Los amores de un bibliómano, Eugene Field

Brujas...without words...
Acabo de llegar de Bruselas, y aún estoy escuchando los sonidos de la ciudad, el olor a café, chocolate y a cruasán recién horneado...Me quedé solo los primeros días del Otoño,  los suficientes para llevarme de nuevo, el sabor al aroma de otros momentos en los que visité la ciudad que vio nacer a Tintin y dónde mezclan a los mejillones con las patatas.

Sentada en uno de esos cafés que tanto encanto tienen en la plaza de San Boniface (muy cerquita de la calle donde vio nacer a Audrey Hepburn, en el barrio de Ixelles), me senté en una mesa, junto


a la ventana (estoy convencida, de que esto nos sucede a muchas personas,...buscamos una mesa similar...¿verdad?), pues allí estaba yo...dispuesta a sacar mi libro de la bolsa de tela. La portada roja y con la foto en blanco y negro de unos estudiantes que se llevan en un carro un sinfín de libros sobresalía y parecía querer formar parte de la mañana y de la luz tan bonita que entraban por la ventana del café.
Al rato, levante la vista, y la nariz del libro, para decir a la camarera que quería un té (a pesar de lo bien que olía el café, no me pude resistir...) y un cruasán,...Al irse, pude ver que muy cerquita de mí, había una mujer ya entrada en años, leyendo un libro,...un viejo libro, de hojas amarillas, que me atrevería a pensar que llevaba mucho tiempo a su lado. La miré de reojo, de cuando en cuando, saltándome las blancas hojas del bibliómano, y en una de esas, a pesar de verla tan concentrada en su lectura, pude observarla con mayor detenimiento...llevaba el pelo entre plata y gris, la espalda es ya un resumen de su andadura por el mundo y no puede evitar que sobresalga, iba abrigada con una chaqueta larga, y un pañuelo en el cuello...sin embargo, hay tanta belleza en su rostro, en sus gestos...en su forma de pasar las hojas del libro,...que no podía dejar de mirarla...Al instante fui consciente de todo lo que la rodeaba...allí estaba ella, sentada, con una media sonrisa en sus labios, como si hubiera quedado con todos y con cada uno/a de los personajes que forman el libro...Y fueran ya  viejos amigos/as suyos.
Desde la ventana del café l'ultime...en
Saint Boniface.

Sin duda, ella no estaba sola...y menos aún, cuando de nuevo, tras leer unas cuantas hojas de mi libro y con menos té en la taza del que me gustaría, observé que a la hora que yo estaba casi terminando de desayunar, ella había pedido una pizza...y no me refiero a una porción.
Vi como la comía, y dejaba el libro cerca de ella, boca abajo y abierto por la página que estaba leyendo.

¿Y por qué cuento esto? Pues, es que la historia de Eugene Field, (que no sé si me atrevería a decir que es autobiográfica, porque habla de que tiene sesenta años y él murió con cuarenta y cinco)...trata de ese enamoramiento que se vive con los libros. El libro está repleto de guiños para quienes amamos los libros y todo lo que lo que les rodea.

Nos podemos alejar en el tiempo y quedarnos en 1880, o similar, y ser conscientes del trajín de libros que había por Norteamérica y por Europa...Podemos recordar nuestro primer amor, en cuanto a libros se refiere...y quizá evidenciar que ese libro aún está en nuestras estanterías, o quizá perdido en el tiempo,...y que recordamos con un cariño especial.

También podríamos encontrarnos con  William E.Gladstone, primer ministro liberal de Londres,...de más o menos esa época...y que podríamos reconocerlo por las caricaturas de los periódicos, y ver cómo abarca con sus manos una librería entera... Parece ser que era algo habitual en él...no solo coleccionaba libros, parece ser que los leía. Aunque de cuando en cuando, retiraba aquellos que creía que no eran tan imprescindibles para que le acompañaran de continuo por la vida.
Eugene, con su bibliómano, nos dice que hay varios amantes del libro...está el comprador imprudente, el inteligente y el indeciso...
Pero..."conocemos tan bien el poder de los libros que sabemos que cualquiera que se relacione con ellos no tardará mucho en amarlos. Puede que al principio sólo los tolere; puede que después sienta lástima  por ellos; al cabo de poco tiempo, tan seguro como que mañana saldrá el sol, abrazará y amará estos preciosos objetos"...
En la Fundación Folon, de niños autistas,
en los alrededores de Bruselas.
Una biblioteca, al aíre libre...solo
se necesita un buen libro y un banco.

En otro rincón del libro dice: "Si yo fuera un hombre rico fundaría un hospital para libros aristocráticos sin hogar, una institución similar, en todos sus detalles esenciales, a la institución que hoy funciona en la capital de la nación gracias al legado del fallecido señor Cochane. Lo llamaría Hogar Para Libros Nobles Venidos a Menos".

Hay más momentos de esos en los que te sonríes, sintiendo que a pesar del tiempo y los siglos de diferencia, quienes somos amantes de los libros, seguimos igual...Llevando de viaje alguno que otro, buscando más compañeros y amigos que nos transporten a otros mundos... en las miles de librerías de antiguo,...preparando nuestra imaginación a lo inesperado,...y en otras ocasiones, al reconfortante encuentro con lo que ya conocemos...

Volví al café de la plaza de San Boniface, y allí volví a encontrarme con la preciosa mujer sentada en la misma mesa, con su libro...¿será una habitual del café? ¿tendrá más libros que la acompañen? Lo bonito fue que éramos dos desconocidas, que por un momento el tiempo no existía...tan solo éramos amantes de libros que pasábamos por allí y nos cruzamos...

Sigo leyendo este amante bibliómano, que me lleva por muchas ciudades, por libreros de todo el mundo con sus formas peculiares de ser...me queda un poquito para terminar...Quizá es que del todo, no tengo ganas de acabarlo.
Hoy el aroma de té de canela inunda toda la casa...y así reencontrame con todos aquéllos que nos persiguen...porque si tenemos un buen libro con nosotros/as, nos sentiremos mucho más que acompañadas...

Comentarios

  1. Preciosa entrada María, como todo lo que he leído hasta ahora de tí. He sentido la sensación maravillosa de estar ahí, sentada en esa mesita ante el té y observando a esa bella dama.

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    1. Gracias Margarita,...me alegra que hayas sentido que estabas ahí...Ahora, por las mañanas, pienso en esa adorable damita...¿seguirá siendo fiel a su hora, a su libro, a su mesa...?

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  2. Has traído un libro que leí hace no mucho, y como a ti, me encantó. Lo tengo lleno de subrayados por todas partes.
    A los que nos gusta la lectura parece que se nos ha dotado con una vista muy fina, somos capaces de captar a otro lector cerca de nosotros, incluso cuando estamos leyendo. Parece como si estuviéramos imantados.
    Este es un libro para volver a él una y otra vez.
    Tu entrada ha sido deliciosa.
    Un abrazo.

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    1. Dorcas,...es un libro con mucho encanto, verdad?? Sigo con él, porque creo que me cuesta terminarlo...aunque como bien sabes, eso puede suceder en cualquier momento...se podría leer muy rápido, porque fluye y parece que se escurre entre los dedos...por eso he querido retenerlo un poco más...
      Lo de la bella dama, fue muy especial...pero no sentía estar imantada a ella...aunque no hubiera llevado libro alguno, creo que me habría dado cuenta de su presencia...era una mujer que desprendía algo enigmático...Me habría encantado leer "su libro", el libro de su vida...
      Un abrazo y gracias por la visita...no me olvido que tengo una pendiente en tu precioso rincón.

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  3. Qué buena compañía, María... desde luego un buen libro es un excelente compañero. Espero que conserves por mucho tiempo estas vivencias y sigas saboreando momentos como los de este viaje. Gracias por compartirlo.
    El libro que com

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    1. Gracias Thornton,...los libros son a veces, mejores compañeros...están ahí para cuando los necesitas...te despiertan, o te llevan plácidamente de viaje...
      El sentido del humor está muy presente.
      Gracias y un saludo otoñal!!

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  4. ...El libro que cometas parece divertido, o al menos que retrata con sentido del humos el amor a los libros...

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    1. Thornton el libro es maravilloso...rezuma ambiente de libros,...muy recomendable, y más aún viendo desde cuándo está escrito...
      ¡¡Feliz día!!

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  5. :) Yo suelo buscar mesas apartadas, pero siempre cerca de ventanas. Buscamos rincones, claro, espacios que nos aparten y a la vez nos acerquen a lo que nos rodea.
    El enamoramiento hacia los libros. Hay una especie de radar entre lectores, no sólo entre personas que leen libros. Sino también entre determinados lectores, los que viven los libros ¿verdad?

    Un abrazo

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    1. Jajaja...si, creo que a la mayoría le gusta algo así...en cambio esta bella dama, estaba en una mesa, que podríamos llamar corriente, o cualquiera...sin embargo, ella no lo era...
      ¡¡Qué bonito es enamorarse de los libros!! Este autor, en su libro, ya por el mero hecho de que una persona adquiera libros, él da su beneplácito en ella y la considera una buena persona...en la que seguramente, no haya atisbo de maldad...
      Pero, personalmente, pienso que los seres humanos son indeterminados...y no tienen etiquetas...sino épocas y espacios...y sí, como dices tú, hay algo que se mueve entre determinados lectores/as...que te inspiran y que sientes que viven los libros de verdad...Muy cierto.

      Un abrazo grande...(tengo muy, pero que muy pendiente, acercarme a tus lecturas y pensamientos...que siempre me vienen de maravilla...)

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  6. Siempre busco sitios cercanos a las ventanas, qué entrada tan bucólica, cómo lo vas enlazanto todo. Un besote!

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    1. Yo también,...¡¡quién de por aquí no!! Creo que todas las personas que nos paseamos por los blogs, guardamos ese algo de querer escribir, transmitir,...y en especial compartir con los demás...veo más similitudes que diferencias, aunque nos gusten libros distintos.
      Besos grande

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  7. Hola María. Qué bella tu reseña. Que bonito tu arte de reseñar, tan vívido, tan vital. Y tan literario.
    Yo, que he reseñado poco, y suelo caer con facilidad en explicar más que en narrar, aprecio mucho tu arte.
    Temo preguntarte si esa anciana es real, porque también es válido que sea un recurso literario tuyo para animar tu relato, para introducirnos y engancharnos más en él. Así que mejor ni me lo digas. Los pequeños misterios no necesitan de ese estatus tan basto que llamamos realidad. La superan, y no le deben explicaciones. Tú tampoco a mí, y prefiero que me quede en la memoria como yo lo leí y entendí, como yo lo experimenté mientras tú me lo contabas.

    También gracias por descubrirme este libro. No lo tenía de nada. Me lo agendo.
    Saludos, y sígue por favor dándonos más de estas reseñas con viaje y relato semificcional. Son una pequeña pieza de arte.

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    1. Josebla, muchas gracias. Me gusta escribir, aunque me equivoque mucho.
      Aunque no lo quieras saber, la anciana es real. No sé si seguirá yendo por el mismo lugar a la misma hora, pero los días que estuve allí, pude observar que era parte de su rutina.
      Las vivencias que transmito no están retocadas, son lo que son...lo que observo que sucede alrededor... Y fue muy bonito verla, me recordaba muchísimo a una persona que ya no está por el mundo, pero a quién me ha gustado mucho conocer.

      El libro es una maravilla...merece la pena dedicar algún que otro rato a su lectura.
      ¡¡Buen día cargado de libros!!

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  8. Mi querida María,
    como bien decías en tu anterior entrada ya huele a otoño y con mi café de la tarde por fin me siento con tranquilidad a disfrutar de tu rincón. Cómo me alegra que hayas disfrutado tanto tu viaje a Bélgica, es un país tan bonito y a veces pasa tan desapercibido. Algo me decía que ibas a enamorarte de Brujas, somos almas afines y comprendo tu reacción ante su belleza. ¡Y cómo no acompañar las visitas con moules-frites y con gaufre recién hecho! Se me hace la boca agua solo de pensarlo :) También te imagino sentada en ese café, tomando notas y atesorando esos bellos recuerdos que con tanta generosidad después compartes con nosotros. Y tienes razón no hay nada como sentarse en la mesa de la ventana, siempre que hay una libre ahí es donde decido sentarme. Sabes, aquí en París son muy típicas las terrazas muy apretadas donde todo el mundo se sienta casi en fila mirando hacia la calle, como espectadores ante el teatro de la vida. Pero quizá por mi timidez, yo me siento algo incomoda ante la proximidad, ante lo descarado de las miradas. Me gusta sentirme protegida por un cristal situado entre la calle y yo. Mirar a los transeúntes pero con más sutileza, casi como un secreto…Espero que en una próxima tarde de café pueda disfrutar de Eugene Field y ya te contaré lo que me susurraron por lo bajito sus páginas. Un abrazo muy grande María y disfruta del otoño como tú bien sabes.

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    1. Mi Marie,
      Cómo me gusta leerte y que vengas por aquí...un ratito. A pesar de lo difícil que es...a mí también me cuesta bastante y no es por falta de ganas. Las moules frites me las hicieron en la casa en donde me alojé...tuve la suerte de que ellos sabían cocinar de lujo.
      Es cierto, los espacios donde hay ventanas, suelen estar apretujados. Aquí también sucede (donde vivo) y también en Bruselas o Brujas...
      Creo que el libro te gustará muchísimo y se lee muy rápido...soy yo quien no le doy tiempo para no terminarlo...
      Un beso muy grande y que disfrutes mucho del día...si puede ser con un buen libro, de los que nos muestras, mejor que mejor.

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  9. Disfruté muchísimo con este libro, La verdad es que los libros sobre libros... me pirran
    Besos

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  10. Ya me he quedado prendada del libro, de la lectora de ese café, del té, de Bruselas y de tu manera de contarnos ese amor por los libros que compartimos y que nos ha guiado para encontrarnos.

    Bruselas es una ciudad estupenda, dicen que sosa, a mi no me lo parece.

    Abrazos!!

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    1. Laura, te gustará mucho...y más pensando en la época en la que está escrito. Se lee en un periquete.
      Bruselas es genial, hay que conocerla...y no quedarse en los barrios más turísticos. Aunque soy más de ciudades más pequeñas, como Gante, Amberes o Brujas...
      Un abrazo muy grande

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  11. Hola María, releo tu entrada junto a una taza de té, concretamente un té negro earl grey decaf, es la primera vez que lo pruebo y me encanta. Me llevo apuntado el libro, aunque tengo otros esperando. Gracias por haberme hecho viajar a Bruselas ya era tiempo de una escapada así. Nos leemos pronto. Saludos.
    Yolanda

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    1. Yolanda, gracias por venir...es una gozada el té earl grey, es uno de mis favoritos. Aún sin teína esta muy bueno porque se puede saborear el aroma de la bergamota.
      Me alegra saber que te ha gustado el paseo por Bruselas...a ver donde nos dirigimos la próxima ocasión.
      ¡¡Saludos!!

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  12. Qué buena elección la fotografía de fondo!! ; )
    Marks & Cº... que buen homenaje!! Muy bonita.

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    1. Si, gracias, Thornton,...me encantaría viajar en el tiempo y entrar en esa librería...¡¡a quién no, verdad!!
      Felices lecturas.

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  13. Mi querida María:
    ¡que entrada tan bella! imagino perfecto lo que nos cuentas...creo que el amor a los libros más que hacernos perder de vista pequeños detalles, nos da una lupa para ver mejor el mundo. De alguna manera, no se escapan detalles de escenas que tenemos enfrente y no sólo eso sino que la imaginación hace de las suyas: ¿quién es? ¿Cómo ha sido su vida? ¿Es habitual a este lugar, o será la primera vez que viene? ¿en qué estará pensando?. En fin, que disfruto leyéndote y me llevo el libro anotado en mi libreta ;)
    un beso,
    Ale.

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  14. Que placer es pasar por tus bonitas páginas, María, hace tiempo que no venía a verte pero siempre me encuentro con bonitas sorpresas.
    Me apunto el libro y te sigo leyendo.
    Un abrazo
    Teressa

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  15. Que placer es pasar por tus bonitas páginas, María, hace tiempo que no venía a verte pero siempre me encuentro con bonitas sorpresas.
    Me apunto el libro y te sigo leyendo.
    Un abrazo
    Teressa

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    1. Teresa, gracias por venir por aquí...siempre es un placer leer tu comentario.
      El libro es todo un encuentro con la literatura y los amantes de los libros.
      Otro abrazo grande, y feliz Otoño...

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  16. Me llevo este título para mi lista infinita de lecturas pendientes. Como me gusta saber que has estado en Bélgica en Otoño, como ya sabes es una de nuestras estaciones favoritas, y la verdad es que no hemos dejado de salir en busca de esos colores cambiantes hasta que la lluvia ha llegado. Bienvenida esa lluvia ya que así puedo acercarme a leerte, a envidiarte sentada en ese café...
    Esa sensación de no querer terminar el libro, esos viajes que la lectura propicia... hoy me llevo de aquí el aroma a canela y el recuerdo de las cartas de Helene Hanff hablando de libros.
    Un abrazo y espero que un Otoño, o Invierno o la estación que sea nos haga encontrarnos... ;-)))

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    1. Maribel, aunque algo tarde, ya estoy aquí...para devolverte la visita. Es un libro agradable. Para leer en cualquier momento...que puedes abandonar un tiempo y luego regresar a él como si no hubiera pasado nada.
      Y si...bienvenida esa lluvia, llena de colores...Siempre que me hablas de Helen Hanff, me entran ganas de salir corriendo a ver algún fragmento de la película o a leer algo que escribió.
      Espero encontrarme contigo en la estación que más os guste...a ver si nos vemos en alguno de vuestros viajes. Un abrazo muy grande.

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