Papel pintado de amarillo, Charlotte Perkins Gilman
¿Qué tiene de fascinante un color amarillo? ¿Qué poder hipnótico puede ofrecer?¿Hay historias escondidas tras los papeles con los que forramos una habitación?
Todo esto, y mucho más, es lo que puedes encontrar en este pequeño libro que os presento hoy.
Me llamó la atención un día de primavera del pasado año, en una librería de esas que no puedes irte de vacío. Su portada también era amarilla, pero meses más tarde encontré el libro traducido, y me dije...sería muy bueno para practicar más en serio el inglés.
En la versión en inglés, la versión más amarilla del libro, vienen además, otras historias,... pero la que hoy nos ocupa es ese papel pintado de amarillo.
Es un texto deliciosamente bien escrito y traducido. En él te encuentras con la riqueza que tienen las pocas palabras y la brevedad a la hora de transmitir algo. A pesar de ser un pequeño libro, permite que haya discrepancias a la hora de entender lo que la escritora nos quiere decir, con lo cual es magnífico para pasar ratos debatiendo. ¿Será que el papel que envuelve una habitación tiene mucho más que decirnos? Esa es la cuestión...cuánto de verdad hay escondido tras las paredes, tras nuestras buenas intenciones,...y qué remedio ponemos ante tales circunstancias.
No es una novela, o al menos, no lo veo así...es una especie de ensayo-autobriográfico (en parte), que nos muestra la vida de una mujer recién casada, y con una hija a quien educar, que se siente atrapada, en una vida poco gratificante: la de un matrimonio agradable.
La historia transcurre en una casa de verano, a las afueras de la ciudad. Ella padece de crisis nerviosa, según la dicen los médicos más interesantes de la ciudad...y por ello, su marido, que la quiere, la lleva a las afueras; la han recomendado reposo, dejar de escribir (una de sus pasiones) y mantenerse alejada de una vida social, que no sea la de la familia.
Nuestra protagonista, se siente deseosa de cumplir lo que la han recomendado, y al mismo tiempo se muestra sumamente comprensiva al marido al que quiere y por el que se siente querida.
Pero es consciente, poco a poco de que ese afán de protección, ese "hacer lo correcto" y estipulado que ha de hacer una mujer casada, es lo que la está matando.
El papel pintado de amarillo de una habitación, en la que a pesar de insistir no querer dormir allí, la convencen de lo contrario, con argumentos algo insensatos y haciéndola creer que el mismo deseo de querer cambiar podría ser síntoma de esa crisis/locura que sentía.
Esa habitación, y ese papel, se convierten en un lugar enigmático. Al principio la infunde rechazo y temor,...hasta que termina por convertirse en su refugio interior. Ella se convierte en protectora de las personas que viven alojadas y atrapadas en ese papel. Piensa que el resto, con buenas intenciones, no comprenden ni ha visto lo que ella...
Todo esto la autora lo escribe con suma delicadeza. Es impresionante, como se desliza explicando que las crisis nerviosas diagnosticadas a las mujeres desde hace siglos, y que ya comenzaban a apuntar como neurosis o histerias, estaban relacionadas con la vida que llevaban.
A Charlotte le preocupaba este asunto...dado que a ella misma le sucedió algo similar. Dejó una nota al final del artículo que público, para defender lo que a las mujeres de aquél tiempo les sucedía.
Ella misma, que obedeció al famoso neurólogo del momento, fue apartada de todo aquello que le gustaba hacer y recluida en una casa en la que no tenía apenas ocupaciones en la que liberar su mente. Cumplió con el deber que le impusieron de vivir una vida hogareña. Lejos de las plumas y el papel...y de la vida social que le gustaba. Pero viendo que no mejoraba, una amiga, la recomendó hacer todo lo contrario de lo que la habían aconsejado. Y así fue como decidió separarse de su marido, e irse a vivir a la otra punta del país, con su hija. Se dedicó a escribir artículos, libros y a dar conferencias para el sufragio femenino.
La vida de Charlotte en su infancia, había tenido una importante presencia de mujeres sufragistas. Una de sus tías, fue Harriet, quien escribió "La cabaña del tío Tom".
Se pueden leer biografías de Charlotte en internet, y lo abierta que era de mente. Años más tarde, se volvió a casar con su primo, después de mantener muchas conversaciones. Y su ex marido, con el siempre tuvo una buena relación, se casó con su mejor amiga. A ella este hecho no le importó. Al contrario...eso hizo que su relación con su hija fuera aún mejor.
Así que...cuando nos pase algo similar, también a los hombres, imagino, no dudéis en revisar vuestra vida. Algo no marcha bien, aunque parezca que sí. Un poco, este es el mensaje de nuestra protagonista, y escritora.
Me estoy dando cuenta que esta entrada es un tanto amarilla. Hace años, este color no era de mis favoritos, pero con el tiempo, le he cogido mucho cariño. Es más, hoy en día, lo necesito cerca, por lo que en estas fechas suelo ver crecer aquellas flores que llevan dicho color.
Ayer le dábamos la bienvenida a la Primavera, con un día semi eclipsado por el sol y la luna, y con tendencia a sentir que el invierno nos acompañará algún día más.
Estoy a base de infusión de tomillo, para mejorar de una congestión de lo más interesante...pero nada, como ver por la venta, los narcisos, ranúnculos y gerbera floreciendo, para sentirme aún mejor.
Qué disfrutéis de una feliz llegada de la Primavera, ella nos dará la bienvenida como corresponde, de la forma más inesperada...
Todo esto, y mucho más, es lo que puedes encontrar en este pequeño libro que os presento hoy.
Me llamó la atención un día de primavera del pasado año, en una librería de esas que no puedes irte de vacío. Su portada también era amarilla, pero meses más tarde encontré el libro traducido, y me dije...sería muy bueno para practicar más en serio el inglés.
En la versión en inglés, la versión más amarilla del libro, vienen además, otras historias,... pero la que hoy nos ocupa es ese papel pintado de amarillo.
Es un texto deliciosamente bien escrito y traducido. En él te encuentras con la riqueza que tienen las pocas palabras y la brevedad a la hora de transmitir algo. A pesar de ser un pequeño libro, permite que haya discrepancias a la hora de entender lo que la escritora nos quiere decir, con lo cual es magnífico para pasar ratos debatiendo. ¿Será que el papel que envuelve una habitación tiene mucho más que decirnos? Esa es la cuestión...cuánto de verdad hay escondido tras las paredes, tras nuestras buenas intenciones,...y qué remedio ponemos ante tales circunstancias.
No es una novela, o al menos, no lo veo así...es una especie de ensayo-autobriográfico (en parte), que nos muestra la vida de una mujer recién casada, y con una hija a quien educar, que se siente atrapada, en una vida poco gratificante: la de un matrimonio agradable.
La historia transcurre en una casa de verano, a las afueras de la ciudad. Ella padece de crisis nerviosa, según la dicen los médicos más interesantes de la ciudad...y por ello, su marido, que la quiere, la lleva a las afueras; la han recomendado reposo, dejar de escribir (una de sus pasiones) y mantenerse alejada de una vida social, que no sea la de la familia.
Pero es consciente, poco a poco de que ese afán de protección, ese "hacer lo correcto" y estipulado que ha de hacer una mujer casada, es lo que la está matando.
El papel pintado de amarillo de una habitación, en la que a pesar de insistir no querer dormir allí, la convencen de lo contrario, con argumentos algo insensatos y haciéndola creer que el mismo deseo de querer cambiar podría ser síntoma de esa crisis/locura que sentía.
Esa habitación, y ese papel, se convierten en un lugar enigmático. Al principio la infunde rechazo y temor,...hasta que termina por convertirse en su refugio interior. Ella se convierte en protectora de las personas que viven alojadas y atrapadas en ese papel. Piensa que el resto, con buenas intenciones, no comprenden ni ha visto lo que ella...
Todo esto la autora lo escribe con suma delicadeza. Es impresionante, como se desliza explicando que las crisis nerviosas diagnosticadas a las mujeres desde hace siglos, y que ya comenzaban a apuntar como neurosis o histerias, estaban relacionadas con la vida que llevaban.
A Charlotte le preocupaba este asunto...dado que a ella misma le sucedió algo similar. Dejó una nota al final del artículo que público, para defender lo que a las mujeres de aquél tiempo les sucedía.
Ella misma, que obedeció al famoso neurólogo del momento, fue apartada de todo aquello que le gustaba hacer y recluida en una casa en la que no tenía apenas ocupaciones en la que liberar su mente. Cumplió con el deber que le impusieron de vivir una vida hogareña. Lejos de las plumas y el papel...y de la vida social que le gustaba. Pero viendo que no mejoraba, una amiga, la recomendó hacer todo lo contrario de lo que la habían aconsejado. Y así fue como decidió separarse de su marido, e irse a vivir a la otra punta del país, con su hija. Se dedicó a escribir artículos, libros y a dar conferencias para el sufragio femenino.
La vida de Charlotte en su infancia, había tenido una importante presencia de mujeres sufragistas. Una de sus tías, fue Harriet, quien escribió "La cabaña del tío Tom".
Se pueden leer biografías de Charlotte en internet, y lo abierta que era de mente. Años más tarde, se volvió a casar con su primo, después de mantener muchas conversaciones. Y su ex marido, con el siempre tuvo una buena relación, se casó con su mejor amiga. A ella este hecho no le importó. Al contrario...eso hizo que su relación con su hija fuera aún mejor.
Así que...cuando nos pase algo similar, también a los hombres, imagino, no dudéis en revisar vuestra vida. Algo no marcha bien, aunque parezca que sí. Un poco, este es el mensaje de nuestra protagonista, y escritora.
Me estoy dando cuenta que esta entrada es un tanto amarilla. Hace años, este color no era de mis favoritos, pero con el tiempo, le he cogido mucho cariño. Es más, hoy en día, lo necesito cerca, por lo que en estas fechas suelo ver crecer aquellas flores que llevan dicho color.
Ayer le dábamos la bienvenida a la Primavera, con un día semi eclipsado por el sol y la luna, y con tendencia a sentir que el invierno nos acompañará algún día más.
Estoy a base de infusión de tomillo, para mejorar de una congestión de lo más interesante...pero nada, como ver por la venta, los narcisos, ranúnculos y gerbera floreciendo, para sentirme aún mejor.
Qué disfrutéis de una feliz llegada de la Primavera, ella nos dará la bienvenida como corresponde, de la forma más inesperada...
"una congestión de lo más interesante"... jajaja! Espero que haya desaparecido o menguado.
ResponderEliminarEse libro suena muy bien, y es cierto, muchas veces lo que te aconsejan que hagas para estar bien, es justamente lo que te sienta mal. Estar bien es no salir de la norma en el entorno en el que te encuentras, y estar contenta con todo eso.
Besos
Muchas gracias Elvira, estoy algo mejor, pero aún sigo con ella...con mi congestión y sinusitis...pero estoy muy bien acompañada por Doña Romero y Don Cebolla. Ambos me ayudan a llevar estos momentos mucho mejor.
EliminarEl libro es breve, pero al mismo tiempo, esta cargado de una realidad aplastante. ¿Buscamos alternativas? ¿Nos escuchamos? ¿O vamos directamente a cumplir lo que nos dicen sin pensar, y aunque no mejoremos, pensamos que será otra cosa?
Hay que sentir que estas viva y que puedes elegir cómo vivir, qué medios son los que te pueden hacer crecer...en fin...el ser humano es tan rico, pero necesita también de apoyos...y no tiene por qué ser un solo camino...hay que estar abiertos.
Un abrazo, es un placer que pases por aquí.
Quería decir que estar bien es eso para quienes te dan ese tipo de consejos! No para una misma.
ResponderEliminarTe he entendido...un beso gigante
EliminarNo me lo puedo creer. Justo hoy también he hablado de esta historia, pero de forma muy muy breve :)
ResponderEliminarJen, si...la verdad es que ha sido algo de lo que se tenía que hablar ahora, si es que a varias personas nos estaba apeteciendo...
EliminarBesos (ya te conté lo que me pareció tu entrada)
Lo buscaré. Que te mejores para disfrutar de la primavera lluviosa.
ResponderEliminarLo buscaré. Que te mejores para disfrutar de la primavera lluviosa.
ResponderEliminarGracias Monse, y bienvenida!!
EliminarEl color amarillo siempre se ha asociado a la locura. Quizás el problema sea ese, que donde algunos ven locura, lo que hay en realidad son unas ganas enormes de ser libre, de vivir la vida que realmente uno quiere, sin dejarse atar por prejuicios sociales. Lo que a veces, erróneamente, se ve como locura, no es más que una percepción diferente de las cosas.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho esta entrada, Maria. Y me gusta también la fotografía que has elegido para encabezar tu blog.
Un abrazo.
El color amarillo está asociado al sol, a la vida, a personas que buscan y tienen luz...y mucha energía. Como bien dices, son quienes tienen ganas de vivir.
EliminarPero el libro va más allá del color de un papel...quizá algo de locura lleva, pero también ganas de vivir de un modo mejor.
Un besin
Lo buscaré....tiene una pinta maravillosa.Espero que te mejores pronto .Feliz Primavera y felices lecturas.Un abrazo. ; )
ResponderEliminarCreo que te gustará, aunque hay que tener ganas de leer algo que te transmita que hace sentir que tú también estas atrapada en un papel similar.
EliminarBesos y feliz Primavera
La vida de las mujeres de clase acomodada en el siglo XIX no era nada envidiable pese a que, a diferencia, de las obreras, no tenían el problema de la subsistencia. Acomodarlas exclusivamente en el espacio doméstico, del que se encargaban las criadas, las dejaba abocadas a la más letal vacuidad y al aburrimiento extremo. A partir de ahí las enfermedades nerviosas se multiplicaban.
ResponderEliminarY qué difícil romper con el estereotipo impuesto por el discurso de género de esta época. La literatura era una buena fisura en ese discurso.
No imagino vivir en una habitación empapelada de amarillo, pero después de leerte revisaré ese rechazo. El libro me atrae mucho.
Espero que te recuperes de esa congestión y que disfrutes de la primavera.
Abrazos!!
Laura, qué bien lo dices..."acomodarlas exclusivamente en el espacio doméstico...", que además, tampoco era un lugar en el que se pudieran desarrollar como personas...no elegían.
EliminarPero cuando se escoge, la actividad que sea, es maravilloso...se pueden recrear momentos muy bonitos dentro del ser humano.
En esa época no se podía escoger, pero...¿quién sabe? De momento, hay que estar abiertas y escucharse mucho...muchas veces no nos escuchamos y eso hace que aparezcan otros momentos frustrantes.
¿Vivir en un papel amarillo? En mi caso, depende...quizá durante un tiempo...hasta que me canse. pero no diría no.
Un abrazo muy grande
A mi también me gusta cada vez más el amarillo...me ha encantado leerte como siempre y¡ tus campos de lavanda!!!!!
ResponderEliminarFeliz primavera
Un Beso
Los campos lavanda son maravillosos...Princesa!!
EliminarHola María!
ResponderEliminarNunca había oído siquiera hablar de este libro, pero con lo que has comentado me has convencido, sabes por qué? Porque hace algún tiempo, me pasó algo parecido que a la escritora, y yo no entendía porque me sentía tan mal si lo tenía todo, salud, un buen trabajo, mi hogar, etc. Pero tienes mucha razón, había (hay) algo que no andaba bien , y hay que revisar qué es eso, quizá retroceder mucho.
Supongo que llega un punto en que una ya no puede más y revienta, algo así
Me hizo recordar a la película , vivir, rezar, amar con Julia roberts.
Por cierto, bastante interesante la vida de la escritora, casarse luego con su primo, vaya!
A mi me gusta el color amarillo, antes era mi color favorito, pero lo cambié por el azul, iiiiiiiiiii :D
Un abrazote!! :)
Pilar, a mí también me gusta el color azul y el violeta,...y el verde...no sé cual de los tres es mi favorito. Cada vez descubro que los colores me gusta más y no puedo quedarme con uno solo. El amarillo es luz, es energía...y ahora que miro una gerbera que tengo cerquita, me doy cuenta de lo maravillosa que es desprendiendo ese color.
EliminarMe gusta lo que dices. Si, ciertamente, en come, reza y ama sucede algo similar. Ella deja a la persona que quiere, porque se siente atrapada. Algo que deja claro la autora es que no ausencia de cariño en esa vida que lleva. Por eso cuesta más salir de una relación así...
Esperemos no tener que sentirnos así...y si nos sucede, tener la valentía suficiente para dejar lo que queremos, para arriesgarnos a vivir una vida...tal vez a la que estemos llamadas.
Un besito grande y que tengas una feliz Pascua.
Hola María.
ResponderEliminarEspero que estés mejor. Esa infusión de tomillo es una idea excelente, yo la uso y también de eucalipto. Muy interesante la autora que nos traes, no la conocía, aunque si a su tía, Harriet Beecher Stowe, ya que tengo una bonita edición juvenil (antigua) de "La cabaña del tío Tom". Me parece una labor necesaria rescatar a estas autoras del pasado, y comprobar como, a pesar del tiempo, hay reflexiones que nunca pierden su vigencia, si encima nos lo dicen con una sutil belleza no se puede pedir más. Cuídate.
Paco, muchas gracias...estoy mejor, pero ahora viene la alergia así que...no creo que me desapegue mucho de los pañuelos de papel. Gracias por la recomendación y sí, el eucalipto es estupendo, pero no me quedaba en casa.
EliminarSi paseas por este blog te darás cuenta que suelo hablar de muchas escritoras y algunos escritores del pasado. Sorprendentemente algunos/as son más actuales que los contemporáneos.
No he leído "La cabaña del Tío Tom", pero algún día puede que me atreva con una versión juvenil. Más ahora que sé de donde procede la historia.
Un saludo y felices lecturas.
Este libro me persigue últimamente, y por algo debe de ser... Es curioso, el otro día un grupo de amigos estuvimos haciendo búsquedas locas en Google y nos encontramos con el origen de los vibradores, que precisamente surgieron como cura para la histeria (femenina, claro, que parece que los hombres no se ponían histéricos). Una curiosa historia que conocía pero que fue divertido recordar en grupo.
ResponderEliminar¿Sabes? Yo también creo que cuando a veces el cuerpo nos manda avisos y que son situaciones en los que conviene revisar nuestra vida o nuestro "alrededor".
El amarillo es uno de mis colores favoritos (aunque tengo varios: verde, naranja...).
Espero que estés mejor de tu interesante congestión :)
Un abrazo
Siiii...estuve a punto de relacionar la entrada con una película llamada "Histeria", que vi en el cine hace unos años, y que me gustó bastante, porque trataba el tema de cómo a nosotras se relacionaba enfermedad con sexualidad. Pero no lo relacioné para no crear equívocos...Perkins hace referencia a un tipo de vida...a vivir de la forma que desean los demás y no ella. A establecer normas en los matrimonios sin permitir que las parejas tengan su propia relación...la que ellos deseen llevar. En aquellos tiempos (y a veces aún en los de ahora), la mujer desempeñaba un rol muy concreto dentro del matrimonio y si desempeñaban actividades, debían ser del agrado de su cónyuge.
EliminarEstoy totalmente de acuerdo contigo, Ana, nuestros cuerpos nos avisan de que algo no va bien fuera. A veces necesitamos romper con todo y dar la vuelta a nuestra vida para vivir lo que realmente queremos vivir. Pero para ello, también hace falta valentía.
Estoy mucho mejor, y me siento feliz, a pesar de que no abandonaré los pañuelos...ahora viene la vida interesante de los alérgicos (servidora es una más).
Qué tengas un precioso día, un abrazo grande
Hola querida María!
ResponderEliminarHe leído varias veces la entrada, en días diferentes y he pasado por muchos estados de ánimo cada vez que lo hacía. No conocía la obra, pero me despierta, como te digo, sensaciones muy encontradas.
Admiro a la protagonista de la historia por ahondar en sí misma y reunir el valor de escapar. No me gusta exponer los secretos de la vida real por aquí, pero siendo lo más precavida posible, he de decir que es bueno conocerse, analizarse, sobre todo en esos momentos en los que tu cuerpo, empujado por tu mente te dice ¡basta!.
Sin embargo, hay veces que aún sabiendo la fuente del problema, aún sabiendo que puedes dejarlo atrás porque son otros los que deben cargar con esa piedra, sabes que debes quedarte. Que debes entrenar la vista, entrecerrar los párpados, hasta que tus ojos se acostumbren a ese papel amarillo. Imaginar que son los destellos de un sol de amanecer que, aún lejano e incierto, muestra alguna esperanza en la oscuridad. Y mientras que llega, cuando el amarillo se convierta en un monstruo cegador, debes limitarte a poner parches de papel de otro color y pegarlo con el mucho o poco amor que rezumen las lágrimas de tus ojos. Y reconfortarte con la idea de que, al menos, continuas viva y conoces ese tipo de amor que sabe perdonar.
Un beso María. Buscaré el libro, pero lo leeré cuando tenga las gafas con la protección necesaria para enfrentarme a su amarillenta luz.
Mi María José:
EliminarSin duda alguna, tengo que darte la razón. ¿Sabes que hace que alguien decida quedarse y transformar esa crisis nerviosa en otro tipo de sentimiento? El amor. Porque también está ese lado de la historia en el que una se queda en la vida que le ha "elegido" y consigue amar lo que hace. Pero esto es muy difícil, querida María José, y no todas las personas pueden hacerlo.
Si consigues transformar ese papel amarillo sin permitir que te aleje de los demás, entonces,...entonces es que estás viviendo en el amor. A pesar de sufrimiento, es algo elegido. Pero si tu cuerpo, tu mente, tu espíritu,...no pueden más, no encuentras refugio, ni estrategias, ni apoyos...si no puedes más,...si eso significa tu ruina, entonces...¿cómo no huir?
De esto tengo miles de dudas...porque suelo hacer lo que me viene en gana, a pesar de que a veces me doblegue al rato vuelvo a una vida "cómoda". Espero que llegado el momento, tenga la fortaleza interior suficiente como para aceptar una vida "amarilla", y al mismo tiempo, ser consciente de que puedes hasta beneficiarte de ese color.
Eres afortunada de poder ver ese amor...los destellos que desprenden son del color más maravilloso...
Qué tengas un feliz día y feliz Pascua. Un abrazo gigante
Querida María:
ResponderEliminarbuscaré el libro en la próxima salida que haga a la librería ¡tanto me ha interesado lo que nos cuentas!
Jung tiene una frase que me encanta: no podemos iluminarnos fantaseando figuras de luz, sino haciendo consciente su oscuridad. Esa vino a mi mente mientras leía la entrada. Y es verdad, a veces hay que entrar para poner atención en lo que nos duele (y por qué nos duele) para salir del capullo doloroso a la luz; a renacer a la esperanza, la vitalidad, la fuerza (que siempre he asociado al amarillo, ¿será porque me recuerda al sol?)
Ahhh,cuando se nos trozan las esperanzas, se nos da un papel que interpretar y no es el llamado de nuestra alma, mal acabará la cosa. El cuerpo -y la mente- nos dicen que no es por ahí, para que rectifiquemos el rumbo. A veces podemos hacer caso (tenemos la fuerza, los recursos, la valentía). Otras no podemos. No vemos la salida. Somos como la mosca que golpea una y otra vez el cristal a pesar de tener la ventana abierta al lado...¡que nos tengamos una amiga que nos muestre la salida como la de Charlotte que le dijo que hiciera lo contrario de lo que decía el médico es una bendición!.
¡Gracias María por siempre traer luz a mi vida!
Un beso,
Ale.
¡¡Ale, cuánto me gustaría tener una conversación contigo con un té de por medio!! Acabo de tomar nota de la frase de Jung, no la conocía.
Eliminar¿Qué difícil es ver lo que nos aparta de estar realmente bien? En este caso, ella no tenía problemas...estaba con un marido comprensivo y cariñoso, había personas que la querían, y una niña que requería de sus atenciones...sin embargo, algo la hacía sentirse más infeliz y desdichada...y el color solo era la evidencia, de que algo por dentro la estaba haciendo sufrir.
Es igual que cuando elegimos sentarnos en un lugar y no en otro, cuando entramos en una cafetería. Parece que los lugares que están cerca de una ventana son los predilectos, pero hay quienes quieren un lugar tenue, lejos de la luz...para cada quien hay un lugar. Y nuestra protagonista, tenía que encontrar el suyo. Enfrentándose a sus miedos, y a sus preocupaciones...
Un beso y gracias, mil por este comentario. (El color amarillo, también podría haber significado luz y vida, no la angustia que le provocaba a nuestra protagonista).
Besos
Gracias por el té y todo lo demás...
ResponderEliminarGracias a ti...por pasar por aquí. Este libro es una maravilla...
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