Nomadland

Un viaje...dicen...una vida errante...La carretera y el nombre de tu furgoneta. Eso es lo que llevan...Son nómadas en una edad en la que no imaginaron que lo serían. Con sus recuerdos, sus duelos aún por resolver, sus escasos recursos...Algunos aman esa vida. Otros no saben vivir de otro modo...y los hay que quisieran un hogar propio, lo más alejado de las facturas, porque ellas fueron las causantes de la vida errante que llevan.

 

Son personas de una edad comprendida entre los sesenta y más...muchos más...que buscan trabajos efímeros...y cada estación aparece uno diferente: en Otoño, está la recogida de remolacha...en casi invierno la campaña prenavideña de Amazon, en invierno...lo que salga y que les permita pernoctar en su coche acondicionado con todo lo necesario para vivir...Son personas maravillosas, que lo dieron todo y lo perdieron todo. No hay pensiones con las que se pueda vivir tras la jubilación. El estado apenas cuenta con ellos después de los años servidos al trabajo...
Tomillo de mi zona. 
Muy necesario para vivir 
de forma autonoma, 
fuera del consumismo...
nutriendo de la tierra...

¿qué les queda ahora? Quizá para los que tuvieron familia, les puede aguardar un escaso espacio en la casa de sus hijos e hijas,...quienes quizá también se pelean por resolver problemas económicos a diario. Pero muchos decidieron darle la vuelta a esta situación y lanzarse a vivir una vida llena de aventuras.


Las personas que forman parte de este libro  eligieron de entre las pocas opciones opciones que tenían, una vida nómada...una vida en libertad. Con menos consumismo, más auténtica...y reencontrándose de tiempo en tiempo unos con otros...


La periodista de investigación Jessica Bruder, nos invita a recorrer las carreteras de los Estados Unidos, en busca de un lugar donde esté permitido aparcar nuestro largo coche, acondicionado para una vida de aventura y que lleva todo lo que nos podemos permitir, más algunos recuerdos...esos que de en cuando nos permitimos sacar de una caja de lata. 

Las acompañas un rato...para luego decirles “nos vemos en el camino”...y recorrer el mundo, las montañas, los desiertos...todo lo que podamos hacer con nuestro vehículo. llevará un nombre...puede ser “Reina de las Nieves”...Cada quien tiene el suyo. Porque de esa manera no es solo el coche que has acondicionado para que te acompañe a vivir una vida nómada. Y ambos, sois ahora los dueños de las carreteras al atardecer...


Viendo la película y leyendo el libro,...me pregunto, quién de ellos quiere de verdad una vida así. Habrá algunos que sí, pero trabajar por necesidad de subsistir a los más de sesenta años, me abruma. No disponer de un espacio para uno mismo, lejos de unas facturas que les impidan vivir en un hogar...Todos pasamos por infortunios y nadie está a salvo de vivir una vida diferente a la que había imaginado...pero lo que más me preocupa es vivir una vida en medio de una pobreza consentida. A veces, se da el caso, en el que como sociedad, permitimos que las personas vivan con en lugares infrahumanos...

Esto sucede en muchos países...no hay que irse muy lejos...también sucede aquí. Solo que aparentemente, no parece que haya pobreza...o a veces nos volvemos ciegos a lo que nos rodea. 

Pienso también, en cómo se nos venden las ideas...es decir, que a veces se nos trata de convencer de que eso que se nos ofrece, es lo mejor,...y tal vez lo sea para algunas personas, pero no para todas. Hay quienes quieren disponer de un hogar, no muy lejos de sus seres queridos y que vivir en él no suponga vivir por encima de sus posibilidades. 

Creo que se trata de uno de los derechos fundamentales que tenemos en la vida: disponer de un hogar donde vivir. Y si queremos cerrar nuestro hogar y vivir durante un tiempo en la carretera,...que así sea...que esa opción sea elegida.



Atardecer en los Robles
Atardecer entre encinas...
me recuerda a lo que puede ser 
nuestros rayos de luz en nuestros
atardeceres de vida...

Pero no me quiero poner demasiado triste, quisiera mirar la ternura del mundo y ver que hay espacios en los que se puede desarrollar una vida que involucre una dignidad humana perdida. Todas las personas tienen derecho a un lugar donde vivir tranquilamente sus últimos años de vida, a disfrutar de espacios propios dignos. Eso puede involucrar normas sociales propias de la convivencia, pero poco más. Me encuentro en mi día a día, con demasiadas personas tratando de sobrevivir con muy poco. Hay una cara oculta en todo esto...y es ese "anuncio" o "venta de ideas", que igual que te dicen que vivas esa vida de aventura en la carretera, y esto te resulte atractivo, aunque no fuese tu opción...también se nos anuncia "gasta lo que quieras con las tarjetas"...luego está cómo pagarlo, si tus ingresos son pequeños...y así sucede que se nos hace responsables de elecciones que del todo no son nuestras.

Está claro que con ayudas sociales no se puede vivir...pero muchas personas lo intentan...tratan de subsistir, de salir adelante, y hacen lo indecible, para abrir los brazos y tratar de volar y abrazar la vida que tienen...es complicado...es difícil empezar de nuevo (muchas veces) sin apoyos. 

Lilos...brotes de esperanza y vida...
Según el lenguaje de las flores, significa 
humildad...pienso en ellos para
acoger los momentos de la vida...


Pero como decía, y a pesar de que el libro en ocasiones me ha resultado triste, me reconforta pensar en la energía del ser humano y en la cara más amable que tenemos. En esa capacidad de adaptación a cualquier estilo de vida...en seguir siendo poseedor de la toma de decisiones, en concienciarnos con lo que nos une y vivir una vida interesante, lejos de ese consumismo atrapador que nos hace vivir de forma aislada...Creo que es el mayor de los aislamientos...vivir del consumo televisivo, series, de productos no necesarios, etc..La soledad más solitaria diría...

Mañanas sin lluvias, de largos desayunos 
y lecturas variadas, especialmente, visitando
libros y autoras muy cercanas 
a la vida en la naturaleza...

Siempre digo igual,...me encanta este espacio...me gusta estar aquí y quedarme un rato frente a la pantalla, dejando vagar mis ideas y pensamientos...permitiéndome ser libre a la hora de expresarme...aunque no siempre lo haga bien...y luego, a veces, lo corrija. También imaginando quién hay detrás de la pantalla...qué tal están, qué tal sus vidas, sus lecturas, sus ternuras...Cuídense mucho. Les echo de menos y espero y deseo que estén bien. Apenas puedo ya visitar otros blogs, pero os leo en silencio.


Hoy es el día del libro...siempre he tenido un cuidado especial en recordar este día. Desde que recuerdo lo he celebrado de algún modo. Pero especialmente, en las últimas décadas. Los libros siguen siendo lugares maravillosos donde pasar un rato...y dejar escapar la imaginación...los personajes siguen siendo esos huéspedes en casa inesperados, que estos días de lluvia les invitas más frecuentemente a tazas de té humeantes. 

Este libro que hoy traigo...es un libro como dice una amiga mía escritora, "de estudio"...es decir, parece que te hace trabajar y debatir...de algún modo, se queda a vivir de un modo especial en el interior de una, pero al mismo tiempo lo lleva a conversaciones diversas...de una manera diferente. También llevas las novelas a las conversaciones, pero en este caso, ofreces datos, entrevistas, páginas que consultar...es un libro muy dinámico...y ciertamente "de estudio". Luego los hay más tranquilos...de esos que te dedicas a mirar y observar...

Espero que hoy, no solo sea visitar librerías, sino también pasar un tiempo con ese libro que nos gusta y nos emociona...y nos hace sentirnos felices...ese que nos mueve y nos reconforta...a él, le damos las gracias... 


                            +++++FELIZ DÍA DEL LIBRO++++++


*Las fotos son mías mayormente, menos una portada del libro (la versión en inglés) y la de la película.


Comentarios

  1. Hola María. ¡Feliz día del libro! La propuesta que nos traes hoy es realmente emotiva. Imagino lo que tiene que ser, a esa edad además, el estar en esas condiciones. Veré la peli, y leeré el libro también. Posiblemente, primero leeré y después veré, ja ja. Besos cariño :D

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    1. Mi querida Margarita. Siempre tan fiel. Prometo visitarte estos días...Te gustarán película y libro. Un beso y espero que hayas pasado un feliz día. Un abrazo.

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  2. Agradecida como siempre por poder leer tu post. Me encanta, me aporta, me reconforta. Tengo muchas ganas de ver la película y ahora más de leer el libro, aunque para ello tenga que reflexionar de algún modo como lo haces tú en temas de pobreza, soledad, y vejez..... Amo la vida de viajes nómadas, sin haberla vivido nada más que en mi imaginación, así que creo que el libro me bajará a la tierra con una situación nada parecida a la de mis a helados viajes en furgoneta. Yo también pertenezco al club de las que trabaja en su día a día, por salirse del sistema consumista y plastificado que nos presentan, de algún modo, crwo que lo consigo, pero hay que seguir avanzando. Gracias por tus reflexiones, fotografías, atardeceres y tazas de té, ni te imaginas lo que me aportan. Un humilde lectora en algún lugar de España.
    Un abrazo floral 🌻🌼🌿

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    1. Muchas gracias "desconocida". Vivir de formas más coherente a nuestros pensamientos siempre resulta un reto...no siempre se cumple, pero podemos acercarnos...Tanto la película como la lectura del libro, resultan adictivos. No de la manera en que te atrapan esos libros que no puedes dejar de leer, pero si de una forma tranquila, y sosegada consiguen despertar el interior de las personas que los leemos. Muy recomendable y reconfortante...a la vez, muy necesario de un debate posterior...Muchas gracias por venir. Un abrazo lleno de las flores de Primavera. Con té incluido.

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  3. Hola María, buen artículo que ayuda a la reflexión.
    Sin lugar a dudas, nuestro estilo de vida desde una posición occidental privilegiada, necesita una profunda reflexión crítica que nos ayude a replantear nuestros hábitos y valores.
    Cuando logras despojarte del falso valor que poseen las cosas materiales, te das cuenta que realmente necesitas muy pocas para ser feliz. Me refiero a ser feliz cuando logras el sosiego, la tranquilidad, la paz con uno mismo.
    Cuantas más cosas de valor aglutinas, mayores son las preocupaciones por mantenerlas, pagarlas y no perderlas. La gran mayoría de ellas han cubierto falsas necesidades creadas por grandes campañas de marketing insertadas en nosotros mismos.
    Con ello tampoco quiero abogar por la pobreza como estilo de vida, ni romantizar el hecho de vivir sin nada material o con pocos recursos sino que intentemos hacer un ejercicio de autocrítica que relativice todo aquello que tenemos y deseamos, para reflexionar racionalmente y así otorgar el valor justo a cada cosa.
    La vejez es una etapa de vida que por desgracia en las sociedades que vivimos no se suele respetar su justo valor. Parece ser una etapa final, donde nos alejamos de los demás, nos hacemos un poco invisibles; nos convertimos en una carga, una molestia, un problema; se acaban los proyectos, solo queda mirar atrás.
    Al final la sociedad proyecta de alguna manera todo eso, despojando de todo el valor y prestigio merecido, degenerando una pieza fundamental de todos nosotros, de la cual muchos formaremos parte.
    Dignificar esa etapa de vida es un imperativo moral que debe llevarse a cabo para poder hablar de una sociedad decente y justa. Es una etapa donde podemos aprender, crear, enseñar, jugar, reír, llorar, enamorarse y un sinfín de cosas más. Exacto, igual que nuestra anterior etapa de adultos. ¿Por qué parece todo eso evaporarse tras la realidad en residencias o la soledad de sus casas?
    Existen proyectos que intentan revertir parte de ese problema, pero es necesario un cambio radical que implique a toda la sociedad para empujar a los poderes públicos a elaborar herramientas que permitan crear soluciones reales que abran nuevos horizontes a quienes más merecen nuestro respeto y reconocimiento.
    Dos personas de esas edades no deberían tener que buscarse la vida de esa forma para sobrevivir, por muchas cosas positivas que podamos encontrar. La sociedad y su país, les están dando la espalda y eso dice mucho de la flaqueza moral reinante. No podemos acostumbrarnos a ello, debemos tomar conciencia y demandar que las cosas cambien.
    Una sociedad que cuida dignamente de todos, es una sociedad justa. Cultivemos un lugar digno donde nadie se quede atrás.
    Luchemos día a día por ello.
    Un beso y cuidaros mucho.
    Ana y Sergio (más bien Sergio, el filósofo).

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    1. Ana y Sergio...o Sergio y Ana, o Serana...¡¡qué bonito!! Es la mezcla de vuestros nombres. Me encanta.

      Una reflexión maravillosa, muchísimas gracias. Desde luego, no puedo más que suscribir y pediros que escribáis...que nos regaléis lecturas de vuestros pensamientos, y reflexiones...Y desde luego que se puede vivir de muchas formas, sin idealizar la pobreza o adaptarse a menos recursos...esto lo haremos por elección...si queremos.
      Avanzando en el libro, me he dado cuenta de que en la sociedad que ellos viven, tienen apoyos sociales, pero muy escasos (como nosotros) para las edades de la jubilación. Luego me he acordado de que el concepto de jubilación es relativamente joven. Apareció en el siglo pasado, según nos cuenta la escritora del libro...y ciertamente antes se vivía de otro modo. Sin embargo, abogo por una vida independiente. Ellos nos dieron y ahora la sociedad tiene que contribuir a ese tiempo que nos han dado...y eso me parece que no deberíamos perderlo. A ver que nos depara el futuro.

      Sin embargo, creo que hay que luchar por dignificar los últimos años de nuestra vida. Y ser poseedores de las elecciones que tomamos. Permitiendo vivir una vida llena de aventuras...pero en el que nuestro poder de decisión no decaiga.

      Un abrazo grande y nómada. Espero que nos veamos pronto por los caminos.

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  4. ¡Hola María! Aquí me tienes de nuevo, tomándome una taza de té contigo, algo que me encanta hacer (estaría genial hacerlo también en la vida real ¿verdad?, no solo en la virtual)
    Tus palabras siempre me parecen una maravilla, tan sabias y cargadas de realidad y verdad...
    Me da mucha pena y rabia que muchas personas no tengan donde vivir, me parece tan injusto que exista esa omisión del derecho fundamental en algunos (muchos casos) y más aún en la vejez, el no tener un espacio tuyo, elegido por ti para vivir tranquila lo que te quede vivir, me parece tremendo.
    En fin, hablando de la peli y libro, la peli sí la tengo en la cabeza, es de esas que sé con certeza que veré y el libro, pues no me importaría leerlo, porque seguro que se disfruta mucho, aunque sea un poco triste (imagino que también tendrá su dosis de optimismo y esperanza)
    Un beso fuerte

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    1. Mi querida Marian...Ojalá pudiéramos tomarnos esa taza de té en la vida real. La tenemos pendiente. Yo no puedo acercarme ahora a tu zona, e imagino que a ti te pasa un poco lo mismo con la mía. Pero en algún momento conseguiremos vernos. Espero que no me imagines mucho, porque sorprendo. Desgraciadamente para "diferente"...es lo que me dicen,...y no sé muy bien cómo tomármelo. Espero que algún día te encuentres con esta lectura, creo que te encantará...la película es maravillosa, una sale removida y con preguntas...muy interesante, de verdad.

      Un abrazo muy grande y tengo visita pendiente por tu blog con té en mano. Besos.

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    2. Bueno María, algún día, seguro que nos tomamos un té juntas. Y seguro que no me sorprenderé en absoluto (imagino que te refieres al exterior, no imagino nada, me importa lo de dentro y eso lo tengo claro no me va a sorprender respecto a lo que imagino y sé). Ser diferente es genial, yo sin conocerte sé que eres diferente, eso me encanta. Por cierto, seguro que tú te sorprendes conmigo, o no... ¿quién sabe?
      Otro beso fuerte!!!

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