Otoño

Necesitaba entrar ya en el Otoño...adentrarme en sus días, con la caída de las hojas, comenzar de nuevo...mirar la vida desde otras perspectivas, y parar. Parar en seco. Los días aún son cálidos, y creo que hoy lo será aún más, sin embargo, ya puedo echarme por encima una chaqueta, o un cálido chal sobre los hombros.

En Otoño, vi amanecer por primera vez,...hace ya muchas lunas de aquello,...

Mientras...en el Otoño actual, me dedico un poco a encontrarme con la niña que fui, y la que soy en algunas ocasiones. Es un tiempo de reencuentro con una misma, de poner las cosas un tanto en orden,  o al menos, disponer de ese tiempo de tertulia interior con el yo más inconstante e inconsciente...ese que merodea entre los días y noches y con el que apenas hablamos...

En este tiempo elijo algo de poesía...igual que en Primavera. En esta ocasión ha sido Charlotte Brontë...Me dejé seducir por uno de sus libros y ahí estoy tratando de leer "en prosa la poesía", que es como me dijeron que a quienes menos nos apetece...más parece que se nos acerca... 

Imágenes de mis paseos...lejos de los Páramos de Haworth

El libro te ofrece la oportunidad de leerlos en su forma original. En un lado tienes la versión en inglés y en el otro en castellano. Este tipo de formatos los he disfrutado también con Emily Dickinson...es una autora con quien me suelo sumergir y pasar el tiempo en esta época del año. 

Siguen siendo mis paseos Otoñales,
este es el escaramujo...dicen
que sus infusiones previenen
muchos males

Sin embargo ahora es el tiempo de Brontë. Será breve, ya que no suelo durar mucho con la poesía...Aunque he de reconocer que es muy agradable sucumbir a algunos fragmentos. Dejarte llevar por las palabras que se hacen imágenes.

Uno de sus poemas, habla de las partidas, de las despedidas...como suele pasar en este tiempo que nos despedimos del tiempo pasado, de incluso personas con quienes hemos compartido tiempo, risas, aprendizajes...De algún modo, y a pesar de que siempre admiré el dominio de las palabras de las hermanas Brontë, he de admitir, que tuve que separarme un tiempo de ellas, porque no llegaba a entender su forma afrontar la vida,...estuve allí, donde vivían...frente a un cementerio que mayormente se presentaba lúgubre. Estuve paseando por sus amados páramos, donde en un mes de Julio, pude hacerme una idea de cómo el viento puede hacerte pasar muy malas jugadas y como el llamado viento de Santa Ana en California, puede que incluso te indulten por actos temerarios... (como podría pasar en Cumbres Borrascosas)...Por eso al regresar, y releer algunos de sus libros en edad más adulta, he de decir, que me desilusioné. Si bien, Anne, Anne Brontë, me cautivó a esta edad más adulta.  Especialmente con La Inquilina de Wilfell Hall. Y sé que estuvo escrito con más palabras de las que hoy en día podemos leer, y  que a mí me habría gustado encontrar...porque se dice que aquello que escribía, no sería bien recibido por aquél tiempo... De manera, que tuvo que modificar algunos fragmentos. ¿Quién pudiera disponer de aquellas hojas, que quizá fueron echadas al fuego, para poder leer lo que realmente quería escribir Anne? 

Baloo, escuchando algunos fragmentos
Brontë.
Y también algo preocupado...
cuando no dejaba
de llover días atrás.

De momento, me conformo con lo que van re editando de ellas...Ahora es este libro de poemas, que me ha sorprendido gratamente. No todos los poemas los entiendo o incluso con algunos puede que discrepe un tanto...sin embargo...me dejo llevar a los años de entonces...a aquella casa, en la que disponían de espacios para escribir, y meditar...momentos para pasear y dejar vagar sus pensamientos...También, por eso de ser mujeres, las imagino trajinando en la vida diaria y cuidando de un hermano que se dejaba vencer por los vicios del mundo atrapado en el Pub del pueblo.

Algunas de sus palabras, del poema dedicado a las despedidas (Partida)...

Se puede habitar en los pensamientos
que nosotros mismos hemos cultivado, 
Y rugir con desprecio y coraje ultrajado
que el mundo haga su peor parte.

No dejaremos que sus locuras nos atribulen, 
como de quien viene los tomaremos;
Y al final de cada día encontraremos
una risa alegre como hogar.

Por eso el llanto es insensato, 
sostén como puedas un espíritu alegre;
y nunca dudes que el Destino ofrece
un futuro grato por el dolor presente.

En otro rincón, puedes encontrarte con una última estrofa, dedicada la retrospección...ella lo simula en la primavera, pero yo me la he agenciado para el Otoño.

Cuando me senté bajo una extraña bóveda de árboles, 
con la Nada como compañía sin amor ni amigos, 
mi corazón se volvió de pronto hacia ti, 
y sentí tu amistad, un lazo suave sobre mis manos.

Parece triste, ¿verdad?...pero creo que es un momento con el yo más profundo, ese que nos espera si disponemos del silencio y del tiempo para encontrarlo. 
Sin duda, creo que sin amor y sin amigos, la vida sería insoportable  pero ella creo que habla de esa fe imperturbable que sentía hacia el Amor de Dios.