Un Londres por la mañana...

Acabo de venir de correr...de sentir el viento en la cara...de bailar con las hojas de otoño...es maravillosa esa sensación. Ahora, con té en mano, por fin encuentro ese momento para estar un rato aquí...

A veces la vida nos da esas curvas de las que no sabes cómo saldrás. De momento, aunque sigo en ella, e intento vivir estos momentos con la mayor paz posible.  Hay etapas que se tienen que vivir para saborear otras...y ésta está siendo intensa, pero a la vez llena de sensaciones, viajes, silencios, esperanzas...Nunca se sabe qué habrá detrás, pero el tiempo lo acaba desvelando todo. Y se aprende mucho de estas experiencias, eso sin duda.

Dicho esto y sabiendo que ahora toca esperar para saber lo que hay detrás de esa curva, vuelvo con muchas ganas a ese viaje que dejé sin terminar...

¿Qué tal un Londres por la mañana? Las calles guardan más silencio, especialmente aquellas que son menos transitadas por los turistas, y puedes quedarte a mirar un Londres cotidiano, como si estuvieras dentro de una película. A veces parece que todo a tu alrededor guarda una armonía. Y así...mientras paseaba por Russell Park, pude observar como hay quienes pasan su mañana leyendo, o paseando en silencio, o trabajando y recogiendo las hojas del paque...o simplemente haciendo un "break" para seguir luego caminando. No vi más que una ardilla en este pequeño parque, que por supuesto vino a saludarnos tanto al llegar como al irnos.



Russell Square Octubre 2011

 Observé como una mujer esperaba con su maleta en el parque...Como era temprano, me di un instante más...y saqué mi libro...y quise formar parte de esa mañana cotidiana de Londres (ya no era sólo una chica que hacía fotos). Al sentarme en el banco, vi que estaba dedicado a una chica que había fallecido en los atentados de Julio de hace seis años. La verdad es que me impresionó más de lo que esperaba. La chica era muy jóven y pensé...¡¡cómo es la vida!! ahora estoy yo aquí sentada, en un banco que lleva su nombre...Al final somos desconocidos, pero al mismo tiempo parece que hay una leve línea que si se traspasa pueden pasar mil cosas sorprendentes, entre ellas conocer a alguien totalmente inexperado...es cómo en Stardust...¿quién se atreve a saltar la línea del tiempo? También...allí sentada, pensé en esa L.M.Montgomery que miraría tras la ventana, como dice en su diario, y quizá...sin esa línea del tiempo...me vería leyendo un libro escrito en otro tiempo que no era el suyo.

Más tarde fui tranquilamente andando hacia una zona transitada, pero que guarda ese silencio del que hablaba más arriba. Y mientras desayunaba por segunda vez, como buena hobbit que soy, compré el Guardian, que ya me había sorprendido en el fin de semana con una guía  independiente de libros, pero en esta ocasión traia un cuento infantil para escuchar...."The Owl who was afraid the dark" de Jill Tomlinson.

La calle lindaba con Lambs Counduit Street, que era uno de los lugares donde no podía faltar en este Londres azul que estaba viviendo. Así que pasé a Persephone, para ver qué guardaban sus pequeñas paredes...sabiendo que no saldría con las manos vacías. Entrar allí siempre es una delicia. Es tan acogedor. Además ves como las dependientas se mueven de un lado a otro en ese pequeño espacio, rodeadas de libros en el suelo, paquetes, carteles, flexos y sus tazas de té....entre otras cosas.

Hace unos días recibí la revista Biannually, con el marcapáginas correspondiente. La tengo cerca de la mesa de noche, para deleitarme leyéndola antes de dormir.  Como marcapáginas me ha tocado el correspondiente a Dinners for Beginners, y leyendo de qué va, no parece que tenga desperdicio.

De allí salí con una E.M. Delafield "The Diary of a Provincial Lady" y "Ex Libris" de Anne Fadiman...(ambos los leeré con mucha,  muchísima tranquilidad y despacito...-gracias a Cristina estaban en mi libreta de notas). Después callejear, y descubrir la antigua tienda de curiosidades...que estaba más cerca de lo que pensaba. 

También visite una de mis librerías favoritas esa mañana. Fui al Waterstone de Gower Street. Es mi preferido, suelo visitarlo siempre que voy y antes de saber que también era el preferido de Enric Gonzalez. Allí escogí un libro de Virginia Woolf, que está lleno de fotos antiguas. Este le reservo para otro momento.

Sigo leyendo libros que de los que aún no os he hablado. Y tengo muchas ganas de hacerlo. No son muchos, porque no he tenido mucho tiempo y soy lenta leyendo, así que...después de que termine de contar este viaje (si el tiempo me lo permite)...seguiré haciendo reseñas de libros y tés.
Poco a poco, porque me gusta muchísimo leeros, iré pasando por vuestras palabras...