El Sendero de las Mariposas


Vengo de respirar otros rincones, y de vivir nuevas experiencias...Me alejé un poco de todo lo cotidiano para emprender un viaje al sur y conocer el Sendero de las Mariposas, que se esconde en casi la punta de nuestra península. Allí, escondida en un castillo medieval del siglo XIII, pude observar las maravillosas mariposas monarca con su aleteo singular...Jamás había visto unas mariposas más grandes. Y hoy, en un día lleno de Luz, y dedicado a la Luz...mis pensamientos se han detenido en ellas.

Caminé en silencio junto a Baloo y mi compañero de viaje por aquél sendero. Dejando que mis pensamientos se llenasen de todo lo que la vida nos ofrece y nos da a diario...Lo cotidiano se vuelve para mí, ahora, en algo más trascendental. Vivir alejada pero no lejos de la comunidad, de las personas con las que podemos crecer y relacionarnos. La soledad es necesaria, pero también la convivencia. Mis paseos por el sendero se convirtieron en necesarios. Me abrían la mente y el pensamiento. 


El castillo en el que me alojaba parecía ofrecerme un escenario diferente; era como estar dentro de un cuento...o de un Belén humano. Las casitas blancas dentro del castillo, el olor a chimeneas encendidas, a vida hogareña...han sido todo un regalo. Es cierto que eso también lo vivo donde estoy viviendo, pero era más cercano en aquél lugar. 

Al llegar la noche, cuando llegaba de mis excursiones diarias, me encontraba como una más de aquél escenario tan idílico, y me convertía en una visitante conviviente de su cotidiano. Era curioso observar por las ventanas, mientras me dirigía a la que sería mi casa esos días, sus quehaceres diarios...verles en bata dirigirse a la cocina para prepararse una infusión antes de dormir, o escuchar el crujir de la leña al crepitar en las estufas. Ver asomar el humo en las pequeñas chimeneas e ir respirando ese aíre puro antes de abrir la puerta de madera de la casa en la que me quedaría a vivir un tiempo. 


La casa, era en sí misma, otro de los motivos del viaje. Pequeña, acogedora, y repartida en tres partes; cocina con baño abajo, subes unas pequeñas escaleras y te encuentras en una habitación-salón, con estufa de leña y si subes una vez más sales a la azotea, donde te pueden esperar un cielo estrellado y abierto o sí es de día, y hace sol, puedes hasta desayunar admirando la torre del castillo.

Desde allí podías ver la roca donde se asienta Gibraltar. Una roca muy bien aprovechada y llena de experiencias. Hay un poco de todo, pero si buscas una librería, no la encontrarás en sus calles. Es muy curioso, porque hay de todo: jardín botánico, y tiendas de todo lo demás, o al menos no eché en falta otras cosas, pero faltaba una librería. Tiene también templos de todo tipo y hasta una preciosa mezquita que está mirando a África. 



Mezquita que mira a África


Ha sido un viaje de poco tiempo, pero muy bien aprovechado. Especialmente para meditar y pensar en qué hacer en estos días que se acercan llenos de posibles eventos familiares. Digo posibles, por todo lo que implica con nuevas versiones del COVID asomando en nuestro entorno más cercano. 

Se dicen muchas cosas, pero hay una realidad,... y es lo llenos que pueden llegar a estar los Hospitales y la falta de medios. Creo que necesitamos ser más conscientes de lo que podría causar a otras personas. Pienso más en quienes lo pueden padecer de forma más grave y situarnos en ese lugar, mirando al otro, es bonito y nos ofrece otras alternativas. Puede que nos saque de nuestro lugar de confort,...pero también nos invita a ser más auténticos. A estar de forma más presente en la vida y darnos cuenta que no estamos solos. Se han perdido muchas cosas del pasado y si algo hemos aprendido con todo lo vivido estos últimos tiempos, es a reconocernos cercanos. A saber que nos podemos dar alivio unos a otros de muchas maneras. Cuidando de la soledad y al mismo tiempo de compartir espacios sanos. Ahora más que nunca por todo lo que nos hemos esforzado...o más bien,  por la dedicación que ofrecemos a los que no pueden ahora dar. 

Ventana donde dormía, 
con Suculenta.

La vida es movimiento...y no siempre nos encontraremos en el mismo lugar. Aunque no nos movamos, el tiempo sí se mueve, nuestras células lo harán y nos tocará quizá ocupar espacios desconocidos. Serán nuevas experiencias...y puede que nos toque esperar, o recibir, o de nuevo dar...nunca se sabe. La vida es toda una experiencia maravillosa, con miles de curvas y desvíos que desconocemos. Nunca es una línea recta. Aunque si existan tramos similares...

Hoy, es día de Luz, día en el que la noche se irá desvaneciendo de nuevo para llegar a ofrecer más espacio al sol, al menos en este lado del mundo...

Confío en que estén viviendo un tiempo de Adviento maravilloso y lleno de bellos instantes. Se avecinan las Fiestas y con ellas las preparaciones con detalles, de las cenas y comidas. No olvidemos por favor, los desayunos. Son los grandes olvidados, y realmente los que cada vez, me gustan más...las noches se vuelven para los libros y para la intimidad del hogar. Sin embargo, las puertas están abiertas en este tiempo a albergar y acoger en las noches a las preciosas almas que viven buscando paz y armonía. 

Foto escogida de Internet

Al escribir el último párrafo, que redacté en la mañana de hoy, sin conocer las noticias...se me desgarra el corazón al ser consciente  de la gran perdida que hemos tenido hoy en nuestro país.
Veronica Forqué, se nos ha marchado. Esta noticia me ha dejado un rato abatida por la tristeza, porque lo que más me ha dolido especialmente, es la forma en que se ha ido. Creo que como sociedad tenemos que dar una respuesta a la vida en soledad. Me refiero a la soledad no elegida, y que si se da con una enfermedad mental, nos puede dañar mucho más de lo que creemos. Decía que no podía más,...imagino que lo que sufre una persona en su interior y el deterioro que podemos dar a conocer a los demás, debe de ser terrible. También cuestionarnos si los lugares en los que trabajamos, o el tiempo que dedicamos, son sanos, si nos ofrecen experiencias positivas o por el contrario, nos hacen ser algo que no somos...nos desnaturaliza. (No me refiero a su trabajo como actriz).

Le deseo todo el amor que seguro que ha dado al mundo y a muchas personas,...ya navega rumbo a otros lares, donde esperemos que se encuentre con la paz que aquí ya no encontraba. Ojalá su salida de aquí no hubiese sido de este modo, creo que es una de las peores formas de marcharse...La deseo Luz, en este día en el que se celebra la despedida de la oscuridad. Hasta luego Verónica. 

Comentarios

  1. Hola María, el viaje que nos cuentas me parece simplemente idílico y ese sendero de las mariposas sería una maravilla de lugar para visitar. Lo que nos cuentas del alojamiento es realmente tentador. Lástima lo de Verónica Forqué, creo que todos tenemos en nuestra mente su sonrisa, su tremenda sonrisa. Saber qué se ha quitado la vida me ha llenado de congoja. ¿Cuánto dolor soporta una persona antes de decidir quitarse la vida? Qué pena...
    Un beso muy fuerte preciosa, y me alegro muchísimo que hayas disfrutado tanto de este viaje. Besos :D

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    1. Margarita, perdona...no olvidé este comentario, pero aquí estoy...para desear que como estas en el sur, algún día visites ese Sendero de las Mariposas, que resulta a veces desconocido, y es de lo más peculiar. Te imagino paseando por ese pueblo, con tu cuaderno y tus libros...y recorriendo ese sendero maravilloso viendo como las mariposas te visitan y vuelan a tu alrededor.
      Si...Veronica Forqué sue fue. Ahora se habla menos de ella. Echo de menos también a Joan Didion que se marchó un 23 de Diciembre. Nunca pensé que a ambas les uniría la despedida de este mundo en un mismo mes. Creo que Didion no fue una despedida igual que la de Verónica. Sin embargo, me habría gustado leer una crónica de Didion sobre la despedida de nuestra gran artista...ya que ella trataba de escribir después...mucho después de que lo hicieran los medios más raudos y veloces. Ella se tomaba su tiempo, y realizaba además una profunda visión sobre lo que iba a escribir. Te recomiendo sus libros, Margarita...especialmente El Año del Pensamiento Mágico. Imprescindible en estos tiempos que vivimos. Un abrazo grande

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  2. No hay nada mejor que viajar para reconectar. Reconectarse con una misma para poder disfrutar de la soledad y de la convivencia. Me alegro mucho que hayais hecho ese maravilloso viaje.....

    Lo de Verónica también me impactó mucho, su forma de marcharse, y todas las personas que se van de la misma manera.Hay que replantearse en esta sociedad muchas cosas.

    Un fuerte abrazo espero verte pronto preciosa.

    OLGA

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    1. Mi Amiga, mi Hermana,...mi mi espíritu afín...Gracias. Eres increíble. Espero poder viajar algún día contigo y con tu pequeña para conocer ese Sendero...os va a encantar.
      Respecto a Verónica, cierto es que tenemos que seguir avanzando y no quedarnos en noticias del pasado constantemente, pero creo que vivimos todo tan rápido...se fue...se contó todo...incluso se hicieron programas especiales escudriñando su vida...y ahora? Se ha replanteado la sociedad algo más? Quizá si, y se ve...pero espero que algún día se de visibilidad a todo esto y de lo que no se habla es del maltrato o de la forma en que se ha descuidado cómo nos hablamos en los medios de comunicación. Independientemente de que estuviera enferma o no, es muy duro ver cómo se hablan y permitir que ella estando enferma como estaba, siguiera de esa forma. En fin...Ahí lo dejo.
      Un abrazo grande y espero que nos veamos pronto, Amiga.

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  4. Querida María:
    Bonito viaje el que cuentas por ese sendero de las mariposas; a primeros de enero vi una mariposa en el huerto, era grande y con tonos rojos; aunque intenté fotografiarla, resultó una misión imposible.
    Pasado ya el Adviento, las fiestas de navidad, y casi el mes de enero me hallo en un estado hibernación: lectura, costura, un té y la mirada a través de la ventana.
    Besos

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    1. Maite...si puedes, en algún momento...escápate a ver las mariposas monarca en el sendero que está en el Sur. Tenemos tanto que aprender de ellas...Son increíbles...incluso aprenden de generación en generación. En Estados Unidos vuelan miles de kilómetros para dormir...en el sur...y viven unos ocho meses, pero después, las siguientes, vuelven a durar dos semanas y así de nuevo se renueva el ciclo...increíble.

      Me encantaría que me enseñaras costura mientras tomamos una rica taza de té...y miramos de cuando en cuando por la ventana...en silencio.
      Un abrazo y te deseo todo lo mejor.

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