Despertar, Anna Hope

Buff...cuánto tiempo...no he olvidado este lugar, pero aquí esto..."despertando", junto a este libro maravilloso, que solo con el título y la portada te invita a encontrarte con una serie de personajes normales, anodinos,...y por eso mismo...increíbles y maravillosos.

Anne Hope y quien lo traduce, te invitan a pasar largos ratos alrededor de los pensamientos que pudieron tener las personas que intentaban sobrevivir a lo que fue la Primera Guerra Mundial.  Anne sabe cómo manejar las palabras para llevarte a la historia en concreto de la que está hablando. Hueles hasta el aroma del salón de baile,...sientes el traqueteo del tren si te sientas en la estación de Paddington y buscas a tu hermano desesperadamente entre los pasajeros. Imaginas perfectamente las casas de Oxfordshire tras una devastadora Primera Guerra Mundial. Ahí estaba yo...entremezclando las tres historias...o quizá cuatro, de las que nos habla el libro.

El libro trata de imaginar, tras largas investigaciones, como pudo ser la llegada a Inglaterra del Soldado Desconocido enterrado en la Abadía de Westminster. Mientras están trasladando el cuerpo de dicho soldado,  para ser enterrado con honores en la Abadía, la vida de tres mujeres que deambulan por las calles de Londres, toma protagonismo.

La historia de Hetti, bailarina acompañante, que trata de mantenerse despierta en un mundo de sonámbulos...enlazando vidas interrumpidas que no saben cómo seguir viajando por el mundo.

Ada, una madre,...que ahora solo es compañera de su esposo. Y ve a su hijo en cada soldado atormenatado, en el joven que camina por las calles y vende lo que sea, porque no sabe muy bien donde quedó su vida.

Evelyn, una mujer con empleo....que tuvo otro durante la guerra y por lo que no recibe pensión a pesar de haber sufrido una herida grave mientras manipulaba munición. Es confundida por otra persona y se piensa de ella que era capitán...¿pudiera ser que una mujer se escondiera tras un uniforme y luchara en una Guerra para la que nunca hubo explicación?

Hablar de soldados heridos, de Guerras pasadas, me hace pensar en el mundo actual...en la efervescencia...en lo que no se cuenta y en lo se esconde. Solo intereses personales...nada de pensar en un bien común...nada de ser sinceros con lo realmente hay detrás de las intenciones. Aunque, a veces, sin poder evitarlo, no dudo que hay personas que intentan hacer lo mejor posible y que tratan de evitar males mayores. Sin esas personas anónimas...¿qué sería de este mundo?

Por eso este libro, creo que tiene un acertado título...ya que trata de hacer reflexionar sobre las miles de personas anónimas, que tras pasar por una terrible experiencia, sobreviven...a pesar de lo descompuestas que estén.
Siempre me reptito, pero dar voz a las personas invisibles, me parece una aventura extraordinaria...un reconocimiento social y necesario. Creo que este libro trata de ser la voz de esas mujeres escondidas...de esos soldados que volvieron a una vida en la que ya no encuentran sentido...sus vidas fueron interrumpidas y tienen que despertar...
Tal vez, lo mismo ha de pasar con nuestras conciencias.

Mis tazas de té humeantes, se hacían cada vez más largas y he querido apurar este libro al máximo, porque me sentía muy acompañada por él. Era como si la vida de estas personas caminara conmigo y quisiera hacerme despertar del letargo en el que a veces, nos vemos inmersos. Me avergüenza un tanto reconocer, que ha sido el libro que ha viajado conmigo...un poco como en el propio libro...a Bruselas, a encontrar a ese soldado...ya que a finales de Diciembre y primeros de Enero andaba por allí...y me preguntaba si la tierra que pisaba también lo fue para quienes no regresaron. O tal vez,  para quienes se quedaron...como desconocidos del mundo al que pertenecieron...no queriendo volver a la vida que dejaron....Volviendo a la vida...una vida con sentido....

Pero con quienes más acompañadas estaba era, por esas mujeres valientes...que surgen de lo pequeño e insignificante...que relatan sus historias con pequeñas aventuras.

Mi ausencia en Enero ha sido por miles de motivos, entre ellos esas gripes epidémicas que están lanzando virus por todo el país...en fin...pero hubo también más motivos,...regresar de un viaje, tratar de reorganizar mi tiempo y algo de mi vida, pensar qué quiero seguir haciendo y qué no e intentar poner en práctica lo que querría hacer...esos propósitos de estreno de año y demás. 

Bueno, ya os he estado leyendo a algunas/os, pero sin duda, me pasaré esta semana con más tranquilidad por vuestro rincones. Para llenar mi agenda de nuevos libros, y para saber qué tal va esa vida que vivimos...Recordemos que quizá hay que DESPERTAR...

Imágenes: las fotos con los libros y las tazas son de servidora. Las otras son imágenes de internet.