Sus nombres empezaban por A

En los viajes, siempre hay encuentros fortuitos y maravillos...y así fue como me encontré con una niña, Audrey Hepburn, deambulando por las calles menos transitadas de Bruselas. La vi echa un ovillo sentada en la escalinata de la casa donde nació...
Me senté a su lado y empezamos a charlar un rato...la conversación nos llevó a alzar el paso y pasear por las calles menos conocidas de Bruselas. Así fue como llegamos a descubrir las casas de Ixelles con un toque de "art nouveau", cercanas a su casa (por sí la echaban de menos).
 
Nos acercamos al precioso barrio de San Boniface y sin dudarlo, entramos en la Iglesia.

Y como suele suceder en Europa, encuentras los nombres escritos en piedra de aquellos que perdieron su vida en la Primera Guerra Mundial. Después de un rato de silencio, nos fuimos a pasear con cámara en mano, tratando de descubrir  una ciudad  que poco a poco iba llenando sus calles de mesas para comer...

Nosotras subimos a casa de mi prima, para saborear un segundo desayuno con mermelada de fresa y rúcula...(al principio tuve mis reparos con la mermelada, pero cuando la probé, he de decir que está buenísima).
Acompañamos el momento con un rico té, que vendían en la misma calle...elegimos un té negro para espabilarnos, un "Monks Tea" (riquísima mezcla de té negro aromatizado con vainilla y otras cosas, que no recuerdo ¿?)...y seguimos nuestros camino.

Siempre me han llamado la atención las Beguinas...así que nos acercamos a St. Marguerite para pasear hasta la pequeña plaza de  St. Juan Bautista, que en la antigüedad estuvo habitada por ellas.
La sorpresa fue encontrar una libreria pequeña...de segunda mano en la misma plaza. Allí estaban los dueños, tomando té,....en unas bellísimas tazas, mientras...yo no dejaba de suspirar por los libros. Había gran cantidad  en inglés y frances... No lo pude evitar (y a pesar de que no facturaba a la vuelta), me llevé dos pequeños libros: "Just so Stories" de Rudyard Kipling y una biografía de Oscar Wilde de Penguin...escrita por Hesketh Pearson...y que pude observar que era muy interesante.


Casa de Victor Horta

Ya atardeciendo volvimos a recorrer rutas de Arte Nouveau, pero esta vez...nos dirigimos a otras zonas de la ciudad. Allí descubrimos la casa de Victor Horta, y alguna otra casa que diseñó. Otras, tristemente fueron demolidas...

La vida de Bruselas, cuenta con muchos núcleos diferentes...cada cual posee su propia casa o sede estatal, como una especie de ayuntamiento. Son edificios realmente bellos...
Pero dejando atrás los edificios, Bruselas, también ofrece muchas variopintas posibilidades nocturas y diurnas...Puedes visitar el mercado de los miércoles en la plaza "Du Chatelain" y tomarte un rico vino en los bares que se ofrecen al caer la tarde...
Esta ciudad cuenta con un mercado casí a diario...están los mercados de antiguedades de los domingos, el de las flores, etc...siempre distribuidos en distintas zonas de la ciudad.
Algo curioso, es toparte con el "mercado de las pulgas" que se encuentra en "Place Du Jeu de Balle"...aquí puedes ver de todo...Sin duda, piensas que toda bruselas ha sadaco aquellas cosas de sus casas que ya no usa o no las quiere...y puede que una persona cualquiera, tú misma, pique y se lleve algo. En nuestro caso, este mercadillo, no pudimos verle, pero...¿quién sabe? quizá en la próxima ocasión.

No es la primera vez que visito esta ciudad...y aunque me encanta volver a rincones ya conocidos, es bueno conocer otros...especialmente si vas muy bien acompañada y te espera la hora mágica del atardecer...

En este viaje, además de diversos encuentros, me acompañó un libro muy especial..."El Diario de Anne Frank",...por eso, cuando cogimos el tren para Amsterdam...observé que Audrey, algo más mayor, me seguía...dos asientos más atrás y con el mismo libro que yo.
Leer de nuevo este libro, y a una edad distinta, resulta muy diferente. En esta ocasión me ha resultado más duro. Quizá cuando llegas a una edad adulta, la capacidad de sufrimiento es direfente, porque la imaginación aunque sigue acompañándote, lo hace un modo distinto...quizá lateral.

Cuando llegué a Amsterdam fui directa a la que fue "la Casa de atrás" para Anne Frank. Siempre hay que esperar largas colas, pero tuve suerte y no fue demasiado larga. Escuché las campanadas de la Iglesia que está cerca del que fue su escondite durante tantos meses, (dos años y un mes) y saber que su sonido la reconfortaba, creo que a varios que estabamos allí nos hizo tenerla más presente.
Mientras releía Anne Frank sentada en el tren, podía ver a esa niña-adolescente que escuchaba la BBC con atención, que tenía la suficiente generosidad y empatía como para contemplar y horrorizarse ante el hambre que estaba pasando Holanda...a veces, miraba de escondidas tras las cortinas de las oficinas...y veía a los niños buscando comida. Ésto la indignaba profundamente.
Me detuve largo rato en algunos de sus días...especialmente en aquel en el que escucha por la radio que la guerra va a terminar pronto y que guarden todo aquello que se ha escrito durante ese tiempo porque será de suma ayu
da...
También Anne viajaba con los libros...leía, quería leer libros para mayores que al inicio de su vida enclaustrada, no podía leer..., Ya en los últimos meses en la casa, llegó a leer la vida de Oscar Wilde...libro que también me acompañaba en el viaje.

Iglesia Westerker

Le entusiasmaba la antigua Grecia, Roma...le decían que sería una etapa pasajera en su vida, pero ella se mantenía firme en sus elecciones y gustos. También, con sus pensamientos, llegaba a escapar a Suiza...¿por qué no? Viajar con la imaginación es gratis!!
La ironía forma parte de sí misma...le acompaña en esos días en los que la angustia se apodera de sus pensamientos.
Audrey Hepburn, tenía la misma edad...y se sintió muy reflejada en ella...es como si se leyera a sí misma...también me acompañó en la lectura de su libro...Ella lo pasó muy mal leyéndolo y tuvo que abandonarlo en varias ocasiones. Especialmente, cuando encuentra el fragmento en el que Anne describe el fusilamiento de cinco personas...para Audrey ese acontecimiento era muy significativo...uno de ellos, dicen, que era su tío.


La Casa de Atrás...desde
atrás

La vida de ambas fue muy diferente...las dos se escondieron de forma muy distinta de la Guerra. Cuando entras y subes las escaleras de la Casa de Atrás,...el silencio acompaña a quienes la visitamos. La habitación de Anne, aún guarda aquellos fragmentos de las revistas...las actrices del momento, su visión particular dentro de la familia a la pertenecía, sobre la monarquía, quedaba reflejado mostrando un retrato de Isabel II de Inglaterra (le encantaba leer cosas sobre las monarquias), etc...
Cuando subes más arriba, en la cocina, eres consciente de aquellas conversaciones que mantuvieron los ocupantes de la casa,...las risas, los enfados, el miedo...todo está escondido en esas paredes. Mientras acariciaba la encimera de piedra, recordaba sus palabras: "la vida no es tan terrible, porque podemos cocinar nosotros mismos y abajo, en el despacho de papá, podemos escuchar la radio (...) Tenemos suficientes cosas para leer, y aún vamos a comprar un montón de juegos (...) con la madera de las cajas de cerezas haremos estantes para libros".
Dicen que hay dos Anas en el libro...yo creo que es la misma, solo que al vivir una experiencia tan poco común, sus pensamientos y palabras cambian...a medida que avanzas leyendo el diario, te vas encontrando con la Ana más madura y al mismo tiempo, tierna, infantil, risueña...

Me quedé largo rato frente al que fue su diario y gran compañero de aventuras durante su estancia en la casa. Dicen que para superar traumas, lo mejor es escribir...estoy totalmente de acuerdo...en mi trabajo, regalamos un cuaderno a cada persona que entra...también es un poco como un escondite...y salvando muy mucho las distancias, recuerda un poco a esa sensación de vivir en una casa a escondidas del mundo. Yo
me siento un poco como Miep...de cuando en cuando las visito, me quedo un rato con ellas, las traigo aquello que necesitan, etc...como digo, salvando mucho las distancias...

Amsterdam ofrece mucho más...pero eso os lo cuento en otra entrada. Ahora me quedo un rato más con Audrey Hepburn, ya más cercana a mi edad, que ha venido nuevamente a visitarme...y el té desteinado se nos enfría...
Siento haberme extendido demasiado...espero no haberos aburrido con mis pensamientos.
Las fotos son de una servidora salvo la del diario, las fotos de Anne y la de la habitación.


Comentarios

  1. Qué maravillosa entrada, María. Tienes una capacidad innata para llevarnos contigo a través de tus palabras. Otra vez, como tantas veces, he sentido que viajaba junto a ti. Aunque imposible superar a tu encantadora acompañante. Ella, es cierto, también sufrió muchísimo en la guerra; dicen que de entonces le venía su extremada delgadez. Y Anne Frank... Ay, cuánta tristeza por una pérdida tan grande. Una niñita tan joven y tan mayor por dentro y con tanto talento. De niña mi hermano, que es un ser muy especial y que también ha sufrido mucho, me llamaba Ana Frank. Tanto me lo decía, que fue por él por quien leí su diario. Lo leí muy joven y me impresionó muchísimo. He querido leerlo después y no me he visto capaz. Curiosamente con la edad me he vuelto más frágil para la dura realidad pasada, presente y futura. Me daña tantísimo la crueldad de nuestros congéneres, aunque no la sufra directamente. Algún día lo volveré a leer; ella merece que se la descubra y después pasada la sorpresa inicial, el dolor de conocer su dura historia, vuelvas, entonces, a encontrarte con ella de un modo más maduro y reflexivo. No dejemos nunca que muera su recuerdo y su obra testimonio de una época terrible.

    Dale recuerdos de mi parte a ella y a Audrey. Ahora me quedo junto a una taza de té reflexionando sobre tu hermoso viaje y tus palabras con alas blancas, suaves y mágicas que nos llevan contigo a donde quiera que vayas.

    Buenas noches. Es muy tarde, pero me ha merecido la pena quedarme hoy viernes con un libro, mi hija al lado, que se ha dormido en el sofá, y como colofón, tu entrada, que me ha encantado que fuera larga. Cuántas veces ante el típico y tonto comentario de: "Qué libro más largo estás leyendo, con tantas páginas", yo he contestado: "No hay libros largos, sino buenos o malos, que te gustan o no. Un libro con muy poquitas páginas puede parecer eterno porque no te atrapa o interesa y otro larguísimo parecerte muy corto".

    Besitos!
    Ana.

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    1. Muchas gracias La Minomalice...te imagino a altas horas, con flexo, gato y tu hija al lado soñando...
      Le doy recuerdos a Audrey, aunque tendrá que ser por carta...la dejé entre Amsterdam y Bruselas.
      Siento tan ciertas esas palabras sobre la fragilidad a medida que crecemos!! Te aseguro que fue duro leer el diario...de hecho por las noches no podía leerlo. Pero...es también un diario con anécdotas divertidas...lo bueno es que el sentido del humor sigue vigente en su día a día. ¿Has leído el libro "El sentido de la vida" de Viktor Frank? Hay un capítulo que habla sobre el sentido del humor dentro de un campo de concentración. Sin que suene a macabro, él defendía, y observaba, que el ser humano necesita reírse...aunque sea de sus propias desgracias.
      Que sepas...que os llevo a esos rincones del mundo que ahora la vida me permite visitar. Me acuerdo mucho de quienes acompañan el blog...así que...de algún modo...estuvistéis paseando conmigo...y con Audrey!!
      Bueno, Anne Frank, como te llamaba tu hermano...aunque no leas de nuevo su diario...(entero)...te invito a que devores algunas de sus páginas...así...al azar...como ya conoces la historia...será menos duro.
      Y sí visitar "in situ" la casa de Anne, desde luego...lleva un trozo de su diario...es como sí ella te acompañara y fuera tu guía por su escondite.
      Un abrazo grande Anne...me encanta compartir comentarios largos contigo.

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  2. Hola María...creo que ya te lo he dicho antes pero una vez más no está de más...Te envidio!! Yo estoy tan lejos de Europa y me muero por ir. Bélgica! El país de Audrey. El diario de Frank no lo he leído todavía, y en estos momentos no podría...aunque si tengo el libro.
    Besos!! :)

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    1. Pilar, te aseguro...que de algún modo...estuviste allí. Como le decía a La Minomalice, os llevo a estos viajes, que de momento, puedo hacer.
      Algún día, serás tú misma quienes las visita...
      Te animo a que leas el Diario de Anne Frank, aviso que engancha y que a veces sorprende mucho!! Pero todo libro tiene su momento, así que...sí toca esperar, pues...con paz...ya llegará el instante especial en el que le "rescates" de tu biblioteca particular casera.
      Un besin enorme!!

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  3. No sabia yo que Audrey fuera belga tenia en mente que fuera americana.
    Siempre he pensado que cualquier rincón de Europa merece la pena visitarlo.
    Me ha encantado como vas explicando de todo.
    Besos.

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    1. Ohma, es belga...también fue una sorpresa para mí...hace unos añitos...
      No me canso de visitar Europa...al menos de momento...aunque mis sueños también están cruzando el ancho mar...cualquiera de ellos.
      Ohma...bienvenida...y gracias por tus palabras.
      Bss!!

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  4. Hermosas ciudades las que has visitado, aunque he de reconocer que nunca leí el Diario de Anna Frank y no creo que pueda con él.

    Petó

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    1. Susana, quizá...algún día lo leas!!
      Un beso grande...espero que no estés pasando tanto calor como aquí...hoy no parece que el aíre nos visite. ¿Quizá mañana?
      Un beso!!

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  5. Oh, pero qué envidia todo, pero sobre todo lo del museo de Ana Frank, con las ganas que tengo yo de ir. Pero bueno, de momento tú lo has contado tan bien que ha sido como estar allí un poquito.

    Monísima Audrey de pequeña :)

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  6. Cristina, a mí sí que me das envidia (sana...eso espero...jajaja) con tu viaje a Edimburgo. Me estoy reservando para leerte con calma. Mañana tengo el día más desocupado. He encendido el ordenador y...¿te quieres creer que no soporto el calor que desprende? En fin...que tus crónicas no me las pierdo aunque sienta que mi piel huele chamusquina...jajaja.
    Me alegra saber que es una de tus citas pendientes, pasar por el escondite de Anne Frank. Estoy convencida que te gustará y mucho.
    Un abrazo!! (Sí...Audrey está sensacional)

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  7. Hermoso viaje has hecho, me gusta mucho Audrey Hepburn, para mí es el ícono de la mujer elegante, sencilla y hermosa, por dentro y fuera.
    Besos.

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    1. Gracias Luciana...a mí también me encanta Audrey...y Anne Frank.
      Un besin!!

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  8. ¡Fantástica entrada que quiero releer con más calma! Digo lo mismo que Cristina.

    Un beso

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  9. Elvira, gracias!!
    Creo que también tú conoces muy bien Bruselas.
    Un besin!!

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  10. ¡pero que paseo tan maravilloso! casi siento que he estado ahí también en el tren, a unos asientos de tí y Audrey ;)
    Visitar el lugar donde estuvo escondida Anne debe ser una experiencia sobrecogedora, y debe sentirse la tristeza, desesperanza, miedo que vivieron los que la habitaron. Aunque había esperanza, seguramente, y risas...que bueno que quedan las palabras de Anne en su diario para acercanos a ella. Es lo maravilloso de las palabras, las lees y es un poco acompañar a quien las ha escrito. Un beso grande María,
    Ale.

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  11. ¡hola María!
    ¡qué gran viaje! ¡qué envidia! Creo que el diario de Anne Frank es el libro que más veces he cogido entre mis manos para leerlo y lo he soltado sin abrir ni una sola página. Me da una sensación de tristeza increíble... como si no quisiera atreverme a conocer la historia entera.
    Yo de Bélgica sólo conozco Bruselas y Brujas (bueno y los gofres y el chocolate), pero de pasada. A Bruselas fui en tren para pasar el día cuando estudiaba al Norte de Francia (un día que hacía 0º a las 12 de la mañana...) y a Brujas un fin de semana. A Amsterdam no llegué, así que espero emocionada tu entrada sobre ésta.
    Un abrazo!

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  12. Estuve en Bruselas este invierno y todo tu recorrido fue, en parte, el mío. Había estado hacía muchos años y esta visita fue muy grata para mi.

    No he estado en Amsterdam, cosa rara porque casi todo el mundo que conozco ha estado. Tengo ganas.

    Muy interesante esa manera de enlazar a esas dos mujeres y relatarnos una parte de tu viaje.

    Un abrazo!!

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  13. Ale!! Seguro que también venías tú en ese tren...y sí...es muy sobrecogedor estar en el mismo lugar donde vivían personas que tenían que ocultarse por pensar, creer o ser de manera diferente. Creo que Amsterdam en sí misma, acoge a todos, porque no quiere caer de nuevo en aquella vida sin sentido.
    Esperemos que no volvamos a caer en los mismos errores, disfrazados de diferente manera...
    Un besin!! (el ordenador hoy no me deja responder debajo de cada una de vuestros comentarios...en fin...cosas de la informática...)

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  14. María José...¡¡hola!! ya has vuelto de esas vacaciones merecidas?? Sí no has leído aún a Anne Frank, cada vez será, creo, más difícil. Pienso que la capacidad de sufrimiento es inversamente proporcional a la de nuestra edad...nos volvemos más frágiles, menos fuertes,...parece que la esperanza navega por otros mares...
    Qué bien lo cuentas!! También yo conozco los gofres...y los chocolates indescriptibles de Bruselas, son sus mejores habitantes...
    Brujas es inolvidable...en esta ocasión no la hemos visitado, pero suele ser visita obligada cuando vamos a Bruselas.
    Un abrazo grande!!

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  15. Leviathan23air, me alegra saber que viajaste con la imaginación...es el mejor de los transportes...barato, único,...indescriptible...es lo que pasa cuando lees, verdad??
    Gracias!!

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  16. Laura Uve, sí!! Recordé que habías estado por allí...y especialmente recordé tu entrada de las beguinas...¿viste la pequeña librería que hay en la plaza de San Juan Bautista?
    Amsterdam...yo siempre había querido ir, desde hacía muchos años. No es tan bella como me la imaginaba (quizá sí la hubiera visto antes que otras, no pensaría lo mismo), pero me gustó. Especialmente las bicis, los canales, la distribución de las calles...y asomarme de soslayo por alguna casa...Dentro de la ciudad, tenían sus jardines bien cuidados...
    Un abrazo grande, y me encanta verte de vuelta, Laura!!

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  17. Ya sabía yo que tus vacaciones iban a llevarme lejos. ¿Sabes? Mi último viaje (fuera de las visitas familiares a Madrid o al campo, tan necesarias e importantes) fue a Lisboa, un año después de casarnos, con una amiga que meses después se marchó para siempre de manera inesperada y triste. Te imaginarás que es un viaje muy especial para mí. Después de ese, la vida y sus caprichos no nos han permitido salir más, seguro que porque necesitaba estos años para enseñarnos cosas fundamentales para ser feliz con todo y a pesar de todo. Por eso, leer tus paseos me gusta tanto, es como viajar un poquito, ninguno de mis amigos consigue, cuando me cuenta sus vacaciones, que vaya con él. Tú sí lo haces, consigues que visite esas maravillosas calles de Bruselas, que tome el té con vosotras (si me dais permiso, claro), que pruebe mermeladas raras, visite librerías y recuerde lecturas que, hasta ahora, no me he atrevido a repetir. Sospecho que, como a ti, me resultarán más duras.
    No recuerdo qué edad tenía cuando mi madre me regaló ese libro tan especial pero debía de ser muy jovencita porque me agarré a la historia de amor como a un clavo ardiendo imagino que para disfrazar un poco el horror del momento. Supongo que hoy me resultaría muy diferente pero me contaría aún muchas cosas.
    En fin guapa, la entrada de hoy ha sido realmente maravillosa, gracias por el paseo y los apuntes en mi libreta de viajes pendientes. ha sido un placer que te extendieras ;)
    ¡Ah! ¿te creerás que Audrey Hepburn también me ha visitado a mí últimamente? Me está enseñando a tejer :)
    Un abrazo inmenso y bienvenida, de nuevo.

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    1. Matilda, como me gustan tus contestaciones...hace días la leí, pero no podía contestarte en el momento...ahora, releyéndote, tengo la misma sensación...
      Por supuesto estás invitadísima a ese té con Audrey...para visitar todo eso...librerías, mermeladas con nuevos sabores, etc...yo también viajo con las palabras...con las tuyas, con vuestros momentos familiares, y con esos cuentos nuevos que presentas...
      Aún no conozco Lisboa, dicen que es una ciudad bellísima. Imgino que para ti lo es por varios motivos.
      Y te debo una visita lo antes posible a ese mundo nuevo que estas creando mientras tejes.
      Un abrazo grande!!

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  18. Hola!
    Leyéndote, ha dado dos coincidencias graciosas.
    Una, que antes de mi viaje a Irlanda pasé por Bruselas, ciudad de la que hablas en este post, y la otra que estoy ahora mismo leyendo el libro"El chico que amó a Ana Frank" de Ellen Feldman.
    Cayó en mis manos, y pese a la portada que parece un poco adolescente, me ha enganchado de una manera sobrenaturas. Elocuente, bien escrito, intercalando tiempos... Una historia, como dice en las reseñas, sobre el recuerdo de la muerte, la muerte del recuerdo y la imposibilidad de negar el pasado. Totalmente recomendable.
    Pasé por Amsterdam en 2002 y tengo la misma la foto que has puesto de la estatua de Anna, pero abrazándola por detrás.
    Increible que siguiera confiando en el ser humano. Como dice Bruno Bettelheim en "Anne Frank: Reflections on the Life and Legacy": Si todos los hombres fueran buenos en el fonde de su corazón, Auschwitz nunca hubiera existido, ni la posibilidad de que pudiera repetirse"

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    1. Eloise Liyu...te imaginaba por las "Highlands"...¿no ibas a Escocia? No sé nada de ese libro que nombras, pero le echaré un ojo...por lo que dices no tiene mala pinta.
      Qué maravilla, verdad?? Es impresionante estar tan cerca de una historia que ha formado parte de nuestra vida...
      La última frase, lleva mucha razón, aunque sigo teniendo esperanza en que siempre nos acompañen más corazones de esos que tienen algo más es su interior...y que impida que eso vuelva a pasar.
      Un abrazo grande!!!

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