o se arrastren con ella en la hierba, doblen un poco la punta de su páginas o la hamaca de verano, se pierdan y se encuentren de nuevo. Los libros son para mí más unos amigos que unos servidores o unos maestros. Por eso prefiero a las bibliotecas las tiendas de las que uno sale con un amigo bajo el brazo, las grandes o pequeñas librerías (...)", decir que este fragmento prosigue enumerando esas librerías "del mundo" que ha ido visitando...algunas de las que nombra, hoy día desaparecidas...


Su preferida, entre otras...es la que fundó Sylvia Beach en Paris.
Curiosamente, siento algo similar...las bibliotecas dejaron de ser lugares que deseara visitar, porque...como dice Claude, no podía salir con "mi amigo" bajo el brazo... y sí lo hacía...siempre tenía que ampliar mi visita con él. Aún así, me gusta visitarlas...no tanto como las librerías, pero en esas bibliotecas...donde duermen ciertos libros maravillosos, no dudaría en quedarme más minutos de los precisos...
Repetiría cada fragmento de este pequeño libro...de este relato...sobre las librarías...porque creo que quienes amamos ese momento de pasar al lugar donde llegan los libros, suelen sucedernos esas mismas cosas de las que habla Claude...esas conversaciones intimas que mantenemos con cada libro, casí en silencio...que a veces compartimos si vamos acompañados, y/o en ocasiones con el librero o librera que nos atiende con amabilidad...
También agradecemos cuando nos quedamos solos, ojeando las novedades, mirando alrededor aquéllos libros que no visité cuando tuvieron su momento de fama...Y nos quedamos allí, saboreando ese delicioso instante...
Puede que incluso algún día, nos sorprendamos preguntándonos...¿esto me lo contó un amigo, lo viví en un viaje, o fue leyendo un libro? Entonces, será cuando hayamos despertado del todo esas palabras dormidas, para hacerlas vibrar de nuevo...
(todas las fotos son extraídas de internet)
Repetiría cada fragmento de este pequeño libro...de este relato...sobre las librarías...porque creo que quienes amamos ese momento de pasar al lugar donde llegan los libros, suelen sucedernos esas mismas cosas de las que habla Claude...esas conversaciones intimas que mantenemos con cada libro, casí en silencio...que a veces compartimos si vamos acompañados, y/o en ocasiones con el librero o librera que nos atiende con amabilidad...
También agradecemos cuando nos quedamos solos, ojeando las novedades, mirando alrededor aquéllos libros que no visité cuando tuvieron su momento de fama...Y nos quedamos allí, saboreando ese delicioso instante...
Puede que incluso algún día, nos sorprendamos preguntándonos...¿esto me lo contó un amigo, lo viví en un viaje, o fue leyendo un libro? Entonces, será cuando hayamos despertado del todo esas palabras dormidas, para hacerlas vibrar de nuevo...
(todas las fotos son extraídas de internet)
Basta. Se acabó. Has tocado mi fibra sensible, mi debilidad, el lugar donde dejo muchos amigos que mi bolsillo no me permite tener conmigo. Y es que después de poner las fotos que pones... a uno le entran ganas de salir corriendo y buscar alguna de estas librerías.
ResponderEliminarYo visito más que nada las librerías "industriales" (Fnac, Casa del libro...) la primera por llenar mi tarjetita de euros para cuando junte suficiente me pueda comprar algún librito más barato. Es más, tengo 5 euros en mi tarjetita que usaré para comprar "El amante de las librerías" (no voy ahora pero casi... grrrr)
Pero cuando entro en una librería pequeña, se nota que tiene su magia. Es distinto. Aunque cuando voy a las de siempre, a las grandes, me pierdo allí (mentalmente quiero decir, ya que las conozco al milímetro) y hablo con esos amigos de papel y a algunos les digo: Vale, te llevaré a casa, pero tendrás que esperar unos meses, hasta que te hagan de tapas blandas. - Y a otros les digo: No, hoy no puedes acompañarme, pero si me dejas que te lea un poco..., venga, porfi, déjame leerte. Y se dejan, fíjate.
Una de las fotos que has puesto me ha recordado a lo que me pasó hace unos días. Estaba con mi "Paris era una fiesta" de Mr. Hemingway (si no lo has leído... a qué esperas!!) y de pronto me vino un olor... muy muy agradable. Me di cuenta de que era el libro. Entonces me lo acerque a la nariz y olí, aspire el aroma del papel. Madre mía, eso es la gloria. Si alguien me vio no sé qué estaría pensando, pero si era lector o lectora lo entendió.
Gracias por alegrarme el día. De verdad, en cuanto he visto las imágenes y el título de la entrada... es que me ha entrado un no sé qué...
Llega el finde. Es hora de tiempo libre, más el domingo, y visitar a nuestros amigos papeludos. Cómamos nuestra dosis de sopita de letras.
María, eres grande. Gracias
Iván
Iván...¡¡cuánto nos gusta perdernos entre los libros, las palabras,..!! Este librito, o relato te gustará sin duda.
EliminarLas grandes superficies también proporcionan un lugar importante para los que leemos y para los libros. Te permiten ser "invisible", sentarte en el suelo,...y pasar algo desapercibido entre los demás. A veces me gusta ir a esas grande superficies. Pero admito, que siento predilección por las pequeñas tiendas...o las grande de "a pie" de calle.
Anoto de nuevo, con dos cruces más, a Mr Hemingway...necesitaríamos más vidas para leer todo lo que nos gustaría.
Por cierto...también soy de las que esperan a que algunos libros surjan de las tapas blandas.
¡¡Qué sigas disfrutando mucho de esos momentos con nuestros amigos, los libros!!
Gracias, Iván, por tus palabras.
Qué bonito eso de salir con un amigo bajo el brazo... <3
ResponderEliminarPor cierto, a mí me encantan las bibliotecas; me gusta imaginar que los libros allí guardados son libros que han vivido muchas vidas...
Masar,...sin duda...es precioso vagar por las calles sintiendo que la bolsa de tela llevas a un amigo.
EliminarLas bibliotecas son preciosos palacios para los libros...y hay algunas que merece la pena visitar...pero en las librerías, puedes llevarte el libro a casa...y que forme parte de esa "pequeña biblioteca" particular...
Adoro las librerías y como todos tengo mis favoritas:
ResponderEliminarEn Madrid Tipos Infames, y en León la librería Galatea.
En ambas los libreros saben recomendarte lo mejor en cada momento.
Estas últimas navidades el dueño de Galatea nos ha regalado a algunos de sus clientes una pequeña joya, el libro del que hablas en este post. "El amante de las librerías"
¡¡Qué precioso regalo!!
Por cierto, yo a mi también me encantan las bibliotecas y por razones de espacio cada vez las uso mas y selecciono mucho lo que compro
Gracias María por tu blog
Pipi, gracias por venir...Tipos Infames también es de mis favoritas...voy menos de lo que me gustaría, pero es realmente especial.
EliminarA Galatea no la conozco, pero me gustaría algún día. Tengo pendiente un viaje por aquella zona y tomo nota de la librería.
Gracias por venir por aquí, Pipi :)
Hola María! Te cuento que estoy en una cabina de internet. Con un poco de suerte ya mañana vuelve el internet a mi casa :)
ResponderEliminarMe encantan los libros que hablan de libros (o de cine). Uno se puede sentir identificada con los personajes.
A mi me gustan mucho las bibliotecas, aunque claro que me da pena no poder llevarme el libro a mi casa (yo lo devolvería!)
Pero me encantan ese ambiente acogedor.
Y por supuesto que me encantan las librerías, aunque debo confesar que muy pocas veces compro ahí.
Casi siempre lo hago en los puestos de libros de 2da mano, aquí se llama "Amazonas" donde encuentro verdaderas joyas. Le pido permiso al vendedor para revisar sus libros y ahí en medio del polvo encuentro siempre, al menos un libro que me alegre el día.
Por cierto, estoy buscando en google información de este escritor, sobre todo quería saber de qué año es, pero no encuentro mucho, solo dice poeta francés, 1915-1997...es él?
Bueno, te mando un súper abrazo!
Pilar, uy...una cabina de internet...¡¡suena a película de espías!! A mí también me encantan los libros que hablan de libros.
EliminarY me encantaría conocer esa librería llamada Amazonas...
Si...es Claude el poeta, el de los años de referencia que pones.
Un beso muy grandote con otro abrazo grande!!
Leyendo tu hermoso texto iba sonriendo y coincidiendo en cada palabra, pero especialmente en las emociones que nos despiertan libros y librerías.
ResponderEliminarLas bibliotecas están unidas a las lecturas de trabajo. Y no es que no disfrute de ellas, al contrario, pero me pasa que una novela, o un libro de poemas, necesito que se quede conmigo para si llega el caso releer algún fragmento, subrayar una idea, un descubrimiento...
Así que apunto esta propuesta porque sé que la disfrutaré tras leerte.
Un abrazo!!
Laura, ¡¡qué cierto es eso que dices!! Me gusta saber que los libros, como las personas, despiertan emociones. Para que luego digan que las palabras carecen de sentido...
EliminarLas bibliotecas son también para mí lugares de investigación y trabajo...y a veces, algún que otro libro se ha venido conmigo un rato. Pero los que te interesan no siempre están disponibles, y si lo están...son por un breve periodo de tiempo.
Como bien dices, hay libros (no todos) que como a los amigos, te gusta "llamarlos" de nuevo, visitar lo que en él encontraste un día,...no sé...dedicar un momento para despertar esas emociones de las que hablas al principio.
Creo que este pequeño relato te cautivará...¡¡dice tanto en tan poco!!
Un abrazo grande!!
El miércoles lo compré y el viernes lo leí. Una preciosidad. Lo dejo cerca para ir releyendo los muchos párrafos señalados.
EliminarGracias por el descubrimiento y un beso!!
¡¡Qué bien!! Sabía que era de los tuyos...
EliminarUn beso grande!!
Es un libro magnífico, María. Supongo que recuerdas lo que opino de él, pero te dejo el enlace para no repetirme: http://www.noemirisco.me/2013/11/libros-librerias-y-bibliofilos.html
ResponderEliminarMe alegra de que lo hayas disfrutado tanto.
Si tuvieras que escoger una librería, ¿con cuál te quedarías? ¡Ay, qué difícil!
Un abrazo,
Noemí.
Noemí,...me pasaré para ver lo que decías del libro. Lo cierto es que lo tenía hace tiempo en casa, pero siempre le decía que le llegaría su hora...y así fue.
Eliminar¡¡Uff!! ¿Escoger una librería? ¿Una sola? Todas tienen su encanto. Creo que me quedaría con la del nº 84 de Charing Cross (que visito mentalmente)...pero, o una preciosa que visité en Rouan...o tal vez, otra que vi a la orilla del mar en Wicklow (Irlanda)...pero puede que algunas de Madrid, por las que me dejo caer mínimo una vez al mes,... o las que más frecuento cerca de donde vivo...en fin...todas tienen algo que ofrecer en el momento adecuado. Mencionando, en especial a aquéllas de segunda mano, donde sueles encontrar más de una sorpresa...
¡¡Un besito grande!!
Un bello texto que provoca la lectura del libro que comentas. Las librerías (que quedan) son lugares maravillosos en los que uno puede disfrutar de sensaciones maravillosas. Contarlas como tu lo haces ya es otra cosa.
ResponderEliminarUn saludo y Felicidades por tu blog!
José, bienvenido...creo que es la primera vez que te veo por aquí. Las librerías son preciosos escondites para el ser humano. Creo que serán lugares a los que nos pedirán que vayamos, cuando suframos de estress y ansiedad...
EliminarGracias por tus palabras, un saludo!!
Pues no lo conocía, me lo apunto, y con esa portada de Hemingway en la puerta de Shakespeare & Co. Un besote!
ResponderEliminarMeg, son muy poquitas páginas y se lee en un ratito...te deja una sensación preciosa.
EliminarY sí...Shakespeare and Co. es lo que sale en la portada,...y es una de las librerías favoritas de Claude.
Besos mil!!
Ñam ñam... qué apetecible, tanto el libro como el paseo por las librerías. Apuntado queda.
ResponderEliminarUn beso.
Zazou...la verdad es que dan ganas de comérselo...un besin!!
EliminarZazou B, es genial...te gustará...y como digo, se lee muy rápido. Eso si...te entrarán ganas de ir de inmediato a la librería más cercana...jajaja...
ResponderEliminarUn abrazo!!
ayyy María, que me has puesto los dientes largos con este libro ¡lo quiero ya!
ResponderEliminarY me pasa muy seguido que me pregunto ¿y esto lo leí en un libro, lo viví, me lo contaron??? y ahora tengo que agragar ¿o lo leí en un blog??? :-) jajaja
Un beso,
Ale.
Bibliobulímica, gracias mil por haber ido comentando en tantos posts,...iré contestando poco a poco. Te gustará este libro y puede que lo hayas leído en otro blog. Un beso grande!!
EliminarMe encanta entrar en una librería... mirar.tocar,oler los libros....son lugares mágicos
ResponderEliminarGracias María por tu cariño
Un Beso Grande!
Princesa Nadie...gracias a ti...la verdad es que es genial pasar un rato con los libros...es un placer del que todas sabemos que nunca hay bastante.
EliminarUn abrazo!!
Hoy estuve de paso en una librería y no me pude parar, ojalá pueda volver...
ResponderEliminarBueno...ya habrá tiempo...no siempre se puede...
EliminarGracias por pasar por aquí, Voz en Off.
Justo andaba buscando algún libro chulo para leer en francés y mira por dónde me has dado una idea. :)
ResponderEliminarCuántos grandes momentos nos dan las librerías... El otro día fui con mi hija a la sección infantil de Waterstones y viví un pequeño momento «síndrome de Stendhal», porque es que había auténticas maravillas. Me da pena no haber tenido entre las manos libros tan bonitos cuando era pequeña, aunque espero poder vivirlos de alguna manera ahora con mi nena. Pero te aseguro que cuando me vi en aquella sección, que además estaba desierta, sentí de repente una emoción tremenda por dentro... :') ¡Y eso que vamos a menudo!
Un beso, María, ¡apuntado queda este!
Halcombe, este libro...es más bien un relato corto, así que seguramente que lo encontrarás de mil maneras...ya me dirás qué te ha parecido.
EliminarMe encanta que me cuentes esos momentos que vives con tu hija...yendo a la librería. Yo acompañaba a mi madre con los libros...y fue un hábito que he continuado.
Espero que algún día pueda hacer lo mismo con algún ser pequeñito/a.
Un abrazo grande, me alegra leerte por aquí...
Preciosa entrada, María. A mi me pasa igual, me encanta entrar en las librerías y quedarme un buen rato. Cuando voy a Madrid siempre levo un listado de librerías para ver.
ResponderEliminarCuando viajé a París busque es librería de "Shakespeare and company", no sabes que delicia encontrarme en esa placita y en esa librería que apenas puedes caminar de la cantidad de libros que almacena su dueño.
Antes me había leído el libro de Sylvia Beach, que te lo recomiendo, y a partir de ese libro me he leído un montón de ese momento en Paris.
Como siempre un placer leerte
Un abrazo
Teresa
Teresa, gracias...tengo tan pendiente ese viaje...y recorrer esa librería,...
EliminarEn Madrid, de momento, sigo llenado mi bolsa con libros de lo más variados...
Un abrazo!!
Hola María! Cuantos puntos en común encontramos leyendo esta entrada. Viajar a través de los libros, con ellos en la maleta, buscarlos allá donde nos encontremos... es un elemento sin el cual el viaje no tiene sentido, al menos para nosotros.
ResponderEliminarA menudo nos hemos encontrado deambulando entre los estantes de una librería, Londes, París, San José, Lisboa, Oporto, Nueva York, Berlín, Bangkok... a lo mejor, un día de estos, nos vemos, entre libros.
Lo más seguro es que en alguna de esas nos encontremos mirando libros...sería estupendo...
EliminarVosotros me hacéis sentir que viajo cada vez que os leo...eso es toda una maravilla...tenéis que editar algún libro!!
Desde luego, los viajes cobran otro ritmo, otro sentido...cuando leemos sobre ellos, o incluso, cuando escribimos...
Un abrazo grande para ambos!!!
María, ¡qué delicia volver a leerte! Es increíble que pasen meses (y no puede, o no me acuerde, o qué se yo) sin leerte pero cuando vuelvo a hacerlo me siento muy cerca de ti. Comparto tu entrada en mi facebook. Bss
ResponderEliminarAriodante, no me olvido de ti...y de cuando en cuando te visito...espero leerte pronto con té...y confío en que todo te esté yendo de maravilla...
EliminarUn abrazo