Carta de una desconocida

Llevo tiempo queriendo escribir esta entrada. Y no me refiero a unos meses, sino a años. Ayer volví a ver entre sueños las película basada en el libro del mismo título y no pude esperar...me dije...tengo a Stefan Zweig aquí...con más libros de él que tengo ganas de reseñar...no puede esperar más.
Conocí el libro a través de la película y también fue de la mano de Garci (como anoche)...pero de un Garci de los años noventa. Me enamoré de cada gesto de la película y de cómo la actriz te mantenía atrapada en una especie de amor-obsesión que no lo querría para mí misma por nada del mundo. Aún así, hace años, me pareció una de las historias de amor más maravillosas del mundo. (Ahora la intensidad, me parece un tanto enfermiza)
Desde entonces, Joan Fontaine me tiene cautivada. Y la persigo en Rebeca, en Jane Eyre,...y muchas más.
En cuanto pude me hice con el libro al que desempolvé un frío día de Enero del 2003. Y ahí fue cuando descubrí a un autor para mí desconocido.

Cuando ves aparecer las letras de la película y nombran a cada actor relevante, por detrás decubres como esceneraio una Viena que aún no ha vivido las guerras de este último siglo,...Entran ganas de escabullirse por entre sus calles, de entrar en los restaurantes y cafés de la época y sentirte una desconocida. Mientras, la película se va desarrollando, comenzando con esa carta, y ese café que el protagonista tiene que tomar para poder seguir en pie. Después te vas a días más soleados donde se produce una mudanza, y la voz en off de la protagonista comenta  que hay dos momentos importantes en la vida, uno cuando naces y otro cuando despiertas... Esta frase me persiguió durante un tiempo...¿estamos dormidos? ¿anestesiados?
Al mismo tiempo, pienso que hay muchas maneras de despertar en este mundo. Puedes ser muy consciente de todo lo que te rodea y estar dormido...o vivir despierto en lo que realmente importa, o te hace feliz en esta vida y permanecer ausente en otras cosas. ¿Por quién o por qué despierta ella?  Ella despierta de la niñez a la adolescencia de golpe. Viendo como un hombre joven se tralada para convertirse en su vecino. Un desconocido ocupa para ella el lugar predilecto en su historia.
Tanto con el libro como con la película, comienzan siendo el relato de una carta...una carta de momento desconocida para él (y nosotros).  De esta forma, y en pocos segundos, sabes que es una carta de un amor "invisble"...Y mientras se desarrollaba la historia, volví a ojear el libro y miré uno de los fragmentos que subrayé como preferidos...donde la protagonista se ausenta durante unos años del lugar y de la persona por quien estaba despierta al mundo.

"En aquellos años sólo viví por ti. Compré todos tus libros; cada vez que tu nombre aparecía en los periódicos era un día de fiesta para mí. ¿Puedes creer que me sé de memoria cada línea de tus libros de tantas veces como los he leído? Si alguien me despertada por la noche  y me empezara a recitar un fragmento, aún ahora, después de trece años, podría continuarlo en sueños".  Así pasa sus años en Innsbruck (una ciudad preciosa que conocí hace diez años, y que está alejada de Viena)

Es una historia bellísima de amor no correspondido, o quizá, desconocido...o tal vez, de formas distintas de amar. Ese amor que sientes por alguien cuando eres adolescentes, que puede ser desde un cantante, actor o...un vecino, como pasa precisamente en esta historia. Sólo que sigue y sigue, a pesar de las contrariedades de la vida. Él por otro lado, mientras lee la carta, siente que ha sido amado de una forma distinta a cómo había imaginado. Era algo constante. Y ahora ausente...Y quizá es "el despertar" de un hombre dormido...¿sabemos qué efecto tuvo esa carta en él?  ¿Será una vida distinta, la suya, a partir de ese amor constante e invisible? Creo que todos amamos en algún momento de un modo parecido...sin que nadie lo sepa...en lo más secreto y profundo de nuestro ser. Tal vez la intensidad no sea la misma, que en esta mujer de quien no sabemos su nombre.

Este libro me acompañó en varios ratos del transcurrir de este mundo. Hice un par de relecturas y cada vez me gusta más como escribe Stefan Zweig. Investigué un poco sobre su historia...parece ser que este libro está basado en algún momento de su vida. Lo que más tristeza me dió fue conocer como quiso marcharse de este mundo. Vivió sus últimos años en Brasil, en plena Guerra Mundial. Le afectó mucho cómo el ser humano no aprendía de una vez que las guerras no llevan a ningún lugar. Prefiero arraigarme a la esperanza...Hoy día sabemos que dentro de esos horrores hubo destellos de luz que hicieron posible la supervivencia. A pesar de todo, estoy convencida, que vivir dos guerras en un mismo siglo tuvo que ser devastador, aunque no se participase directamente en ellas.

Sigo leyendo, pero he sido presa del tiempo, y no he podido hacerlo tanto como me habría gustado. Ando muy ajetreada, de un lado para otro y con poco espacio para sentarme a leer y a visitar los blogs. Espero que esto mejore la semana que viene y pueda ir dejando comentarios.